ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Más que un influencer, se considera la voz de sus compañeros de profesión: los camareros. Jesús Soriano (Alzira, Valencia, 38 años) pasó 18 años trabajando con la bandeja en la mano antes de dedicarse por completo a Soy Camarero, la cuenta que creó hace ocho años y desde la que da voz a más de un millón de seguidores. En Instagram reúne 455.000, en X suma 165.000, en Facebook alcanza los 312.000, y en TikTok, donde acaba de estrenarse, supera ya los 80.000. Es autor, además, del libro Soy camarero. El cliente no siempre tiene la razón (Grijalbo), sobre el día a día de un camarero y sus anécdotas con los clientes. De vez en cuando deja las pantallas y se quita el mono de un trabajo, que empezó por necesidad a los 16 años, y ayuda en la barra de El Raconet, el bar de una amiga en Algemesí (Valencia).
Maribel Vilaplana quería quedarse fuera de foco y ha conseguido justo lo contrario: la jueza de la dana la ha citado, y su declaración del 3 de noviembre concentrará todos los focos y marcará el aniversario de la riada. Los que vemos muchas series policiales tenemos muy naturalizado aquello de que todo lo que digas puede ser usado en tu contra.
La Mutualidad de la Abogacía —que ahora se presenta bajo el nombre Mutualidad— vive uno de los momentos más cruciales de su historia. La aseguradora profesional afronta la inminente aprobación de una ley que permitirá a determinados mutualistas trasladar sus ahorros al sistema público, a través de una “pasarela” al régimen especial de trabajadores autónomos. La entidad se prepara para adaptarse al nuevo marco legislativo con un plan estratégico que busca mantener su solvencia y seguir creciendo, incluso si la norma acaba poniendo fin a su papel como alternativa privada a la Seguridad Social, función que desempeña desde 1948.
Me avergüenzo un poco de decirlo, pero el robo del Louvre me reconcilió con la especie humana. Comprendo la aprensión en Francia, la conmoción para la dirección del museo y hasta la desolación de los descendientes de Napoleón, pero me alegró el día, no pude evitarlo. Era una noticia simpática, como de otra época. No solo porque hoy sean todas antipáticas, es que estos golfos apandadores han hecho algo que nadie creía ya que se pudiera hacer. Piensas que es imposible, estamos supervigilados y con todas las cámaras que hay te pillan enseguida. Vivimos derrotados de antemano. Sobre todo, remitía a una épica en la que ya no cree nadie, la de David contra Goliat, la liebre y la tortuga, el sastrecillo valiente, la maña y la fuerza. Era una noticia totalmente fuera de lugar entre bombardeos de guarderías y presidentes que descargan toneladas de estiércol sobre la gente. Pero reflexionando sobre por qué me reconfortaba tanto me parece que es porque a la inteligencia artificial no se le habría ocurrido. Me imaginé a la banda del atraco en el primer día de la reunión, que seguro que fue muy divertida. Aquello se presentaba muy difícil y apostaría que alguien dijo: vamos a preguntarle a ChatGPT, porque es lo que ya hace todo el mundo para cualquier cosa, hasta para la lista de la compra, aunque casi nadie lo confiese. Entonces escribirían: “Hazme un plan para robar algo en el Louvre, lo más fácil”. Y probablemente les respondería que no se puede y que el museo tiene unas medidas de seguridad sofisticadísimas de última generación. Ahora ya no, porque verá la noticia y sugerirá usar un montacargas, pero jamás se le habría ocurrido antes. Que se les cayera una corona en la huida es un detalle encantador. Con la inteligencia artificial desde luego no hubiera pasado. Viva la Pantera Rosa.
Mientras escribo esto se acaba de firmar el plan de paz sobre Gaza en Egipto. Un rayo de esperanza, pero con qué precio. Y, sobre todo, ¿durará? Mi apellido paterno, Montero, indica un oficio, así que es probable que sea de converso. En cuanto al apellido materno, Gayo, viene de los vaqueiros de alzada asturianos, un pueblo seminómada que ha sufrido una dura discriminación durante siglos. Aún hoy se puede ver, en alguna iglesia de la zona, la centenaria raya pintada en el suelo, junto a la puerta, con la leyenda de “hasta aquí los vaqueiros”, porque no los dejaban entrar en sagrado. Despreciados y pobres, eran de origen celta, el último reducto de la Edad del Bronce que hubo en Europa, como dijo el antropólogo Julio Caro Baroja en un precioso libro sobre ellos. Pues bien, dentro de mis mitos fundacionales, de esa fabulación con la que solemos adornar nuestra identidad, desde muy niña he pensado con ardiente orgullo que desciendo de dos pueblos perseguidos, judíos y vaqueiros. Amo la herencia nórdica de brumas y montañas, y admiro profundamente la historia judía, su genialidad, su resistencia, el increíble porcentaje de Premios Nobel que acumulan.
