ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Harry Styles había seguido un camino transitado y previsible al lanzar Pleasing, su marca de moda y cosmética que imitaba su estilo y aprovechaba la popularidad de su nombre. Lo habían hecho ya muchos artistas antes, pero lo que hizo después fue más rompedor: una gama de productos y juguetes sexuales masculinos entre los que se pueden encontrar lubricante o un vibrador de doble cara.
Unos meses después de que el equipo de Mónica García tomase posesión en el Ministerio de Sanidad, uno de sus técnicos se preguntaba: “¿En otras legislaturas había tanto trabajo aquí?“. La respuesta, salvando la pandemia, es no. No se recuerda en la sede del Paseo del Prado una actividad legislativa tan intensa. Una vez aprobada definitivamente la Agencia de Salud Estatal de Salud Pública (AESAP), están en pleno trámite y pendientes de entrar en el Congreso otras cuatro: la reforma de la ley del tabaco, la de la reducción del alcohol en menores, la del medicamento y el estatuto marco de los sanitarios. Y en septiembre presentarán la ley del paciente. Ninguna tiene garantía de salir adelante.
Jueves 31 de julio, a las puertas de una nueva ola de calor. En Coria del Río (Sevilla, 31.136 habitantes) el termómetro se estanca en los 40º y el chat que comparten los vecinos afectados por los tóxicos de la barriada Guadalquivir empieza a llenarse con mensajes de sus integrantes en los que se quejan de los problemas para poder respirar de los últimos días. “Ni de noche ni por la mañana, ni dentro ni fuera de casa”, precisa Rogelia Gómez, la presidenta de la asociación que los representa. Las altas temperaturas vuelven aún más asfixiante el ambiente de ese núcleo de 4.000 residentes a las afueras de la localidad sevillana junto al río, donde el aire está impregnado de agentes químicos potencialmente tóxicos derivados de una fuga de hidrocarburos filtrados en el subsuelo ocupado por una gasolinera, una mezcla que se adhiere en la garganta y en las fosas nasales dejando un sabor metálico que dificulta la entrada del oxígeno en los pulmones.
Recién cumplidos los 25 años del estreno de El bar Coyote y con rumores de una secuela sonando cada vez más, cabe preguntarse qué hizo que la película fuera un éxito de taquilla en el año 2000, con más de 100 millones de dólares recaudados en todo el mundo. La historia de la dulce Violet Sanford (Piper Perabo), la aspirante a compositora que se muda a 20 minutos de su casa en Nueva Jersey hasta la sucia y caótica Nueva York —dejando atrás a un padre viudo (John Goodman), a quien irá a visitar solo los domingos para poner lavadoras, y a una amiga de la infancia a punto de casarse—, pudo tocar el corazón del público por significar un triunfo del amor, un canto a la amistad, la magia de cumplir un sueño... O, quizás, las razones de su éxito tuvieran más que ver con el brillo de los satinados, las cinturas de tiro bajo y las botas cowboy de un grupo de mujeres bailando encima de una barra de bar como si estuviera a punto de caer un meteorito y acabar con todo. Entre ellas, claro, la también pícara Violet.
Clop, cotoclop, cotoclop, cotoclop, retumba la playa del Camello de Santander cuando el forastero la encara esperando toparse con una guarnición de caballería… y no con un ejército de jugadores de palas de madera. La vista desengaña al oído y revela una bóveda dinámica de pelotas amarillas sobrevolando la arena, golpeadas hipnóticamente de un lado para otro por un popurrí de personajes y atuendos: hay una mezcla abigarrada de jubilados, tipos fibrosos, barrigones, cuarentones, abdominales masculinos y femeninos, biquinis, arrugas, tatuajes, chavalucos, gafas de sol, gorros, guantes, tobilleras, vendajes, pieles tostadas y epidermis cangrejeras. Entre el tropel destaca el carisma y el ritmo de bola de Javier Ceballos, Cali, de 68 años, media vida y entera jubilación dándole a las palas. “¡Sigue!”, “¡toma!”, “¡buena!”, exclama Cali, el señor de las palas, símbolo de esa generación criada en el peloteo playero y cuyo legado pretende extenderse a sus sucesores.
¿Otro libro sobre la Guerra Civil? Pues sí, y uno muy bueno, por cierto, además de ser absolutamente necesario para profundizar en nuestra comprensión del conflicto. Y es que la inmensa mayoría de los estudios, novelas y películas sobre la guerra española se ocupan, en realidad, de lo que sucedía en la retaguardia, no de la lucha en los frentes, de la que finalmente se derivaba todo lo demás, desde decisiones políticas hasta reconocimientos diplomáticos, pasando por cambios sociales y actividades culturales. Sin duda, es chocante el relativo segundo plano en el que han permanecido batallas y combatientes, ya fueran voluntarios o soldados a la fuerza. Por contraste, resultan innumerables las ocasiones en las que, de norte a sur, hemos visto repartirse estopa a los azules y grises que protagonizaron la Guerra de Secesión norteamericana.
