ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
El fracaso del procés ha traído una enorme frustración entre quienes creyeron, como fervientes seguidores de una religión laica, que la independencia de Cataluña estaba “a tocar”. Quedó patente que todas esas figuras vociferantes que animaban a las multitudes a saltarse la ley tenían los pies de barro y estaban en la política por sed de poder y no por otra cosa. Y es que los líderes mesiánicos siempre se mueven por un interés mucho más mundano que los elevados principios que difunden.
De un embrión congelado hace más de 30 años, tras un largo viaje a través del tiempo, nació un niño este verano. El bebé ha abierto los ojos a un mundo ajeno al momento de su concepción. Dado que la pareja que lo ha alumbrado no es la misma que lo creó, el viaje ha sido doble, como si hubiera hecho trasbordo en una estación para tomar otra línea. Hay trasbordos agotadores. Conozco varios en la red del metro de Madrid que conviene evitar porque sus túneles son kilométricos. Tarda uno horas en volver a nacerse. Otro asunto: la criatura de la que hablamos es casi más vieja que sus padres gestacionales, pues fue concebida cuando ellos tenían apenas cuatro o cinco años y muchísimo antes, claro, de que se conocieran. El niño lleva en su código genético y en sus marcas epigenéticas la nostalgia de un mundo de cabinas telefónicas y cintas de VHS que jamás conocerá.
El execrable asesinato del comentarista ultraconservador Charlie Kirk el pasado día 10 en Utah es otro episodio de la violencia con armas de fuego que cada año mata a más personas en Estados Unidos que en el resto de los países del G-7 juntos. Aunque muchos se apresuraron a buscarle motivaciones políticas al asesino, la investigación todavía no ha encontrado pruebas concluyentes. Sin embargo, ello no ha impedido al trumpismo radicalizar su discurso en contra de la oposición y de cualquier organización progresista hasta poner contra las cuerdas un derecho consagrado nada menos que en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense: la libertad de expresión.
Madrid es la excepción. Mientras varios de sus centros educativos públicos y concertados han recibido desde la semana pasada llamadas de la Inspección de Educación para que retiren la simbología relacionada con el apoyo a Gaza, el resto de colegios e institutos españoles no ha tenido que atender a ningún veto, según confirman las diferentes consejerías de Educación. La inspección educativa de la Junta de Andalucía, sin embargo, sí obligó al instituto Columela de Cádiz a retirar las banderas de Palestina y Ucrania que, desde el pasado mes de marzo, estaban colocadas en la puerta de su edificio. El centro de educación secundaria acató la decisión y las descolgó, pero las sustituyó por una pancarta con los colores de Palestina en la que se lee “Stop Genocidio”, con lo que no hubo ningún problema, por lo que continúa en el mismo sitio donde la colocaron.
“España huele a pueblo, / a descalzo y a fuente, / a trabajo y a queso, / a arrugas en la frente”. Junto a algunas flores selectas de Paco Martínez Soria, España huele a pueblo fue uno de esos productos culturales que, derivados del éxodo rural, nacieron como odas pero pronto se iban a entender como elegías. Benito Moreno compuso la canción en la marea alta del folk de los setenta y Manolo Escobar, un sabueso del casticismo, la popularizó. Se trataba de curar las nostalgias de aquellos que, con más anhelos de subsistencia que sueños de clase media, habían dejado atrás sus pueblos y volvían a evocarlos con un baile en la Feria de Abril de Barberà del Vallès o con un casete de Juanito Valderrama en Alemania. Menéndez Pelayo, en un golpe de brillo, escribió que la “antigua libertad” española era de carácter “municipal y foral”, y para honrar esa intuición bastará con recordar que Extremadura, con un millón de habitantes, tiene más municipios que Portugal, con 11 millones. Precisamente hasta el éxodo rural esos pueblos españoles continuaban siendo —como observó Azorín— iguales que en tiempos de Cervantes: “Plazas anchas, con soportales ruinosos, por las que de tarde en tarde discurre un perro”. Hoy seguimos teniendo más de 8.000 municipios, cuatro de cada cinco por debajo de los 10.000 habitantes. Y si nunca estuvieron muy poblados, hoy están diezmados y envejecidos, presa de la corrosión que desencadena el éxodo: el padre se va, el hijo no vuelve, el quiosco cierra, el bar apenas abre y —si se clausura la escuela— solo quedarán viejos hasta que ya no queden viejos. De los setenta a esta parte, fijar la población al territorio ha sido un principio rector de la vida nacional: por eso hemos abierto universidades y tendido vías férreas, y por eso prevemos mecanismos para fusionar municipios que chocan con el hecho de que a un pueblo no le gusta cómo huele el otro pueblo. Hemos tenido, en fin, mucho regocijo con las rotondas, pero si en algo es puntera la inversión pública es en polideportivos a una escala más adecuada a Toronto que a Villanueva de Gállego. El resultado de los esfuerzos ya sabemos cuál es: nuestra democracia ha tenido más éxito en recuperar al lince ibérico que al joven zamorano. Tenemos un problema —como si nos faltaran— con los pueblos.