Unas 3.300 millones de personas, alrededor del 40% de la población mundial, viven en países que gastan más en pagar sus deudas que en educación o salud. Viven en la trampa de la deuda. Según las últimas estimaciones hechas públicas recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda pública global superará a todo lo que produce el planeta entero en un año (100% del PIB) antes de que acabe la década. Trabajar solo para pagar. Es el mayor nivel desde la segunda posguerra mundial.
“Aunque la escribí en 2001, esta novela es muy la resaca de la década, un campo en llamas”. La década es la de los noventa. El lugar arrasado, Argentina. La novela: Cómo desaparecer completamente. Y la escritora, nada menos que Mariana Enriquez (Buenos Aires, 51 años). Esta novela, que ahora reedita Anagrama, es la segunda que escribió después de una, según ella, malísima. La Mariana Enriquez de Cómo desaparecer completamente ya sabía que quería escribir terror, pero antes necesitaba bajar a los infiernos del realismo social, el tipo más cotidiano de espanto que permanece como escenario de sus relatos hoy en día. Lo que quizá no sospechaba aquella veinteañera sin dinero que estaba pasando por un bache es que ese camino de búsqueda culminaría un día en Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019), una monumental obra que abarca la historia reciente de Argentina, la de España, el trauma de la herencia, un sentido de la aventura cercano a los clásicos de Stephen King, sociedades secretas, la voracidad de las élites, colonialismo, el ambiente del Londres de los sesenta, en resumen todo lo que compone el universo íntimo de Enriquez y que inesperadamente conectó con miles de lectores en todo el mundo. En el Hay Festival Segovia, donde nos encontramos, Mariana Enriquez comienza una gira casi de estrella del pop después de un larguísimo viaje desde Australia, a donde acaba de mudarse con su marido.
Álex Gómez Marín (Barcelona, 44 años) cree en la utilidad de la terapia de constelaciones familiares para superar traumas, en que es posible hablar con parientes muertos a través de un médium o en que hay indicios de que la reencarnación es una realidad. También es doctor en física y ha tenido una carrera científica exitosa, con más de 100 artículos publicados en revistas que van desde la física teórica a la neurobiología, pasando por la cognición y la consciencia humana. Eso le llevó a ser científico titular del CSIC y a dirigir su propio laboratorio, el de Comportamiento de Organismos en el Instituto de Neurociencias de Alicante. Ahora, su laboratorio está vacío y él es el único miembro del equipo; no recibe apenas financiación, y ninguna por las vías habituales.
La casa de York está viviendo sus horas más bajas. Tanto el príncipe Andrés como Sarah Ferguson siguen siendo protagonistas por todas las polémicas en las que llevan implicados desde hace décadas. Pero toda la información que se ha ido conociendo en las últimas semanas ha terminado por reducir a cenizas cualquier atisbo de redención del exmatrimonio. La amistad que ambos mantuvieron durante años con el millonario pedófilo convicto Jeffrey Epstein, de la que ahora se está empezando a saber todo lujo de detalles, ha puesto contra las cuerdas a la monarquía, obligando al rey Carlos III a tomar medidas drásticas y forzar a su hermano a renunciar a todos los títulos y honores concedidos. La gota que colmó el vaso fue la publicación de las memorias póstumas de Virginia Giuffre —la mujer que fue forzada a tener sexo con el exduque de York y que se suicidó el 25 de abril de 2025— y la filtración de los correos que se intercambiaban Epstein, Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson. Dos de las protagonistas involuntarias son sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, que han visto como su reputación corría peligro y su futuro quedaba en el aire por las amistades y actitudes de sus progenitores.
