ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
El jueves 19 de septiembre de 2024, una supervisora de Cometa ―el centro que se ocupa del seguimiento de las llamadas pulseras antimaltrato―, pidió al equipo del turno de mañana que se saltara el protocolo para que las pantallas estuvieran lo más limpias posibles de alertas antes de que llegara la visita que tenían poco después de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, de quien depende ese organismo. Su gestión está en manos de Vodafone y Securitas tras el cambio de empresa adjudicataria en marzo del pasado año.
Como si fuera un gran secreto, la actriz Nagore Aranburu (Azpeitia, Gipuzkoa, 49 años) ha estado durante años trabajando sin parar, de película en película, mientras directores como los Moriarti, Asier Altuna o Telmo Esnal hablaban maravillas de su capacidad interpretativa. Sin embargo, el resto de los espectadores españoles se fijaron en ella gracias a la concatenación de La herida, Loreak y Amama, siguió siendo esa cara secundaria en Patria, Competencia oficial o Irati, hasta que llegó el estallido de su Miren de Querer. La mirada sobre Aranburu del público ha cambiado. “Aquí [se refiere a San Sebastián, donde vive] nada ha cambiado, en Madrid obviamente me ven de otra manera”. El Zinemaldia se ha convertido en esta edición en el escaparate de Aranburu, que de domingo a viernes asistirá a cuatro estrenos en la sección Oficial (aunque no todos a concurso): tres películas y una serie. “En el último año y medio he trabajado mucho. Es hora de disfrutar y descansar”, sonríe.
A Martina Fresno, de 14 años, sus padres le regalaron el primer teléfono al mes de empezar el instituto. “Todo el mundo lo tenía y si los compañeros hablaban por el grupo de Whatsapp de clase, yo no me enteraba. Me lo dieron para que no me quedase excluida”, cuenta. Una situación similar vivieron sus compañeros Pablo Carneros y Mateo Lamas, estudiantes en el instituto Las Musas, localizado en San Blas-Canillejas. Pero el nuevo curso ha llegado con una novedad a los centros públicos de la Comunidad de Madrid tras aprobarse el decreto que elimina el uso individual de dispositivos digitales en educación infantil y primaria. En la etapa de secundaria son los propios institutos los que delimitan su uso según las características de las enseñanzas, la edad y el grado de madurez de los estudiantes, aunque muchos abogan por la restricción del teléfono e, incluso, por su prohibición total.
La ola de espanto, indignación y solidaridad con los palestinos ante el sufrimiento de los gazatíes recorre el mundo, y en España crece con una magnitud y alcance aún incuantificables. Esta semana se darán en Naciones Unidas nuevos pasos y nuevos reconocimientos del Estado palestino, como ya hiciera el Gobierno de España en mayo de 2024.
“Es evidente que faltan bomberos. Las cifras lo dicen claramente. Estamos seis personas defendiendo un pueblo entero. Vemos cómo se disparan las horas trabajando y que no hay relevos para acortar las jornadas”, lamentaba Javier García, responsable federal de bomberos forestales de UGT Servicios Públicos, la semana pasada en una rueda de prensa junto a CC OO. Los últimos datos de la oficina estadística europea, Eurostat, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, sostienen esta queja: España acumula dos años a la baja en su número de efectivos dedicados a la prevención de incendios. En 2024 eran 39.472, 2.617 menos que un año antes. El retroceso es inusual en el contexto comunitario. Solo seis países registraron caídas en el número de efectivos respecto al año anterior, mientras en el resto aumentaron. El retroceso de las plantillas en España contrasta con la amenaza creciente de los incendios por el cambio climático y con un mercado laboral que en su conjunto avanza vigorosamente.
Jubilación anticipada para los bomberos forestalesEl Gobierno cumplió la semana pasada una deuda histórica con los bomberos forestales. El Consejo de Ministros aprobó los coeficientes reductores para este colectivo profesional, de manera que cada año trabajado cuenta como un periodo más largo y podrán acceder antes a la jubilación. "El bombero forestal podrá anticipar el acceso a la jubilación hasta un máximo de cinco años de lo que le correspondería a su edad ordinaria de jubilación. Es decir, un trabajador que pudiese jubilarse a los 65 años, como máximo podrá anticipar su edad de jubilación a 60 años. A modo de excepción, se podrá anticipar hasta seis años en el caso de quienes acrediten un periodo de cotización de 35 años de actividad como bombero forestal", explica el Ministerio de Seguridad Social.
La responsable del departamento, Elma Saiz, indicó que "los duros y dolorosos acontecimientos del pasado verano han evidenciado que un sistema público fuerte es lo que salva, protege y une, y que España necesita un cuerpo de bomberos fuerte, estable y protegido". Otros colectivos están pendientes de esta herramienta para jubilarse antes, que decidirá un equipo del ministerio en base al número de bajas, su duración y siniestralidad en cada actividad. Los sindicatos de la construcción ya han reclamado los coeficientes reductores oficialmente y los del transporte, junto a la patronal, han manifestado su intención de hacerlo.