Un fantasma recorre el mundo digital: el fantasma de los usuarios falsos. A finales de agosto la plataforma Twitch, hogar de Ibai, Auronplay, El Rubius o Xokas, anunció que iba a tomar medidas serias contra los bots usados para inflar las estadísticas de los creadores de contenido. La noticia ha caído como una bomba nuclear digital: fuentes de la propia plataforma precisan que unos 40.000 canales podrían estar hinchados, la audiencia media ha caído estos días un 25% y algunos de los streamers más grandes han llegado a perder entre el 50% y el 60% de su audiencia diaria. Por eso, sorprende mucho que, salvo excepciones, los medios de comunicación tradicionales hayan prestado tan poca atención a un fenómeno que les toca muy de cerca, ya que supone que sus enemigos, aquellos que venían a comerles la tostada, sencillamente, hacían trampas.
En La guardiana, recién publicada novela de la debutante Yael van der Wouden (Tel Aviv, 1987) que hurga en las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial en los Países Bajos, las protagonistas —y, a priori, antagonistas—, Isabel y Eva, se ven obligadas a convivir durante unas semanas. La historia, galardonada con el Premio de Ficción Femenina de 2025 (Women’s Prize for Fiction, uno de los más prestigiosos del Reino Unido), presenta a Eva como la novia de Louis, el hermano mayor de Isabel, que debe salir de viaje por trabajo, circunstancia que provoca el encuentro de las dos mujeres en la casa familiar. La distancia que las separaba se va estrechando hasta el punto en que, en un momento dado, a modo de broma, Eva le roba un beso a su cuñada. Con aquel gesto, la hasta entonces recatada Isabel se tira de cabeza: “Tenía la mano abierta en abanico sobre la ingle de Eva, en la juntura con la pelvis; el pulgar tocando la ropa interior. La delicada piel se había humedecido en ese punto. Isabel la besó con más vehemencia”.
LecturasLa guardiana. Yael van der Wouden. Traducción de Victoria Alonso Blanco. Salamandra, 2025. 288 páginas, 21 euros.
A cuatro patas. Miranda July. Traducción de Luis Murillo Fort. Random House, 2025. 384 páginas, 22,90 euros.
Intermezzo. Sally Rooney. Traducción de Inga Pellisa Díaz. Random House, 2025. 416 páginas, 22,90 euros.
Leche cruda. Ángelo Néstore. Reservoir Books, 2025. 208 páginas, 18,90 euros.
Pureza. Garth Greenwell. Traducción de Inga Pellisa Díaz. Random House, 2021. 240 páginas, 19,90 euros.
Iluminada. Lidia Yuknavitch. Traducción de Sergio Chesán. Horror Vacui, 2025. 304 páginas, 19,90 euros.