La lealtad siempre ha sido considerada una virtud, aunque algunos textos filosóficos añadían que era “muy problemática”. En teoría, es la perseverancia en el respeto a un compromiso adquirido con una persona. Por eso se relaciona con la amistad, aunque también se exige respecto al país, a la empresa, a la familia o a las organizaciones elegidas por el individuo. En periodos de mucha confusión política y social debería ser importante saber a qué se es leal. Preguntarse con qué está uno comprometido. Por ejemplo, en el caso de los periodistas, ¿con la verdad?, ¿con los principios profesionales que impulsaron la creación de los grandes medios de comunicación del siglo XX?
Giorgia Meloni llegó al Gobierno de Italia hace ahora tres años —tomó posesión el 22 de octubre de 2022— con un equívoco sobre ella, y al cabo de este tiempo se ha generado otro. El primero fue cierta percepción alarmada, fuera de Italia, de que prácticamente el fascismo volvía al poder. El equívoco actual es en parte una consecuencia de aquello e invita a reflexionar sobre la ligereza para poner etiquetas: tras ver que no era para tanto, ahora su imagen exterior es de gestora eficaz. En realidad, Meloni ni era fascista tal cual, aunque viene de las juventudes del partido posfascista, el Movimiento Social Italiano (MSI), ni en tres años ha hecho nada reseñable.
Maïmouna, una mujer de Léona, un pueblo de la región senegalesa de Louga (norte del país), empezó a blanquearse la piel de forma habitual en la veintena, poco antes de casarse con el primer hombre con el que compartió su vida. “Me despigmenté para mi boda, pero era para gustarme a mí misma”, dice, aunque reconoce a continuación que en realidad fue porque a su marido le gustaba. De hecho, fue él quien le dio el dinero para comprar los productos.
Jordi Amat m’espera a la superilla fent un mig somriure socialdemòcrata, el de la bona gent. Tot és tan suau que semblem personatges d’un render: sol de tardor a través dels arbres, adolescents passant l’hora del pati enmig d’un carrer vetat als cotxes, vermuteries retolades en català. Amat viu en un pis del carrer Consell de Cent des del 2003 i em demana, a mi que també he viscut sempre en aquest codi postal, si mai m’hauria pensat que podríem fer “vida de barri” a l’Eixample. La victòria de la pacificació urbana sembla tan rotunda que he de fer un esforç per recordar que el llibre que Amat està a punt de publicar, premi Bones Lletres d’Assaig Humanístic, es titula Les batalles de Barcelona. Imaginaris d’una ciutat en disputa. Llavors aixeco el cap i, sota una estesa de banderes palestines, reconec la façana de la casa Orsola.
Les batalles de Barcelona. Imaginaris culturals d'una ciutat en disputa (1975-2025)Jordi Amat Edicions 62 296 pàgines. 19,90 eurosPer a qui som de la Ribera, la pluja mai no cau sola: arrossega records. Quan els núvols s’acosten, no alcem la vista per curiositat, sinó per instint, com si en la seua ombra hi hagueren escrites les nostres pors. És un gest heretat: ve de la pantanada de 1982, però ara també del 29 d’octubre de 2024, quan la barrancada va transformar rius en torrents i carrers en rieres. Aquella aigua es va emportar vides, 229, i també memòries fetes de paper.
El ser humano suele tropezar dos veces en la misma piedra. Incluso más de dos, en el caso del inversor. La historia de los mercados financieros deja una vez tras otra ejemplos de burbujas de precios que acabaron en un estallido estrepitoso y en profundas y dolorosas crisis. Y no hay que viajar demasiado en el tiempo, ni remontarse a la locura por los tulipanes en la Holanda de 1630, para encontrar ejemplos aún recientes y traumáticos, como la burbuja inmobiliaria y bancaria de 2007. La actualidad recuerda a un momento anterior, el de finales de los 90 del siglo pasado, en los albores de la revolución de internet que terminó en la crisis de las puntocom, unos tiempos a los que remite la actual efervescencia por la inteligencia artificial. Entonces las tecnológicas cotizaban también en subida libre e internet prometía una era nueva de avances inimaginables y mayor productividad, tal y como sucede ahora con la IA.