Cruzados sin gloriaMiguel Alonso Ibarra Pasado & Presente, 2025 666 páginas. 29 eurosFulgence, cultivador de vainilla, nunca ha probado el helado de ese sabor. “Una vez fumé un cigarrillo con vainilla”, dice riendo. “No sabía bien. Un poco soso”. Junto a su esposa Georgette, Fulgence pasa los dedos por una montaña de vainas de vainilla de color marrón oscuro y aroma intenso que se están secando sobre una lona al lado de su casa en la aldea de Andasimahay, en el nordeste de Madagascar. “Lo que me parezca a mí no importa”, dice al final, encogiéndose de hombros. “Lo que importa es que podemos vender las vainas a buen precio”.
“No estamos aquí para traducir África al lenguaje de los demás. Nuestro objetivo es crear un lenguaje propio, desde aquí, con nuestras referencias, nuestras voces y nuestras contradicciones”. Así se expresa Meriem Berrada, directora artística del Museo de Arte Contemporáneo Africano Al Maaden (MACAAL) y una de las figuras clave detrás de la nueva propuesta curatorial del centro artístico de Marrakech, que reabrió sus puertas en febrero de 2025.
“En mi tiempo libre restauro motocicletas antiguas. Principalmente, modelos de carreras Husqvarna anteriores a la II Guerra Mundial. Compito con ellas durante el verano. También tengo dos coches americanos, un Ford de 1936 y un Chevrolet Nova de 1962, en el que tú montaste”. Christer Fagerberg tiene 60 años y ha vivido casi toda su vida en Gränna, una apacible e inesperada localidad en el sur de Suecia, a orillas del lago Vättern, el segundo más extenso del país entre los 100.000 que, aproximadamente, se despliegan a lo largo de su paisaje de agua y bosque. Iba a ser una parada de una noche entre Estocolmo y Gotemburgo, pero la estancia se prolongó de forma natural, cautivados por la embriagadora cadencia de aquel paseo en el Chevy de Fagerberg.
La verdad de la milanesa. Para algunos es austriaca; para otros, italiana; y para los argentinos no hay discusión: la milanga, como ellos denominan a este filete de carne empanado, es suya. Tan suya como el dulce de leche, aunque el origen de este postre también se cuestiona. Lo afirma el historiador argentino Felipe Pigna en el libro Milanesas (editorial Catapulta), donde el cocinero Christian Petersen comparte sus trucos y recetas favoritas, y sostiene sin empacho alguno que “los argentinos somos los maestros en hacer las mejores milanesas del mundo. Está en el mismo rango que el mate, el fútbol y el tango”. El 3 de mayo se celebra en Argentina el día nacional de este plato.
En las últimas semanas, EL PAÍS se ha puesto en contacto con la mayoría de premios Nobel de Física, Química y Medicina de Estados Unidos de los últimos 20 años con un cuestionario sobre las políticas de Donald Trump en ciencia, investigación y salud. La inmensa mayoría son investigadores consagrados —algunos incluso ya jubilados— que no deberían temer represalias; pero solo un puñado de ellos ha querido responder.
Paloma Serrano es psicóloga y madre de dos hijos. Vive en la sierra de Madrid junto a ellos, su pareja y sus perros: Mil, un perro grande y lanudo —desconocen la mezcla— de unos 40 kilos, al que adoptaron con dos meses hace cinco años, y el recién llegado Tommy, una mezcla de teckel de la misma edad. El primero fue abandonado en la basura con sus hermanos; el segundo, llegó a su casa con signos claros de maltrato: herida en la nariz, mandíbula torcida y mucho miedo. “Con Mil, como llevamos más tiempo juntos, hemos viajado bastante. Es muy apegado a nosotros, siempre necesita estar cerca, y cuando viajamos en nuestra furgoneta, se acomoda entre los asientos delanteros y traseros, muy tranquilo”, cuenta Serrano. A Mil le encanta la naturaleza y disfrutar de rutas con su familia, sobre todo en la montaña. Con Tommy han viajado menos, por el tiempo que lleva con ellos, y aunque viajar con perros ha sido parte de su estilo de vida, ahora, con los niños creciendo y queriendo hacer planes como surf o visitas urbanas, las vacaciones se complican algo más. Pero intentan siempre buscar destinos donde todos puedan disfrutar.
No nos separamos de nuestro teléfono ni para ir al baño. No le quitamos ojo a la pantalla ni descansan nuestros dedos de deslizar y de toquetear. A este ritmo, los dispositivos se han convertido en una ventana a nuestras vidas. Están repletos de información personal, fotos, acceso a redes sociales, al correo electrónico, la app del banco, la cuenta de Amazon o la de Netflix.
Cada vez que hacemos barbacoa en casa, repetimos el mismo error de cálculo: echamos a las brasas pinchitos como para alimentar a un batallón; por si fuera poco mambo, añadimos pimientos, berenjenas, cebolla en tiras, tomates y todo lo que suene a vegetal parrillable. En nuestra cabeza suena fenomenal, como si fuéramos a pasar un examen de aptitud para el plato de Harvard. En la vida real, nuestros amigos son españoles y mucho españoles y en una barbacoa le hacen la cobra a todo lo que no sea hincar el diente en algo que suene a carnaca.