A pocas horas de arrancar este viernes la 73ª edición del festival de San Sebastián, una ola de calor empuja a la gente a las playas de San Sebastián. El domingo el descenso térmico vendrá acompañado de lluvias, casi diluvios, que amenazan con estropear entradas al hotel, alfombras rojas y paseos a por pintxos. Ninguna de esas previsiones ensombrece el rostro del director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, que el miércoles por la tarde cerró la presencia de Angelina Jolie para la presentación el domingo de Couture, un drama protagonizado por tres mujeres que coinciden en la semana de la moda de París.
Ninguna mujer ha sido asesinada llevando una de las llamadas pulseras antimaltrato. Ninguna de las 21.036 que la han tenido en algún momento desde 2009, cuando comenzaron a implantarse. Especialistas de distintos ámbitos e instituciones apuntan, desde su puesta en marcha, a la utilidad y la efectividad del sistema Cometa, que se ocupa de los aparatos que llevan tanto víctimas como agresores cuando un juez impone una orden de alejamiento; y que desde 2024 amplió el servicio a las víctimas de violencia sexual. La Fiscalía General del Estado reconoce en su última memoria anual “la indiscutible utilidad de los dispositivos como instrumento para proteger a las víctimas”. Y, con ese reconocimiento, hacen también otro: el de los fallos que también tiene el sistema, con 4.515 de esos dispositivos activos actualmente, según los últimos datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
15 días después de que Marea Blanca demostrara el malestar de los andaluces ante la situación de la sanidad pública en la comunidad con la presentación de una propuesta de ley para blindarla de los conciertos y la privatización, avalada por casi 60.000 firmas, la Junta de Andalucía ha hecho públicos los datos de pacientes en lista de espera, correspondientes a junio de 2025. La Consejería de Salud se felicita por haber reducido en 20.319 (14,2%) el número de pacientes pendientes de una operación quirúrgica dentro del plazo de garantía sanitaria y en 30.074 (56,7%) el de los que están fuera de plazo, entre diciembre de 2023 y junio de este año. También destaca la reducción del tiempo medio de espera en 42 días -de 150 a 108- para los que están con garantía en ese mismo período. Los sindicatos de profesionales sanitarios, sin embargo, se muestran sorprendidos por el triunfalismo del Gobierno de Juan Manuel Moreno. “La situación ha mejorado, pero hemos pasado de que sea muy mala a mala, el objetivo debería ser que no hubiera ningún paciente que deba esperar más del tiempo que le garantiza la ley para ser atendido”, subraya Rafael Ojeda, el presidente del Sindicato Médico Andaluz.
El curso escolar japonés comienza en abril. En estos momentos, mientras en Occidente los niños se acostumbran de nuevo a las clases, en Japón los padres de niños que comenzarán la educación primaria el año que viene están ya buscando la mochila que llevarán sus hijos. Tal antelación se explica porque una randoseru no es una mochila cualquiera, es en realidad un elemento esencial de la infancia japonesa desde hace casi 150 años.
Nada en la apariencia de la cantante Lola Young (Reino Unido, 24 años) es estrictamente original. Como una de tantas chicas en Londres —aunque nacida en la localidad de Croydon, se crio al sureste de la ciudad, en Beckenham—, Young es alternativa, lleva un corte de pelo mullet que combina mechas claras y oscuras y luce piercings y pestañas de un largo impostado. En realidad, lo que llama la atención al verla por primera vez es ese mestizaje que, aunque sutil, habla enseguida de una mezcla de orígenes. Es la herencia genética de su padre chino-jamaicano, aunque fue su padrastro, un bajista profesional, el que, junto a su madre, facilitó el desarrollo del verdadero rasgo distintivo de la joven, una voz rasgada que evoca demasiadas batallas para tan pocos años y que este viernes 19 de septiembre estrena su tercer disco, I’m Only Fking Myself.
