ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
La actividad corporativa de las compañías tecnológicas ha batido su récord histórico en 2025, al sobrepasar el billón de dólares (unos 860.000 millones de euros), según los datos recogidos por Bloomberg, por encima de las cifras registradas en 2021, en el año posterior a la pandemia de la Covid-19. Las adquisiciones y rondas de financiación en torno a la inteligencia artificial (IA), los chips y los centros de datos han sido claves para alcanzar este importe.
David Ellison, jefe de Paramount Skydance, va a por todas: a dormir en colchones, como los protagonistas de El padrino. El estudio responsable de la histórica película pasó por alto al consejo de Warner Bros Discovery (WBD) para apelar directamente a los accionistas de su rival con una oferta de 108.000 millones de dólares. No solo ofrece más dinero que Netflix, sino que incluye otros alicientes que hacen que sea una oferta difícil de rechazar.
“La primera vez que entras, lo que ves resulta espectacular: parece un barco al que le dieron la vuelta y quedó aquí, anclado”, dice el historiador Sindo Mosteiro. En efecto, los arcos apuntados de la iglesia —descarnados, sin cubierta, a la intemperie— simulan las cuadernas de un viejo navío varado, ya inerte. La estructura parece débil, pero el paso del tiempo la ha fortalecido, fosilizándola. A principios del siglo XV, cuando se tuvo noticia de su construcción, todo era color. Las bolas que adornaban las arcadas góticas estaban pintadas. Cuando el templo se quedó sin tejado, mediado el XIX, el clima gallego —su lluvia— comenzó a apagar aquellas vivas tonalidades, hasta anularlas por completo. El granito acabó adquiriendo el mismo tono que cualquiera de las fachadas de los edificios nobles de Cambados (Pontevedra), un tenue gris salpicado por los líquenes.
“Tengo dos frases de Roberto grabadas”, dice Iago Jover Mariño (Barcelona, 23 años). “La primera es ‘la calidad no se controla, se elabora’. La segunda, ‘no buscamos vestir el cuerpo sino el alma’. Creo que resumen muy bien su filosofía”. No son eslóganes; más bien son axiomas. Si algo ha defendido durante cuatro décadas esta enseña es el “armario emocional”, citando una vez más a su fundador —tan prolífico en lo sartorial como en lo verbal: pocos interlocutores regalan tantos titulares en una entrevista—. “Va más allá de hacer ropa. El diseño es una herramienta que permite dar forma a esa manera de ver la moda y la vida”, apunta el flamante director de innovación de la firma. Lleva poco más de un año en el cargo, pero ya destila un ideario que es más vital que corporativo.
Fa només tres mesos vaig rebre un correu electrònic del periodista Lluís Permanyer (Barcelona, 1939 – 2025) proposant-me de presentar una nova edició del seu llibre més emblemàtic: Testimonis de tot el món sobre Barcelona, el seu aplec de cites escrites pels qui ens han visitat o ens han conegut. Em va semblar un regal immerescut i vaig dir que sí sense pensar-m’ho. Per l’agraïment com a lector, per l’admiració com a periodista, pel respecte lleial a la seva manera constructiva de fer. Dos dies abans de la seva mort encara ens creuàvem missatges. El dimarts 9 de desembre es va fer la presentació del llibre al Saló de Cent. Va ser un homenatge. El va presidir l’alcalde Jaume Collboni, que va anunciar que Permanyer, en virtut d’un ampli acord dels partits del consistori, rebria la Medalla d’Or de la Ciutat de Barcelona a títol pòstum.
El mayor asentamiento de personas migrantes de Cataluña, ubicado en el antiguo instituto B9 de Badalona, vive sus últimos días. Desde el jueves, cuando la jueza autorizó la petición del Ayuntamiento para entrar en el recinto, sus más de 400 habitantes viven con angustia la llegada del desalojo sin noticias sobre cuándo se efectuará ni planes de futuro. “Nos despertamos cada día ansiosos, con la presión de que podrían llegar los Mossos en cualquier momento”, explica Younous, uno de los moradores. Pese a la inminencia del desalojo, no se perciben movimientos significativos para abandonar el recinto, ocupado desde hace más de dos años. “No vamos a marcharnos. No estamos preparando nada. Aquí seguimos como siempre”, ha señalado un ocupante que se identifica como Batman.
