ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Veintiún millones de mujeres y niñas viven asfixiadas bajo el régimen de Afganistán. Hace ya cuatro años, Estados Unidos y sus aliados, entre ellos España, las abandonaron a su suerte al retirar sus tropas del país tras los Acuerdos de Doha, firmados por los talibanes y EE UU. El pacto, llamado “de paz” y cuyo fin era acabar con Al Qaeda, devolvió a manos de los talibanes a las mismas mujeres a las que se pretendía liberar invadiendo el país dos décadas atrás. Desde aquellos acuerdos, las afganas sobreviven a una represión cada vez más cruenta de sus derechos.
Con el otoño, el vermut recupera su verdadero protagonismo. El ritual del aperitivo se adapta a los días más cortos y a las temperaturas más frescas, y locales especializados consiguen imprimirle un aire renovado a lo que ya es una tradición centenaria. Tagen Ata, desde A Coruña, ha logrado en apenas año y medio convertirse en un punto de referencia para todos los aficionados. Sus fundadores ofrecen cerca de una docena de vermuts gallegos, donde podemos encontrar exquisiteces como Sardino, “muy equilibrado entre amargor y dulce”; Povarelo, “intenso con laurel y canela”, o Miña Neta, “dulce y afrutado con uva godello”. La apuesta más atrevida es su programa I+D+V (Investigación, Desarrollo y Vermut). Cada semana inventan un combinado nuevo. “Nos gusta sorprender, por eso probamos con un Bloody Vermut, con uno tropical con fruta de la pasión o incluso con un estilo margarita con tequila”, explican.
“Pa’lante”. Con esa soez expresión, el jefe de Gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid se ufanaba en un tuit celebrando que la Sala de Apelación del Tribunal Supremo, aunque con un voto particular discrepante, desestimara el recurso presentado por el fiscal general del Estado.
El 12 de junio de 2006 Jaén se acostó sin aeropuerto y, al levantarse al día siguiente, ya lo tenía. No hizo falta poner un ladrillo, llevar una sola hormigonera o esperar años de construcción y licencias. Bastaron alrededor de 250 palabras en el Boletín Oficial del Estado del 13 de junio y cambiar el cartel del aeropuerto de Granada que, desde entonces, se llama aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén. El añadido no gustó en Granada y provocó enfados o chanzas a partes iguales pero, pasados las primeras semanas, el asunto cayó en el olvido durante dos décadas. Ahora, cuando la llegada de nuevos vuelos depende, sobre todo, de la inversión publicitaria que los territorios hagan en las compañías aéreas, la paz se ha esfumado. La diputación granadina dice que invierte cada año un par de millones en promoción del aeropuerto, por nada o casi nada de Jaén. Francisco Rodríguez, presidente granadino (PP), se ha llegado a preguntar si, en ese caso, no habría que sacar del título el nombre de Jaén. En la provincia vecina eso ha sentado como un puntapié por inesperado y porque consideran que es injusto.
Sonia Jiménez, Inés González y Silvia Ferrer están furiosas, desconcertadas y a ratos resignadas. Sus familiares más cercanos fallecieron tras sufrir supuestos retrasos y errores en los diagnósticos del cáncer de mama, y la polémica que ha envuelto a la Junta andaluza (PP) en su mayor crisis tras seis años en el poder, solo ha removido su dolor. Las tres sienten estupor cuando oyen ciertas declaraciones de los responsables políticos; han ordenado los documentos médicos que detallan la historia clínica de sus madres y hermana; y aún dudan sobre si darán el paso definitivo para interponer una demanda administrativa o judicial que repare el daño causado.