Diecisiete meses después de que el Congreso diese luz verde a su tramitación con el voto de todos los grupos menos Vox, la regularización extraordinaria de cientos de miles de inmigrantes sin papeles va camino de quedarse en nada. La iniciativa legislativa popular (ILP) que pretendía legalizar la situación de cerca de medio millón de extranjeros que viven y trabajan en España de forma irregular llegó a la Cámara con la firma de más de 610.000 ciudadanos y el respaldo de 900 organizaciones sociales. Pese a ello, la ILP ha quedado atrapada en los juegos cortoplacistas de los partidos. Ahora mismo no cuenta con los votos necesarios para salir adelante ni parece que los vaya a reunir en un futuro cercano. Lo que se presentaba como una oportunidad se ha desfigurado hasta quedar como un fracaso de país. Un fracaso de todos porque a todos nos concierne la inmigración, pero en especial de sus instituciones.
Dice la derecha que se armó jaleo en la Vuelta ciclista a España porque Pedro Sánchez alentó a los manifestantes. Ya querría cualquier presidente en el cargo tener semejante control de las calles. La realidad es que Sánchez se puso al frente de la protesta para capitalizarla, en un contexto donde pocos temas propios le quedan para movilizar a la izquierda. El coste de la vida hace estragos, el PSOE parece por ahora incapaz de sacar unos presupuestos adelante, pero si algo sigue moviendo al progresismo es una causa como Gaza.
Uno de los triunfos más asombrosos de la humanidad es algo de lo que la mayoría de la gente ni siquiera es consciente.
Mis dos hijos asisten a un colegio público en la Comunidad de Madrid. Cuando comenzó la guerra en Ucrania se nos pidió que donásemos alimentos para paliar sus desastres. Ahora, Isabel Díaz Ayuso ha decidido que en los colegios no se pueden mostrar banderas palestinas ni apoyar al pueblo de Gaza. Justo eso hizo Israel después de la guerra de 1967. Entonces, el pueblo palestino comenzó a utilizar sandías para sortear la censura, porque comparten los colores de su bandera y se trata de una fruta tradicional en su cultura. Si ya es terrible no reconocer ni condenar un genocidio, peor aún es intentar silenciarlo. ¡Llenemos los colegios e institutos de Madrid de sandías!
Ibrahim al Gharbawi, su esposa y sus tres hijos creyeron haber encontrado un refugio cuando instalaron su tienda de campaña en el cuarto piso de una antigua residencia de mujeres de la Universidad Islámica, en Ciudad de Gaza, que fue tomada como blanco en los primeros meses de bombardeos israelíes contra la Franja, pero cuyas ruinas han cobijado desde entonces a múltiples familias.
La Fundación Marqués de Valdecilla ha lanzado este año el Premio Nacional de Medicina para conmemorar el centenario de uno de los hospitales, de nombre homónimo, punteros en trasplantes e inmunología en España. El consejero de Salud de Cantabria, que preside también el patronato de la fundación, conversa con este diario tras recalar en julio en Madrid sobre el espíritu de este primer galardón, que ha recaído en la inmunóloga española Carola García de Vinuesa y que se entregará el día 2 de octubre.
La ministra de Sanidad, Mónica García, “tiene la intención de recuperar” el empaquetado neutro del tabaco “durante la tramitación de la norma”. Así lo confirman fuentes del Ministerio a Cinco Días. El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo espera que lo haga vía enmienda. Y es que, aunque la semana pasada el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto que amplía los espacios sin humo o prohíbe el consumo de tabaco a menores -más allá de la venta-, esta medida, rechazada por las tabaqueras, quedó fuera “por falta de acuerdo en el Ejecutivo de coalición”.
"Veneno en cada calada", los mensajes de Canadá en cada cigarrilloAdemás de haber adoptado el empaquetado neutro, Canadá ha comenzado a aplicar advertencias sanitarias en los cigarrillos individuales. Se trata de una política relativamente nueva que entró en vigor el 30 de abril de 2024. Esta política incluye mensajes como "veneno en cada calada", "los cigarrillos causan cáncer" y "el humo del tabaco perjudica a los niños". La Organización Mundial de la Salud en un informe de diciembre del año pasado dice que, “si bien la política es nueva y evaluar su impacto en el consumo de tabaco requerirá tiempo, los estudios han demostrado que la eficacia de estas advertencias es alta (95,96)”.