La fe evangélica mueve montañas en Madrid. Al menos, esto es lo que revelan los últimos datos. En la región se abre un templo cada cuatro días desde hace cinco años, según el Directorio del Observatorio del Pluralismo Religioso. Todos los lunes, a las nueve de la noche, 25 evangélicos latinoamericanos se conectan por videollamada en un grupo de WhatsApp para rezar pasajes de la Biblia. “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar y limpiarnos de toda maldad. Juan 1:9”, se lee en el chat apenas acaba la hora de oración. El organizador es el pastor Freddy junto a su esposa, Julia Esparza. Ambos han preparado un evento llamado Sanidad y Milagros que se ha celebrado este sábado, organizado por su iglesia Destellos de Gloria Global, con la presencia del apóstol Jorge Díaz, llegado desde Colombia supuestamente para curar a los fieles. Freddy comparte solo la ubicación del templo, en el barrio del Pilar, y avisa de que alguien saldrá a recibir a los recién llegados. “Si tiene alguien enfermo, tráigalo también”, dice por teléfono.
Medio centenar de los más de 426.000 suscriptores de EL PAÍS llegaron a la sede del periódico en Madrid durante la tarde del pasado viernes para mantener un encuentro con su director, Jan Martínez Ahrens. “Sois los dueños reales de nuestra información y del periódico”, dijo a modo de bienvenida en su primer acto público desde que a principios del pasado mes de junio empezó a ejercer como máximo responsable editorial de este diario. Y durante una conversación con la periodista Ana Fuentes, afirmó: “Aunque estemos en una crisis de desinformación, los grandes periódicos vivimos un momento poderoso. Las armas que nos da la tecnología nos pueden ayudar, incluida la inteligencia artificial, que nunca podrá sustituir al periodista en el campo de batalla”.
La Asamblea General de las Naciones Unidas tiene previsto celebrar esta semana su gran cita anual con el debate del octogésimo periodo de sesiones, una convocatoria que se produce en medio de inquietantes síntomas de deriva del mundo hacia una cada vez más desacomplejada e impune ley de la selva. Ante esta degeneración, el principal foro de la sociedad de las naciones, de la aspiración al multilateralismo y a relaciones internacionales basadas en reglas e instituciones, se muestra ineficaz y cada vez más debilitado.
No falla. Los aprendices de tirano siempre encuentran una coartada para debilitar los contrapoderes que les estorban. Lo hemos vuelto a ver con el caso de Jimmy Kimmel, quien aprovechó el execrable asesinato de Charlie Kirk para hacer bromas ácidas y legítimas contra el Gobierno estadounidense. No tardó en llegar la respuesta: el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones amenazó con tomar medidas contra la cadena ABC y, acto seguido, el programa del cómico fue cancelado.
En España, la ley estipula un máximo de 60 días para pagar las facturas. La realidad sigue sumando: 90, 120, 180 días... Y la excusa no puede ser más manida: “Estamos esperando que nos paguen a nosotros”. La morosidad se transmite como la gangrena y se acepta como parte de la idiosincrasia española. Y no solo es el coste económico: ansiedad, desgaste, la sensación de mendigar lo que ya es tuyo... Periodistas, traductores, arquitectos, ilustradores: todos sostienen con su trabajo el flujo de caja de otros. Son los bancos invisibles de la economía española. Sin balances, sin sucursales, pero que soportan una anomalía que se ha vuelto costumbre. Y conviene llamarla por su nombre: morosidad estructural.
A principios de los años 70 la familia del periodista Joan Lluís Ferrer (Ibiza, 1967) se reunía para comer los domingos de agosto en la vieja casa payesa de Can Covas, situada en un pequeño monte cerca de la cala de Benirràs (Ibiza). Cuando alguno de los comensales aguzaba el oído y percibía el sonido lejano de un motor, los allí presentes especulaban sobre la identidad del conductor, quizás algún conocido o puede que un turista despistado. Casi 50 años después, otro domingo de agosto bien diferente, el periodista se encontró en la misma cala, esta vez abarrotada por cientos de personas y con más de 2.000 coches aparcados de cualquier forma en sus inmediaciones, con personas llegadas de todos los rincones de Europa. “Es como si toda Ibiza se hubiera reunido allí de repente” reflexiona Ferrer. La cala está, desde hace años, atestada todos los atardeceres del verano con cientos de turistas que acuden a ver la puesta de sol y asistir a una fiesta en la que se reúnen decenas de personas a tocar el tambor.