Mediodía. El sol de otoño eleva la temperatura por encima de los 25 grados. Hay turistas en chanclas camino de la playa y otros con ropa de marca se dirigen hacia Puerto Banús. Algunos prefieren sentarse a tomar algo en una terraza. La estampa relajada del pasado viernes en la zona de Nueva Andalucía, en Marbella (Málaga, 159.000 habitantes), es calcada a la de una semana anterior. A excepción, eso sí, de dos personas que fueron entonces captadas por una cámara de seguridad. A un lado, Hamza Karimi, rapero sueco de 23 años que habla por teléfono. Al otro, un compatriota que, como se ve en el vídeo, se le acerca con parsimonia para dispararle varias veces antes de huir. El primero murió en el hospital. El segundo fue detenido pocos minutos después por la Policía Nacional. Un día más en la Costa del Sol.
Hay sobredosis de estrenos en esta golosa época cuando se supone que el desnutrido público tiene ganas de volver al cine. Y todo dios se empeña lógicamente en colocar a sus criaturas en las salas al mismo tiempo.
Caza de brujasDirección: Luca Guadagnino.
Intérpretes: Julia Roberts, Ayo Edebiri, Andrew Garfield, Michael Stuhlbarg, Chloë Sevigny.
Género: drama. EE UU, 2025.
Duración: 139 minutos.
Estreno: 17 de octubre.
Las prendas que jamás han pasado por la plancha son parte del imaginario de Miuccia Prada, que ya en la colección otoño/invierno 1998 de Miu Miu presentó sobre la pasarela diseños visiblemente arrugados. La fórmula la volvió a repetir en el desfile primaveral de Prada de 2023. Una idea que la creadora italiana, una de las personas más influyentes de la industria, también emula en su propio armario. Sin ir más lejos, al saludar a los asistentes junto a Raf Simons tras el desfile primavera/verano 2024 de Prada, su falda marrón estaba orgullosamente arrugada.
Cuando un escritor novato mira por primera vez a los ojos a un editor, está viendo las mieles de un manjar inaprensible, etéreo, mágico, mientras escucha un arpa con la melodía de la gloria eterna. Cuando un editor mira a los ojos a un escritor, está viendo el símbolo del dólar. El choque de aspiraciones genera monstruos, por ello es clave desengañarse cuanto antes y ser muy conscientes: los libros son industria, son dinero, son negocio. Por mucha trascendencia, poesía, elevación y ego que haya puesto el autor. O incluso a pesar de ella.
Catorce años y alguno más me llevó obtener la nacionalidad española. Para quienes ni somos latinoamericanos, ni venimos de un país europeo, ni podemos demostrar ancestros sefardíes, ni sabemos golpear como Topuria o meter goles como Messi, el primer requisito que se nos exige es demostrar una residencia ininterrumpida en el país mínima de 10 años. Si te despistas y no constas como inscrita durante algún periodo, por la razón que sea, pues vuelta a empezar hasta que llegues de nuevo a esos 10 años con todos sus meses y sus largos, larguísimos días. Luego, contrata un abogado que te consiga una cita y espera a que te la den mientras reúnes papeles y más papeles. Yo me río de Ulises, que en su viaje no tuvo que enfrentarse con la burocracia intercontinental: que si demostrar medios de subsistencia, incluso aunque seas estudiante y como tus compañeros vas haciendo trabajillos a media jornada (contrato de un mínimo de un año, pedían entonces y ¡ay!, a mí me los hacían por horas en la ETT). Pero nada, terca como una mula en mi objetivo de convertirme en persona, seguí insistiendo. Pidiendo papeles a ese país desconocido a cuyos funcionarios les tenía pánico.
El exministro José Luis Ábalos y quien fuera su asesor, Koldo García, han sorteado esta semana la prisión preventiva tras comparecer ante el magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente. Pese a que el juez advierte de que el último informe de la Guardia Civil “profundiza” en los indicios de que ambos recibieron ingresos “irregulares y opacos” a cambio, supuestamente, del amaño de contratos públicos, ni el instructor ni el fiscal jefe de Anticorrupción han considerado justificado su encarcelamiento. Esta situación contrasta con la del ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, a quien el mismo juez, con el apoyo del mismo fiscal, mantienen en prisión desde el pasado 30 de junio por su participación en la misma red corrupta que Ábalos y su antiguo asesor. ¿Cómo se explica esta diferencia? Los auto dictados por Puente recogen sus argumentos, aunque pueden no disipar del todo las dudas, ante lo que fuentes jurídicas aseguran: el juez y el fiscal tienen información de la Guardia Civil que les lleva a concluir que Cerdán no debe estar en libertad. Para la defensa, sin embargo, esta diferencia “no tiene sentido”.
