ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Hace 10 años, el 31 de agosto de 2015, en plena crisis de los refugiados, la entonces canciller alemana, Angela Merkel, pronunciaba tres palabras que se convertirían en legendarias: "Wir schaffen das" (lo lograremos). La líder conservadora nunca pensó que esas tres palabras en una abarrotada rueda de prensa en Berlín se convertirían, primero, en un símbolo de esperanza y, después, tornarse en munición contra ella.
Tres puestos de vigilancia de la policía israelí enmarcan la entrada a la Puerta de Damasco, por la que la mayoría de palestinos acceden al barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Entran y salen por el impresionante portón de la época otomana sin aminorar el paso, aparentemente ajenos o acostumbrados a la presencia de los agentes. “Desde octubre de 2023 prácticamente nunca voy a la Puerta de Damasco, uso otros accesos. Me siento mejor si no veo a la policía ahí apostada, marcando el territorio, haciéndonos sentir tan inseguros y tan vulnerables”, dice Salma, socióloga y antropóloga palestina que trabaja en una organización humanitaria y que prefiere no dar su apellido.
María San Miguel (Valladolid, 1985) creció con la historia que contaba su abuela Arsenia que, con 14 años, tuvo que ir a recoger el cuerpo de su padre fusilado por las tropas franquistas. De las exhumaciones de los restos de las víctimas enterradas en las carreteras, entre ellos los de su tatarabuela, nació su interés por la memoria y los temas como dramaturga. Licenciada en periodismo y creadora de una trilogía teatral sobre el conflicto vasco con su compañía Proyecto 43-2, San Miguel llega al Teatro del Barrio de Madrid, el próximo 7 de septiembre, con su montaje Federico. No hay olvido, ni sueño: carne viva, en el que partiendo de los silencios en torno al poeta Federico García Lorca, asesinado hace ahora 89 años, entra de lleno en la cuestión de la memoria histórica. El proyecto, un encargo de la Diputación de Granada que se estrenó en el patio de la casa de Lorca en Valderrubio (Granada), tiene también formato podcast de cinco capítulos, para el que ha utilizado todo el material documental reunido.
Coinciden los primatólogos en que los gorilas son animales pacíficos, organizados en grupos donde la jefatura se gana más por la habilidad política de cohesionar al conjunto que por la mera fuerza bruta. De ahí que a veces me dé por imaginar qué ocurriría si la Casa Blanca, en vez de por Trump, estuviera ocupada por unos de esos grandes simios de espalda plateada frente a cuya mole uno se detiene, en el zoo, asombrado por el contraste entre su tamaño y la delicadeza zen con la que manipula un plátano: he ahí una lección de poder contenido. Me viene a la memoria, por cierto, el caso de Binti Jua, una gorila del zoo de Brookfield (Illinois) que, en 1996, al caer un niño de tres años dentro de su recinto, lo tomó con cuidado en brazos y lo protegió de los demás animales hasta que llegaron los cuidadores. O el de Koko, la gorila que aprendió centenares de signos de lenguaje gestual con los que solicitaba compañía, acariciaba a sus gatitos y lloró cuando murió uno de ellos. Su manera de tocar a los humanos, con un índice extendido, rozando apenas la piel, parecía una forma de ternura difícil de reducir a puro instinto.
Betty Lachgar ha sido condenada a dos años y medio de cárcel por una camiseta que se puso en Londres. Esta valiente feminista marroquí de infatigable activismo contra la falta de libertades individuales en su país, que se ha dedicado de forma incansable a denunciar la opresión contra las mujeres y la penalización de la homosexualidad con numerosas acciones que han generado encendidos debates y la previsible reacción de los islamistas y los conservadores. Desde un pícnic para comer por Ramadán (la simple ingesta de alimento en público durante el mes sagrado está penalizada por ley) hasta una quedada para un beso colectivo (también prohibido en Marruecos).
Un hombre de 70 años regresa a la casona familiar en la que transcurrió su infancia. Ha decidido pasar unos días con su sobrino y con la mujer de este y la niña que han tenido juntos, a los que no conocía hasta ese momento. El joven tiene poco más de 20 años, toca el piano, vive allí encerrado, apartado de cuanto lo rodea, embebido en su música. De pronto es como si el tiempo se clausurara para ese hombre que está punto de jubilarse y hubiera vuelto a un mundo que alguna vez fue el suyo y que activa de pronto en él una memoria que permanecía emboscada. Salió de allí cuando tenía diez años camino de un internado, luego más adelante rompió amarras con los suyos y se fue a Madrid, donde se hizo ingeniero. Construyó su carrera en organismos internacionales. No sabe muy bien qué hace allí, qué diablos significa todo aquello.
Las personas moderadas siempre se han visto como “las de en medio”: ni suficientemente de izquierdas, ni suficientemente de derechas; tan españolas como catalanas o tan vascas como españolas. En los relatos históricos apenas aparecen. En el famoso poema de Antonio Machado, queda claro que “una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Como si no hubiera una tercera o una cuarta España. Y es que hemos crecido creyendo que no hay épica en la moderación.
Moderaditos. Una defensa de la valentía políticaDiego S. Garrocho En Debate, 2025 107 páginas, 12,90 eurosLa apertura del año judicial, que hoy preside el Rey, no será una representación de respeto entre las altas instituciones del Estado por encima de las personas que las ocupan, sino todo lo contrario. Lamentablemente, el acto anual más importante del Poder Judicial será un ejemplo más de las dinámicas que contribuyen al deterioro institucional en España y que dejan al ciudadano con la sensación de que el tacticismo de los partidos se ha vuelto tan extremo que ha eliminado cualquier espacio no ya de diálogo, sino de cortesía.
