ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Esta vez no pasaron cinco meses de inacción. El PSOE reaccionó con cierta rapidez y en menos de 48 horas desde la llegada de la denuncia por presunto acoso sexual cortó la cabeza del presidente de la diputación de Lugo, José Tomé. Hace unos días lo hizo con la mano derecha de Paco Salazar, Antonio Hernández. Y tanto en la cúpula del partido como del Gobierno esperan que en las próximas horas se resuelva el expediente por las denuncias contra Salazar, que fue hombre de confianza de Pedro Sánchez.
Lugo, el reino que el socialista José Tomé ha perdido en apenas 18 horas, no es un territorio cualquiera para el PSOE gallego. No se trata solo de la cuna vital y política de su líder, José Ramón Gómez Besteiro, sino que es además la provincia gallega en la que llevan gobernando la Diputación y la capital durante más tiempo (18 y 26 años respectivamente). El caído es un estrecho colaborador de Besteiro, quien a su vez ha sido siempre fiel a Pedro Sánchez. Por eso el golpe de este miércoles es especialmente doloroso para un partido que en Galicia no levanta cabeza desde que el popular Alberto Núñez Feijóo les arrebató la Xunta en 2009.
En un PSOE desgastado por casos como de José Luis Ábalos o Santos Cerdán, el escándalo de Paco Salazar se ha convertido en uno difícil de contener. No solo porque de nuevo afecta a alguien del círculo de confianza de Pedro Sánchez, sino porque hay más que indicios de que el partido no actuó cuando debía ante denuncias de acoso sexual.
Realizado porPresentado porEdiciónAna Ribera
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DirecciónAna Alonso
CoordinaciónSintoníaJorge Magaz
EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es
La sentencia del Tribunal Supremo contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, muestra en su lenguaje una cierta confusión entre los planos de la realidad y de la conjetura. Aparecen verbos de posibilidad o potencialidad aplicados a hechos probados, y se hacen afirmaciones determinantes que corresponden a deducciones dudosas.
La historia reivindicativa de las feministas en el PSOE es, en gran medida, desconocida, excepto para nosotras, las feministas socialistas. Sin embargo, cada paso que hemos dado internamente se ha transformado en políticas públicas que han mejorado la vida de las mujeres y, en consecuencia, de la sociedad española en su conjunto.
El último pleno del Congreso de 2025 terminará este jueves con el espejismo de un marcador tan favorable para los intereses del Ejecutivo que no se parezca en nada al enrarecido clima político que padece el país. La legislatura política parece que se complica por múltiples frentes, pero las votaciones del Congreso darán oxígeno al Gobierno, que cerrará la última sesión de este periodo antes de las Navidades con la ratificación de dos leyes y la convalidación de tres decretos por una muy amplia mayoría. Proyectos con un contenido social transversal como la ley de atención a la clientela o la reforma de la dependencia y de gran respaldo y difícil oposición como la subida salarial a los funcionarios. PP, Vox, Junts y Podemos, sin embargo, han anticipado que tumbarán el nuevo intento de aprobar la senda de déficit y el techo de gasto de los Presupuestos para 2026.
La noticia se sintió como un zarandeo inesperado en el Ayuntamiento de Casar de Cáceres: unos promotores habían elegido una finca a las afueras del municipio para levantar el parque acuático más grande de Europa. “Más de 100 puestos de trabajo”, fue la frase que los vecinos difundieron durante días. No era una chuminá, el proyecto había llegado en el verano de 2021, cuando los efectos laborales del covid aún hacían mella en el pueblo conocido por elaborar la torta del Casar, uno de los quesos más valorados del mundo. El plan fue incluso presentado ante la atenta mirada vecinal por los promotores en la casa de cultura. El inversor más importante era el exjugador de fútbol y magnate de los parques acuáticos Donald Caspar, conocido como Donny Huijsen, y padre de Dean Huijsen, actual defensa del Real Madrid. Los datos prometían el auge del turismo con entre 4.000 y 6.000 usuarios al día (el pueblo tiene unos 5.000 habitantes) y un coste inicial de 24 millones de euros. Pero han pasado cuatro años y, tras constantes retrasos del inicio de las obras, aún no hay rastro del parque. “El último contacto oficial que hemos tenido de los promotores es de hace un año”, explica la alcaldesa, Marta Jordán (PP), que se encontró el proyecto del anterior equipo de gobierno cuando llegó al poder a mediados de 2023.