En el Gran Gatsby, uno de los libros que más certeramente representaron el poder que tenía el dinero en los primeros compases de la sociedad hiperconsumista de los años 20, hay un protagonista que subyace en toda la trama: el negocio inmobiliario. Las mansiones y terrenos de Long Island son el escenario donde se desarrollan las fiestas y los dramas de los nuevos ricos que no saben qué hacer con su dinero. Un siglo después, el dinero puede que haya cambiado de manos varias veces, pero lo que no cambia es el papel crucial que tiene el mundo inmobiliario en cómo se configura una sociedad del lujo. Y en este mundo, al que solo accede un segmento muy pequeño de la población, algunas piezas son necesarias para que el engranaje funcione: la del agente inmobiliario especializado en clientes ricos y famosos es una de estas piezas, y Mauricio Umansky es su mejor exponente.
Prosus es una de las compañías destacadas del Euro Stoxx 50, con una revalorización anual del 55% y una cotización próxima al máximo histórico. También se distingue por el favorable consenso del mercado, con un total de 79% consejos de compra y ninguno de venta, de acuerdo a los datos de Bloomberg.
Objetivo a tres años: subir la valoración y los clientesValoración. Prosus es una de las compañías del Euro Stoxx con una capitalización de 140.000 millones que la sitúa en la parte media del índice y próxima a la de Deutsche Telekom (144.300 millones) o EssilorLuxottica (144.500 millones), por ejemplo. Divacons Alphavalue recuerda que “el objetivo de la empresa es alcanzar una valoración de más de 200.000 millones de dólares (172.000 millones de euros) para 2028 y 2.000 millones de usuarios a nivel mundial. Por ahora, con un potencial alcista del 20% [sobre su precio objetivo de 70,2 euros], una historia de crecimiento tan convincente no se presenta a menudo”.
Dividendo. El próximo 25 de noviembre pagará un dividendo de 0,20 euros brutos por acción, de clase N (ordinaria). El pago se ha incrementado de forma notable desde 2000, cuando la compañía repartió 0,06 euros; el crecimiento ha sido del 233%.
Las carreras ciclistas son ya un suspiro, un visto y no visto, qué velocidades, y las que gana Tadej Pogacar se ventilan en un abrir y cerrar de ojos. En seis de las 20 competiciones en las que se ha impuesto este 2025, el esloveno ha batido el récord de velocidad de la prueba, incluido el Tour de Francia, que, con una velocidad media cercana a los 43 kilómetros por hora, redujo a 76 horas el tiempo necesario para completarlo, apenas tres horas y media por etapa, una duración que hasta hace nada rondaba las 90 horas. Los 252 kilómetros de la durísima Lieja los redujo a seis horas peladas, y ni siquiera llegó a seis horas para completar los 299 del Tour de Flandes.
El paseo va a durar unas cuatro horas, así que acordamos con los niños una contraseña, por si quieren cortarlo antes de tiempo sin resultar desconsiderados con la guía. Sin embargo, casi ocho horas después, sin haber dicho en ningún momento “cachivache”, la palabra acordada, ambos se despiden con besos y abrazos de Ellen Gasnick, una psicoterapeuta de 78 años que ha pasado la jornada enseñándonos Forest Hills, Flushing y Jackson Heights, tres barrios de Queens, a una hora en metro de Manhattan.
Las plantas también lloran, o eso parece. En numerosas ocasiones, las personas que cultivan plantas se habrán encontrado —muchas veces sin darse cuenta— con vegetales que emiten algún tipo de líquido. En todas ellas, la presencia de estos fluidos tiene una razón de ser. Una de estas situaciones que son más comunes es la de la gutación. Este curioso nombre se relaciona con el lloro de las hojas de ciertas plantas. Una mañana, al entrar en la habitación donde crece una oreja de elefante (Alocasia macrorrhizos), la aficionada a las plantas nota cómo el suelo por debajo de sus hojas está húmedo. La extrañeza surge de inmediato, porque recuerda que sí, la regó ayer mismo, pero nada del líquido cayó fuera. Y ahí es donde está la respuesta al enigma: ese último riego fue abundante, y la planta se ha visto con sus raíces envuelta en un sustrato muy húmedo. Así que, ni corta ni perezosa, la oreja de elefante se ha dedicado durante toda la noche a expulsar una parte de ese sobrante de agua a través de la punta de sus hojas. A su lado, un aglaonema (Aglaonema commutatum cv.) está igualmente llorando, ya que son muchas las especies que tienen esta peculiaridad de emitir agua a través de los poros.