Pedro Sánchez ha convertido la tradicional idea de “hacer de la necesidad virtud” en un eje conductor de esta compleja legislatura. La utilizó incluso para justificar la amnistía a los presos del procés. El presidente no tenía ninguna intención de hacerla. De hecho, aseguró que nunca la haría. Pero una vez se vio forzado a llevarla adelante para lograr su investidura, Sánchez se concentró en sacarle el máximo jugo político a la decisión para dar el carpetazo definitivo al procés y reforzar al PSC. Y de hecho es lo que sucedió. De nuevo, Sánchez y su equipo se aferran a “hacer de la necesidad virtud” para enfrentarse a la comparecencia en el Senado sobre corrupción a la que acude forzado por la mayoría absoluta del PP. En La Moncloa están convencidos de que el presidente podrá darle la vuelta a la estrategia del PP con una salida a la ofensiva para convertir lo que en principio era una baza de la oposición en una forma de reforzarse si sale bien parado.
Las llamadas telefónicas de spam son un suplicio que afecta diariamente a millones de consumidores. El Ministerio para la Transformación Digital lanzó en mayo una iniciativa para reducirlas gracias a la cual se han evitado 48 millones de ellas en los primeros cuatro meses. Sin embargo, el teléfono sigue sonando ―son frases de este estilo: “Hola, tengo un trabajo para ti” pronunciadas por una máquina con voz femenina―, tal y como constatan las principales organizaciones de consumidores.
“Quien no tuvo una vajilla de La Cartuja tuvo, al menos, una vecina que la enseñaba con orgullo”, se dice. En casi todas las casas hubo alguna vez una vajilla de La Cartuja. En unas estaba completa, con uso acotado a los domingos y fiestas de guardar; el resto del año dormía envuelta en papel de estraza dentro del aparador. En otras quedaban solo piezas sueltas: un plato hondo, una fuente mellada, una taza... En los pueblos, la cubertería de plata y la loza buena ni siquiera se usaba, solo se enseñaba. Atesorar una pieza de La Cartuja de Sevilla era símbolo de estatus.
BYD, la marca china de coches que se disputa con la estadounidense Tesla la corona de líder global de vehículos eléctricos, ha protagonizado uno de esos ascensos vertiginosos que solo parece posible en las fábulas tecnológicas que tanto gustan entre los líderes de la República Popular: de los orígenes humildes de su fundador en los tiempos duros de Mao Zedong a la conquista planetaria en el siglo XXI.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó de nuevo esta semana su “descontento” por la decisión de España de no adherirse al compromiso de elevar el gasto militar hasta el 5% del PIB para 2035 suscrito por los 31 restantes aliados de la OTAN. En sus reproches, Trump jugó tanto con la idea de expulsar a España de la Alianza como con la de tomar represalias en forma de aranceles. Lo primero es una ocurrencia sin recorrido a la vista de la arquitectura institucional atlántica. Lo segundo, una hipótesis con un margen de maniobra muy tortuoso, ya que España forma parte de un bloque comercial unitario y, además, no tiene una posición económica especialmente expuesta a EE UU. Esto no significa que se deba tomar a la ligera el disgusto del líder de la que sigue siendo la primera potencia planetaria por cuanto afecta a la posición española en Europa y en el mundo.
Hace más de una década, miles de mujeres marcharon sobre Madrid en el Tren de la Libertad. Aquel convoy recorrió España impulsado por la fuerza de generaciones de mujeres decididas a transformar la injusticia en progreso, la desigualdad en derecho, el paternalismo machista en libertad. Aquel espíritu de avance, de valentía, de justicia y de igualdad continúa intacto y sigue impulsando los cambios normativos necesarios para blindar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.