ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
El negocio que rodea al sector inmobiliario está que arde, y no solo por la compraventa y alquiler de pisos. Los seguros que cubren viviendas y comunidades de propietarios también se están beneficiando de un mercado en expansión. Según Unespa, los seguros multirriesgo facturaron en la primera mitad del año un 7,2% más (2.800 millones de euros). Tener un seguro de hogar no es obligatorio por ley, solo es imprescindible su contratación si se adquiere la vivienda a través de una hipoteca, ya sea fija o variable, recuerdan desde el BBVA. Tampoco es obligatorio suscribirlo como inquilino de una vivienda arrendada, aunque sí existen productos recomendados para proteger el contenido por si se produce un incidente, como un incendio, una inundación o un robo.
La sombra de la ocupaciónComo han hecho otras compañías aseguradoras o de alarmas, Mutua de Propietarios habla en sus informaciones periódicas sobre el peligro de la ocupación. “En los últimos años, España ha visto un aumento significativo en los casos de ocupación ilegal de propiedades”, señala la compañía en su blog. La estadística, sin embargo, cifra en el 0,06% el número de viviendas afectadas por este tipo de casos (datos de 2024). Los datos del Ministerio del Interior hablan de que el número de denuncias registradas (no probadas) ascendió a 16.426, un 11% más que las de 2020. Las condenas firmes por allanamiento de morada alcanzaron 218 en todo el país (2023).
“Es la mayor innovación en el campo de batalla en una generación”. El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, reconocía el pasado mes de julio un secreto a voces: los drones han revolucionado no solo la industria bélica, sino la fisonomía de las guerras en el siglo XXI. Ucrania, haciendo de la necesidad virtud, ha convertido estos aviones no tripulados en la clave de bóveda de su defensa tras la invasión de Rusia. Y ahora es Moscú quien ha perfeccionado estos dispositivos para contrarrestar a Kiev y sembrar las dudas en la OTAN al sobrevolar el espacio aéreo de algunos de sus miembros, como Polonia.
Había una deuda histórica con Maruja Mallo (1902-1995), sostenida en el tiempo e instalada en los distintos espacios que habitó, Madrid entre ellos, que se salda ahora con una exposición majestuosa, de título tan intrincado como la artista, Máscara y compás. O lo que es lo mismo: “creaciones mágicas de medidas exactas”. El Museo Reina Sofía, juntamente con el Centro Botín de Santander (donde la muestra ya se pudo ver la pasada primavera), hace justicia ahora al legado de esta autora esencial del arte del siglo XX de la mano de la comisaria Patricia Molins, en la primera gran muestra de su nueva etapa bajo la dirección de Manuel Segade. Es un exhaustivo análisis de un trabajo que, cuanto más se adentra en su legado, más se expande fuera de sus obras. Es lo que tienen las artistas que viven cual verso libre, como ella.
Si preguntan a Mulatu Astatke quién inventó el ethio-jazz, el instrumentista etíope les dirá sin remilgos que él mismo. No es el único que renovó la música de su país en la primera mitad de los años setenta —no dejen de escuchar a maestros como Getatchew Mekurya, Getachew Kassa o Mahmoud Ahmed—, Apero statke creó algo único, muy personal, que ha conseguido llegar a una audiencia amplia y transversal. Y eso lo legitima hasta el punto de que, más que el inventor del género, Mulatu es sencillamente el ethio-jazz.
Mulatu Plays MulatuMulatu Astatke Strut RecordsLa actriz y cantante Leonor Watling (Madrid, 1975) acaba de inaugurar una nueva etapa de su carrera junto al músico y productor Leo Sidran, la segunda (¿o primera?) pata del dúo Leo&Leo. Ambos han publicado un disco homónimo con 11 canciones entre el jazz, el pop y el swing que sacarán de gira acompañados de The Groovy French Band, la banda habitual del estadounidense.
La de Ana Penyas (Valencia, 37 años) es una de las pocas banderas palestinas colgadas de un balcón en el barrio sevillano de la Macarena, un vecindario pegado a la muralla “que ha ido recibiendo a la gente que ya no puede pagar el alquiler del centro”, cuenta. Penyas lleva cuatro años aquí. Llegó por amor. Conoció a Seisdedos, también novelista gráfico, “que trabaja con el imaginario del flamenco” en Madrid. “Él quería volver al sur y yo estaba harta de Madrid”. Hoy esperan su primer hijo. A Ana —“como a tantas mujeres de mi generación”, dice— la maternidad le quitó más de una noche el sueño. La falta de sueño que nos une construye En vela (Salamandra), su última novela gráfica.