“No soy el mejor fotógrafo del mundo, soy el que más trabaja”, me dijo Sebastião Salgado con voz suave. Su español, casi perfecto, se veía favorecido por la cadencia tranquila y melodiosa del portugués: “Un fotógrafo pertenece a una raza aparte: no soy un artista; el periodista recompone la realidad pero el fotógrafo no. Tengo el privilegio de mirar, nada más”.
Deben de ser muy variadas las razones por las que la gente quiere dirigir películas. Imagino que en los viejos tiempos para muchos directores supuso una forma de ganarse muy bien la vida, un oficio más que rentable que también creaba reconocimiento público. Y existirían los que descubrieran que estaban dotados y convencidos de que se podían contar todo tipo de historias a través de una cámara. Propias o ajenas.
RomeríaDirección: Carla Simón.
Intérpretes: Llúcia Garcia, Mitch, Tristán UIloa, José Ángel Egido, Sara Casasnovas, Miryam Gallego.
Género: drama. España, 2025.
Duración: 114 minutos.
Junto a la ventana del estudio de Max Richter (Hamelín, 59 años), un telescopio apunta al cielo luminoso. Son las tres de la tarde, pero para el compositor germano-británico la entrevista le pilla como si fuera de madrugada. “Llevo días adaptando mi reloj biológico al horario de mis próximos conciertos”, cuenta por videoconferencia desde la última planta de su casa de Oxfordshire. “Estas sesiones controladas de jet lag me permitirán salir fresco al escenario”. Serán este viernes y sábado por la noche, en la nave central del Alexandra Palace de Londres, donde celebrará los diez años del lanzamiento de Sleep (Deutsche Grammophon), una obra de ocho horas de duración escrita para cuarteto de cuerda, piano, órgano, voz y electrónica.
Hay lugares hermosos que no consiguen estar en paz. Y el hotel Formentor, el sitio idílico donde Camilo José Cela creó un premio literario, Fulgencio Batista se refugió de la revolución cubana, María Callas y Aristóteles Onassis reeditaron alguna de sus broncas, Yasir Arafat y Simón Peres se reunieron en secreto y Mario Vargas Llosa terminó de escribir Pantaleón y las visitadoras, es exactamente así.
“No te equivoques: mi NDA es más grande que el tuyo”. La frase, uno de los momentos álgidos de la por otro lado olvidable comedia de Amazon Rojo, blanco y sangre azul, demuestra hasta qué punto esas tres letras (que corresponden a non disclosure agreement, es decir, acuerdo de no divulgación o pacto legal de silencio) se han convertido en uno de los acrónimos de moda, cada vez más presente en las ficciones contemporáneas. Las historias más o menos verosímiles sobre gente común que se ha visto forzada a firmar uno antes de tener relaciones sexuales con una celebrity proliferan en las redes.
Si el ser humano es capaz de alargar la vida hasta los 150 años, Vladimir Putin y Xi Jinping muy probablemente no sobrevivirán para verlo. Los presidentes de Rusia y China coqueteaban con esta idea, incluso con su inmortalidad, durante los actos en Pekín por el 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial. La tesis, que captó un micrófono abierto, se basaba en “trasplantar órganos constantemente” gracias a la biotecnología.
Los hogares españoles que buscan adquirir una vivienda afrontan la recta final del año con la mirada puesta en lograr una hipoteca por debajo del 3%. Con un mercado hipotecario instalado en la estabilidad y un euríbor que, tras meses de descensos, se ha estancado en torno al 2,1%, las ofertas más competitivas aparecen con cuentagotas en las entidades financieras.
A veces las luchas vecinales hacen mucho ruido durante un tiempo pero mueren en silencio. Hace algo más de dos décadas, los madrileños del este de la capital iniciaron una larga campaña para conseguir un hospital público. Durante los primeros años se manifestaron todos los meses. Cortaban calles y reunían a cientos de personas, pero poco a poco la reivindicación perdió fuelle y cayó en el olvido. Hoy ese centro no figura en las prioridades de las asociaciones vecinales ni de los políticos a pesar de que el mapa de la sanidad pública en la capital muestra un clamoroso desierto en casi todo el flanco este de la M-30. La principal calle de esta zona es Arturo Soria, un bulevar que se ha convertido en la milla de oro de la sanidad privada en la capital. Es sede de seis hospitales privados y desde junio está en marcha la obra de un séptimo, propiedad del presidente del gigante sanitario Quirónsalud. Será levantado en el mismo solar vacío que durante años se pensó que podría haber sido la sede del gran hospital del este.
Primero, la teoría. ¿Qué entendemos por mareas vivas? Se trata de un fenómeno natural que ocurre cuando se intensifica las fuerzas gravitacionales durante las fases de luna llena o luna nueva, generando, gracias al peculiar alineamiento entre la Tierra y el Sol, algunas de las pleamares más altas y las bajamares más vaciadas del año. Sobre todo en bajamar, la costa gallega, desaguada hasta límites insospechados, brinda al viajero la posibilidad, durante unas horas al día, de pasear sin peligro por numerosos paisajes marinos, entre charcas y piedras; acceder a pie a islas antes peligrosas; rodear islotes esquivos el resto del año; adentrarse en furnas (cuevas), pasar de una playa a otra... En suma, comprender cómo el mar actúa en la línea de costa sin sentir su amenaza y con el perfume de aventura que todo viajero agradece.
Los mejores hoteles de París, las casas de los interioristas ilustres de hoy y las listas de la compra de los coleccionistas de antigüedades más puntillosos tienen una cosa en común: la locura por el art déco, ese estilo lujosamente geométrico —piense en imponentes biombos de laca negra o carísimas butacas beis— y eternamente moderno que hoy cumple cien años. Y que, por supuesto, nació de las cenizas del estilo contrario.