Dionisio Paniagua atribuye sus inicios como influencer naturalista a la pandemia y a Donald Trump. Un día, aburrido durante el confinamiento, este costarricense vio un vídeo del presidente estadounidense hablando sobre una aplicación que no conocía. “Escucho que Trump está hablando de que China usa una aplicación que se llama TikTok para robar información y me dio mucha curiosidad”. Dionisio la descaró, vio vídeos de gente hablando de sus rutinas y le pareció “interesante” subir algún contenido de su propia cotidianidad. “Era un video en el que yo estaba en un tronco sobre el agua y dos tapires pasaban nadando por debajo”. El vídeo se hizo viral y llevó a Paniagua, guía turístico del Parque Nacional Corcovado, ubicado en el sur de Costa Rica y que acumula el 2,5% de la biodiversidad del planeta, a convertirse en una celebridad local.
Portavoces del profesorado, las familias y los estudiantes han denunciado este martes que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha dejado en una situación muy precaria al Consejo Escolar del Estado, el organismo oficial de participación de la comunidad educativa, que desde 1985 tiene encomendada, entre otras misiones, la elaboración de informes preceptivos de las nuevas normas en materia de enseñanza que vaya a aprobar tanto el Parlamento como el Ministerio de Educación. El Consejo Escolar del Estado está integrado por un centenar de personas en representación del profesorado, el alumnado, las familias, las patronales de la enseñanza concertada, los municipios, las universidades, y los consejos escolares autonómicos, entre otras instituciones, así como personalidades de reconocido prestigio en el ámbito educativo. Cuenta, así mismo, con un reducido equipo técnico, cuyos miembros se encargan de redactar el informe anual sobre el estado del sistema educativo y los dictámenes previos a la aprobación de las normas educativas. El núcleo de dicho equipo está integrado por seis técnicos docentes. Y lo que ha hecho la Comunidad de Madrid ha sido retirar de golpe a los tres que pertenecen a su plantilla de profesorado y trabajaban en el organismo estatal en comisión de servicio desde hacía tiempo, en un caso desde hacía 12 años.
Pocos dudan de que el cruce de piernas más famoso de la historia del cine es el que hizo Sharon Stone (Pensilvania, 67 años) en Instinto básico (1992). Dura apenas un par de segundos, y la película convirtió a la actriz en una sex symbol y en una estrella de Hollywood. Pero ese icónico momento podría no haberse producido por dos razones principales que ahora la intérprete ha desvelado. Una tiene que ver con su talento interpretativo de entonces, y la otra con el protagonista masculino de la cinta de Paul Verhoeven.
Un zoológico de Dinamarca ha hecho un llamamiento público para que los propietarios de mascotas sanas no deseadas las puedan donar a su establecimiento para alimentar a sus depredadores como leones o tigres. Pide gallinas, conejos y cobayas vivas, que serán “eutanasiados suavemente por personal entrenado” para ser luego usados como forraje, de forma que se imita el comportamiento que tendrían en la naturaleza. También aceptan donaciones de caballos vivos, por las que los propietarios podrán beneficiarse de una posible deducción fiscal. En ningún momento se habla de perros o gatos.
En la mañana del 28 de mayo, un cayuco con 152 personas a bordo, entre ellos 45 mujeres y 29 niños, es avistado a unos 11 kilómetros de la isla canaria de El Hierro. Un barco de Salvamento Marítimo acude hasta el lugar y acompaña a la barca hasta el puerto de La Restinga. Todo va bien, el mar no está muy agitado y el cayuco navega sin problemas. En el momento del desembarco, ya en el puerto, los pasajeros se precipitan hacia una de las bandas y el cayuco se da la vuelta. Y lo que podría haber sido solo un contratiempo se convierte en tragedia. La embarcación oculta tres compartimentos de madera en los que viajan hacinados las mujeres y los niños. Unas cajas grandes que se usan para guardar el pescado y que supuestamente iban a servir para proteger de las inclemencias del trayecto a los más vulnerables se torna de pronto en una trampa mortal. Salir de ahí resulta imposible para algunos, que acaban ahogándose ante la impotencia de los equipos de salvamento y de todos los que los rodeaban. Cuatro mujeres y tres niñas mueren en el accidente y las imágenes, retransmitidas en directo por la Televisión Canaria, dan la vuelta al mundo.
La trampa mortal del cayuco que naufragó en La Restinga: mujeres y niños, atrapados en ‘jaulas’ de maderaDurante cualquier día normal de 2025 en España se dan unos 2.000 mensajes de odio en redes sociales. El 12 de julio, esa cifra se multiplicó hasta los 33.000, un crecimiento del 1.500%. Aquel sábado veraniego fue el momento culminante de los rumores, bulos y mensajes de incitación al odio que desembocaron en la manifestación y los disturbios de Torre Pacheco (Murcia). Una prueba más de la conexión que el mundo digital tiene con lo que ocurre a la vez y posteriormente en las calles.