“Nos puede sorprender el delito de profanación de cadáveres porque pensamos en esas películas góticas en blanco y negro en el que dos personas entran por la noche en un cementerio para robar un cadáver y dárselo a un científico loco para que experimente”. Así es cómo explicó el fiscal del caso del Rey del Cachopo, condenado por el crimen de su exnovia Heidi Paz, por qué había que condenarlo también por haber desmembrado su cuerpo. Frente a él, nueve hombres y mujeres que tenían que decidir sobre el futuro de ese hombre menudo de verborrea incesante. El fiscal sabía cómo tenía que dirigirse a ellos para hacerles llegar una investigación policial y judicial de años con decenas de documentos, términos técnicos, declaraciones e informes periciales.
En su despacho de los Países Bajos, el profesor Han Wösten nos enseña un objeto duro similar a una esponja. Se trata de un material que creó en 2012 a partir de la intrincada red de raíces de los hongos. Sus predicciones sobre el potencial de este material son bastante audaces.
La vida no siempre es justa. Y la de Javier Ruiz (Valencia, 52 años) ha sido una pelea constante. La radio, el paro, la tele, el paro, periódico, el paro, la tele... “Y sé que volveré a quedarme sin trabajo”, dice con su traje de presentador sin una sola arruga y un modernísimo reloj inteligente. Es el precio de mantener su propio criterio. Pese a todo. Hijo de las becas, hay una fotografía de su adolescencia que lo resume todo. Una excursión en el campo con sus amigos. Y él, absorto y solo, sentado en una piedra, leyendo el periódico. “En ese momento, era feliz”. Adicto a la información, cada mañana explica los asuntos más complejos de la actualidad con la tablet bajo el brazo. Su desembarco en Mañaneros hace cuatro meses ha convertido al programa en el buque insignia de TVE.
Adilson es más que una ópera. Es una biografía en suspenso, también una radiografía de la crueldad de los estados. La policía podría haber detenido al hombre que cerró el viernes el espectáculo que cuenta su historia en el Theatro Circo de Braga, en el norte de Portugal. El bailarín Adilson carece de permiso de residencia desde 2019 y no tiene nacionalidad portuguesa, a pesar de que llegó al país de bebé hace más de 40 años. Su exclusión de la ciudadanía ha inspirado la primera ópera de Dino D’Santiago, el músico y creador portugués de origen caboverdiano que denuncia la discriminación de los afrodescendientes de antiguas colonias en su país. “Nuestros cuerpos también son patria”, se grita al final de la ópera y se lee en la camiseta con la que el director saluda al público que acude al acto central del Festival Paraíso, donde pensadores y creadores han examinado durante tres días la gestión que la democracia portuguesa ha hecho de los traumas del pasado con motivo de los 50 años de las independencias de Angola, Mozambique, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe.
Esta es una de esas noticias que no suelen traspasar las fronteras del Reino Unido: la muerte, con 80 años, de Chris Hill, DJ y figura esencial en la popularización de la música negra, aparte de facilitar la eclosión del movimiento Brit funk. Para entendernos, la versión inglesa del desaparecido Antonio Fernández. Muchos le recordarán: locutor en Radio Juventud, parte de la Cadena Azul de Radiodifusión, luego pilar de Radio 3 con su programa Area Reservada, que generó varias recopilaciones discográficas.
Pretty Yende (Piet Retief, Suráfrica, 1985) dice que no ha tenido suerte en la vida. A algo parecido lo llama bendición, pero sobre todo, trabajo duro. El que le ha ayudado a llegar desde una pequeña localidad de Suráfrica donde cantaba en el coro de la iglesia y la coronación de Carlos III o a la reapertura de Notre Dame en París. Eso le dio foco global, pero ya en el mundo de la ópera se había hecho hueco entre las grandes. Hoy es una de las sopranos más codiciadas en los escenarios y conversamos con ella en Santander, donde triunfó el pasado agosto en un recital en el Festival Internacional de la ciudad.
Septiembre se siente como un nuevo comienzo, como una oportunidad de ir por el buen camino, de ser sano y deportista, y sobre todo de perder esos kilos que puede que se hayan ganado con el relax del verano. Una vez que se inicia el curso escolar y los niños están ya en el colegio, se da el pistoletazo de salida para intentar crear una rutina férrea, que la mayor parte de las veces no tiene que ver ni con nosotros ni con nuestra vida. Y como era de esperar, falla. Con ese fallo, nuestra autoestima se ve mermada y nos frustramos, pensando en la poquita fuerza de voluntad que tenemos. ¿Pero y si eso que nos imponemos está destinado a fallar? ¿Y si el problema fuera la dieta y no tú? Justo de esto quiero hablarte hoy: no necesitamos más frustraciones gratuitas y, sobre todo, no generarte más daño.
La zapatilla blanca ha muerto. Tras décadas de impoluta dictadura que vivimos a ras del suelo (con excepciones como el gris normcore que impuso la 990 de New Balance, o las suelas en tecnicolor de la XT-6 de Salomon) se vienen tiempos de oscuridad. En concreto, una gama parda de colores que van desde el camel al chocolate, mocca o tabaco encapotarán nuestros pasos en los próximos meses.