A solo tres días de que comience el décimo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) en Arequipa (Perú), la cita trienal sobre el estado del idioma español y sus retos, con más de 250 participantes, entre académicos, escritores, filólogos e intelectuales, hay dos cuestiones que han irrumpido en pocas horas y que han venido a enturbiar su celebración. Por un lado, el enfrentamiento entre dos de las tres instituciones que lo organizan: la Real Academia Española (RAE) —junto a la asociación de academias de la lengua española, Asale— con el Instituto Cervantes. Por otro, la inestabilidad política de la tercera pata de la organización, Perú, cuya presidenta hasta el viernes, Dina Boluarte, fue destituida por el Congreso de su país por “incapacidad moral permanente”, en medio de una ola de violencia en algunas zonas. Esta situación abre, además, un compás de espera sobre la presencia del rey, Felipe VI en el CILE, que, como es tradicional, pronuncia el discurso inaugural en cada cita.
La inspiración “más profunda” del Premio Nobel de Literatura de 2025, László Krasznahorkai, es “la amargura”. “Me entristece mucho pensar en la situación actual del mundo”, dijo este jueves cuando le llamaron desde el comité noruego que le otorgó el galardón, poco después del anuncio. “Son tiempos muy, muy oscuros”, ahondó el escritor de 71 años, nacido en una Hungría comunista convertida hoy, bajo el mandato de Viktor Orbán, en modelo de gobierno iliberal entre la internacional ultra. En este mindo convulso que tanto le afecta, para el nuevo Nobel “el régimen húngaro es un caso psiquiátrico”.
Los músicos del teatro de La Fenice de Venecia, uno de los más célebres de Italia, están en pie de guerra desde hace dos semanas contra el nombramiento de la nueva directora musical para el periodo 2026-2030, Beatrice Venezi, pianista y directora de orquesta de 35 años, a quien acusan de no tener el currículum necesario para una entidad de esa categoría. Los partidos políticos de la oposición denuncian que ha sido colocada por su sintonía política con el Gobierno de Giorgia Meloni, en el que es consejera del ministerio de Cultura desde 2022. La última decisión de la orquesta ha sido anunciar una huelga para el próximo viernes, 17 de octubre, que impediría la primera representación de Wozzeck, de Alban Berg, última ópera de la temporada.
Para el tenor Ian Bostridge (Londres, 60 años) los silencios son tan importantes como las notas. “Sin ellos no se puede entender la música de Schubert”, cuenta el cantante británico desde su casa de Dartmouth Park, cerca de Hampstead. “Contienen una información valiosísima, solo al alcance de quienes se toman la molestia de estudiar a fondo la partitura”. Él dedicó nada menos que cinco años a escribir un monumental ensayo sobre el Viaje de invierno que, asegura, le aportó nuevos matices a su interpretación del ciclo del compositor vienés. Basta con escuchar su versión del lied Der greise Kopf acompañado al piano por Thomas Adès. “El silencio al final de la penúltima estrofa pide una duración más prolongada, casi antinatural, porque apunta directamente a la muerte”.
Andrés García-Carro (A Coruña, 93 años) solo tenía 17 años cuando llegó a Madrid. Vino a la capital para estudiar Derecho y con el sueño de convertirse en diplomático. Tras graduarse, consiguió plaza como funcionario en el Ministerio de Información y Turismo. En los sesenta, Manuel Fraga lo destinó a Argentina como agregado de la Embajada de España en ese país. Estuvo allí hasta la década de 1980, codeándose con personalidades como Claudio Sánchez Albornoz, Gregorio Marañón, Jorge Luis Borges o Juan Manuel Fangio. Volvió a España en la Transición. “Durante el franquismo, decían que era rojo. Cuando volví, con la democracia, decían lo contrario”, recuerda. Dejó el ministerio, creó una inmobiliaria y le fue muy bien.
Me imagino a Noemí Galera leyendo esta crónica. Me pongo nerviosa. Y entonces la recuerdo, cabreada, en un momento del programa del año 2023 amonestando a sus triunfitos: “De verdad, esto no es un campamento, me da la sensación de que os importa una mierda”. Para rematar: “Aprovechad la oportunidad que tenéis, aprovechadla”. La directora de la academia de Operación Triunfo demostraba qué es lo importante en OT: la oportunidad.