Este año la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) publicó su prestigioso informe Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica. Madrid, 2025. En su prólogo, el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid (CM), Emilio Viciana, afirmaba que este informe “pone de manifiesto las bases de excelencia y calidad con las que está comprometida la institución universitaria”.
Leonardo DiCaprio (Los Ángeles, 51 años) está llamado a salir de 2025 por la puerta grande. Primero, como nominado a un Globo de Oro en la categoría de mejor actor por su papel en la película Una batalla tras otra. Segundo, porque acaba de ser reconocido como artista del año por la revista Time, que le ha elegido, precisamente, por su papel en el mencionado título, así como por su dilatada carrera, de la que la publicación destaca papeles “de extraordinaria complejidad y delicadeza emocional que exploran diversas visiones de la masculinidad adulta”. En una entrevista con la publicación estadounidense que le ha encumbrado entre sus personajes del año —eligen uno cada mes de diciembre entre lo más destacado de la actualidad, la política o la cultura—, el actor se ha sincerado sobre algunos aspectos de su vida y su profesión, entre ellos sobre cómo ha lidiado con la fama. Según DiCaprio, su filosofía para seguir en el candelero del cine y el entretenimiento décadas después —comenzó en los noventa, con papeles televisivos como el de la serie Los problemas crecen— es dosificar sus apariciones públicas.
La avara gestión de la empresa privada Ribera Salud en el hospital público de Torrejón de Ardoz (Madrid) ha originado que la sigla CEO aparezca ahora con extremada frecuencia en los medios de información general (principalmente en EL PAÍS, diario que reveló los hechos), así como en los consiguientes debates políticos y periodísticos. Se ve que quienes la usan dan por descontado que los millones de personas a quienes se dirigen la conocen al dedillo, porque casi nunca les explican qué quiere decir. Otra posibilidad, claro, es que esto lo ignoren.
El Tribunal Supremo dio a conocer este martes 9 de diciembre la sentencia de la condena al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Lo que sigue es el análisis de pasajes relevantes del razonamiento de los siete jueces, incluido el voto particular de dos magistradas.
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Diecinueve días después de que se conociera el sentido del fallo, el Tribunal Supremo hizo pública ayer la sentencia que condena al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por “un delito de revelación de datos reservados”. Era la primera vez en la historia democrática que un fiscal general se sentaba en el banquillo, y lo hacía por la supuesta filtración a un medio de comunicación de un correo electrónico remitido por la defensa de Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, en el que este reconocía dos delitos fiscales y proponía un acuerdo a la fiscalía. Lo extraordinario del caso y su relevancia institucional exigían un pronunciamiento judicial que aportara solidez, certezas y consenso: una sentencia inatacable. No lo es.
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El doble asesinato de los marqueses de Urquijo fue un crimen que subyugó a España en la época de la Transición y derivó en una de las sentencias más polémicas de la época: el Tribunal Supremo condenó al yerno de las víctimas, Rafi Escobedo, como autor de las muertes “solo o en compañía de otros”. La frase, con su misteriosa ambigüedad, se convirtió en una muletilla mil veces repetida aquellos años. Un eco recóndito ha debido de permanecer entre los venerables corredores del Supremo. Tres décadas y media después, cinco magistrados del alto tribunal dictaminan que el no menos famosísimo correo autoinculpatorio del abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso fue filtrado por el anterior fiscal general del Estado “o una persona de su entorno inmediato”. Álvaro García Ortiz, solo o en compañía de otros.
El Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) podrá decirle al Tribunal Supremo si son excesivas o no las costas que el abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso presente para que pague el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por su condena. Este trámite ocurrirá si el hasta ahora jefe del Ministerio Público se muestra disconforme con la cuantía que plantee Alberto González Amador (pareja de Ayuso) en concepto de honorarios y gastos de su defensa tras el juicio. El ICAM, que ha sido también acusación popular en este asunto, analizará entonces esta cantidad en un informe pericial que no es vinculante, pero sí perceptivo, según explican distintas fuentes jurídicas.