A Pedro María Piqueras Gómez (Albacete, 70 años) no le hace demasiada gracia que se le reduzca a un adjetivo después de más de medio siglo ejerciendo el oficio. Asegura que “apocalíptico” lo dijo apenas dos o tres veces en su vida, aunque sea el latiguillo al que se recurre en todas y cada una de las imitaciones que se han hecho de él. ¿Que lo dijo? Sí, pero muy poco, así que hablemos de otras cosas que sí ha hecho, y mucho.
Madrid acoge este domingo 12 de octubre el tradicional desfile militar del Día de la Fiesta Nacional 2025, que recorrerá los distritos de Chamberí, Salamanca, Centro, Retiro y Arganzuela entre las 11.00 y las 14.00 y en el que se espera la asistencia de 80.000 personas, según el Ayuntamiento de la capital. En la parada militar participarán 3.847 efectivos de las Fuerzas Armadas ―524 de mujeres―, 74 aeronaves, 162 vehículos motorizados y 229 caballos. Este año, además, se conmemora el 20 aniversario de la Unidad Militar de Emergencia (UME), por lo que desfilarán a pie dos batallones en vez de uno como en ediciones anteriores.
Jane Goodall ya está donde quiera que vayan a parar los grandes expertos en monos cuando mueren. Yo la imagino en un lugar muy verde y húmedo de selva tropical haciéndose un sitio junto a Dian Fossey, la que llegó primero (la asesinaron en 1985, como recordarán, en el parque nacional de los gorilas en Ruanda con solo 53 años), Jordi Sabater Pi (1922-2009), que se pasó la vida tratando de marcar distancias con Copito de nieve a la manera de Frankenstein con su monstruo, o el tan añorado por su genial sentido del humor Frans de Waal (fallecido el año pasado a los 75 años), que nos explicaba cosas de los bonobos que nos hacían sonrojar y es de las pocas personas que podían decir que les había dado un beso con lengua un mono.
Me convence mi amigo Mantilla para que me acerque a un festival al aire libre que se titula Ideas, enunciado mosqueante para mí y con el que siempre me resuenan aquellas palabras de Brassens: “¿Morir por las ideas? De acuerdo, la idea es excelente. Pero de muerte lenta". La razón es que van a entrevistar a Michel Houellebecq, escritor que me fascina, provocador genético o racional, blasfemo con estilo, cronista brillante y desesperado de la realidad de su país y de la existencia en general, pornógrafo eficaz (qué calentón pillé leyendo Plataforma), individuo en posesión de una temática tan nihilista como lúcida, pero que todavía no se ha suicidado a pesar de los pesares.
La familia de Musab Abu Jame, de 28 años, llora su muerte en Jan Yunis. El 6 de octubre, tres días antes de que Israel y Hamás pactaran la primera fase de un plan de paz para Gaza tras más de dos años de ofensiva, Musab murió alcanzado por los disparos del ejército israelí mientras esperaba para recibir comida en un centro de distribución gestionado por estadounidenses e israelíes, al norte de Rafah.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha pronosticado un otoño más seco y cálido de lo habitual en toda España. Nada que no podamos constatar en el arranque de este mes de octubre. Tras el despiadado verano, que trajo calenturas extremas y precios infernales, el Mediterráneo se mantiene muy apetecible tras alcanzar en septiembre máximos históricos de temperatura. Las islas Canarias, mientras tanto, siguen ancladas en la benignidad climática de la que disfrutan todo el año.
La organización del trabajo influye en la capacidad de las personas para convivir, y permea el sentir ciudadano sobre la sociedad. En un mundo sometido a cambios constantes debido a las nuevas tecnologías, la filósofa y científica social alemana Lisa Herzog (Núremberg, 1983) se pregunta qué significa actuar de manera ética cuando se trabaja, como una pieza más, en organizaciones públicas o privadas. Plantada en el cruce entre la filosofía política y el pensamiento económico, Herzog ha estudiado a varios pensadores del libre mercado (a Hegel o a Adam Smith) y ha analizado la ética del sector financiero. Además, ha hecho trabajo de campo, algo poco frecuente para un filósofo. Le interesa la relación entre las ideas y la vida real.