Había una palabra bendita en la Transición y su estela. Consenso. Como el hierro, el consenso adquirió, con el paso del tiempo, la maldición del óxido. A partir de 2011, aproximadamente, mentar el consenso era anestesiar a la población, ocultar el conflicto político y blanquear los vestigios sociales de la dictadura. Si las grandes fuerzas políticas buscaban consensuar algo importante, solo podía ser porque se quería perpetuar el sistema de castas inaugurado en la Transición. Había unas élites con sus tejemanejes y una ciudadanía que no se sentía representada por los arreglos que, ya fuera a plena luz del día o en lo oscurito, aquellas pergeñaban. Había que dinamitar los grandes pactos sobre la imparcialidad del poder judicial, las virtudes de la meritocracia, el carácter semiheroico de la Monarquía, los viáticos de la clase política o el proyecto común de España, entre otras cosas.
Para escribir buena literatura autobiográfica no hay que tener pudor, pero sí mucha vergüenza. A Juan Carlos I le sobra el pudor y desconoce la vergüenza. Se dirá que el Rey no tiene ambiciones literarias y que el valor de Reconciliación es el testimonio, pero la relevancia de lo testimonial depende de la actitud del testimoniante. El primer dilema al que se enfrenta quien narra su vida es puramente literario: por qué, desde dónde y hasta dónde cuenta. A los escritores se nos presenta mucha gente que presume de tener una vida de novela, y Juan Carlos de Borbón tiene varias vidas de novela, pero ni siquiera la mano dócil y experta de Laurence Debray las ha salvado del desastre literario, que equivale a un desastre histórico y político.
Hay récords que nadie se cree. Ocurre con los de los presupuestos de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Cada año, el Ejecutivo anuncia que suponen una cifra nunca vista. Y cada año, sin embargo, nacen superados por la realidad: casi siempre se paga más de lo que se presupuesta. Pocas cosas engordan más esa factura que los hospitales de gestión privada que hay en la red pública madrileña. Unas veces es porque captan a pacientes de otros hospitales, lo que se les paga aparte. Otras, porque ganan sus numerosos juicios contra la Comunidad. En ocasiones, porque Madrid paga deudas que arrastra desde hace más de un decenio. Pero el agujero en las cuentas públicas es millonario: según los datos de la Intervención regional, durante los primeros seis años de su gobierno (2019-2024), Isabel Díaz Ayuso ha pagado 2.354 millones más de lo presupuestado a Quirón (2.208) y Ribera Salud (146), ahora en el ojo del huracán por las órdenes de su CEO, Pablo Gallart, para mejorar la cuenta de resultados. Como consecuencia, la factura total en ese periodo ha sido de 6.663 millones a repartir entre cinco hospitales públicos de gestión privada. Más de 1.300 millones al año. Una dinámica que el gobierno defiende como normal.
El paritorio es la joya de la corona del Hospital de Torrejón, centro público de gestión privada. Incluso organiza visitas guiadas para mostrar a las futuras madres las instalaciones y los métodos con los que trabajan, que se basan en procesos con la mínima intervención. Cientos de familias de otras áreas sanitarias (no cápita) acuden cada año a dar a luz a Torrejón, por lo que el hospital cobra un extra al canon que tiene estipulado con la Comunidad de Madrid.
Irene de Miguel ha decidido salir a bailar en campaña. En medio de la crispación, en una contienda salpicada por la imputación del candidato socialista, las advertencias de la presidenta María Guardiola sobre una posible repetición electoral ante el bloqueo a su figura con el que amaga Vox, o la presencia constante de Santiago Abascal y su pulso al PP, la líder de Unidas por Extremadura sonríe, organiza chocolatadas y apela “a la alegría”. Solo se pone seria cuando los periodistas intentan extrapolar la situación en su comunidad a la de la izquierda nacional. “El salseo de dentro de la M-30, para dentro de la M-30″, zanja.