Olena, de 39 años, se comunicaba a diario con su marido, un oficial del ejército de Ucrania desplegado en uno de los frentes de la región oriental de Donetsk. Por eso, cuando el 24 de septiembre perdió el contacto con Maksim, de 33 años, se puso en guardia. Al día siguiente, empezó a mover hilos y pronto recibió respuesta de sus jefes. En cualquier caso, explica que llegó a teclear: “Google, ¿cuánto tiempo puede permanecer un marido desaparecido?”, comenta en tono tranquilo. Olena permaneció todo el tiempo informada, pero no sabía que tenía por delante las cinco semanas más trepidantes de su vida. Y eso que el ejército le ocultó una parte importante de lo ocurrido. Ella lo agradece.
Fausto González Chavero (Madrid, 54 años) entra en la cafetería La Llama de su barrio, Chamberí, un bar de siempre en el que se reúnen a estas horas, once de la mañana, varios trabajadores y jubilados. Es martes 9 de diciembre. El pasado miércoles 3, casi doscientos vecinos del barrio de Hortaleza lo homenajearon frente a su farmacia, ya ex farmacia, en su último día de trabajo allí. Había llegado en 2009 y, como relató David Expósito en EL PAÍS, su extraordinaria huella entre los vecinos hizo que su marcha supusiera una conmoción. Cuesta hacer esta entrevista. Fausto González se niega al teléfono en primera instancia: no quiere protagonismo, dice, no más. “Ya hemos llorado, ya hemos reído, ya está hecho”.
Siempre se van demasiado pronto los que nos han ayudado a hacer de la vida una experiencia más plena. También los que nos han llevado a vivirla de un modo más intenso y verdadero. Para muchos Robe Iniesta ha sido la voz propicia de un poeta que abría en la realidad, que nunca es la que nos gustaría y que a veces sabe hacerse aborrecer —empezando por lo que cada uno de nosotros es en lo más profundo—, hendiduras por las que entraba un fulgor que la volvía menos inerte y menos triste. Podía cantarle a la pérdida, a la soledad, a nuestra inagotable capacidad de meter la pata y dañar a otros y a nosotros mismos; pero cuando los versos de Robe apuntaban a esos infiernos, en ellos, parafraseando una de sus canciones, se hacía la luz.
Desde que apareció en el escenario del Liceu el 29 de noviembre de 2024, en plena celebración del 125 aniversario del FC Barcelona, no ha dejado de multiplicarse: presente en los entrenamientos, partidos, celebraciones, actos institucionales, contenidos audiovisuales. Incluso ha saltado de la órbita azulgrana para dejarse ver como invitado en el Gran Premio de Catalunya de Fórmula 1. Es Cat, la mascota del Barça. Un gato culé, sonriente, nacido de la silueta del escudo de la mano de los hermanos Grangel, que se ha convertido en un fenómeno viral, sobre todo entre los más jóvenes. Lo suyo no es una moda fugaz y va más allá de las redes sociales, donde acumula millones de seguidores. La semana pasada, su primer peluche —5.000 unidades— voló en nueve minutos, dando pie, incluso, a una reventa que triplicó su precio original de 35 euros.
La entrega del premio Nobel de la Paz a María Corina Machado y su salida de Venezuela en condiciones inverosímiles han devuelto a un primer plano una verdad que gran parte de la comunidad internacional ya considera incontestable: Nicolás Maduro perdió las elecciones y su permanencia en el poder carece de legitimidad democrática. No es una conclusión opinable ni fruto de la disputa ideológica entre izquierdas y derechas: conviene recordar que es el resultado de informes coincidentes de organismos internacionales, incluidos aquellos invitados por el propio Gobierno de Venezuela, que documentaron irregularidades masivas y un proceso electoral diseñado para impedir la competencia real. La inhabilitación de Machado es quizá la expresión más nítida de ese andamiaje electoral profundamente manipulado.
En el grupo de WhatsApp de mi familia, donde hay varios médicos, cada vez que alguien hace una consulta de salud quien contesta con más aplomo, seguridad y contundencia es uno de los que se dedica a otra cosa. Los médicos son mucho más cautelosos, y no digamos si la consulta está relacionada con su área de especialización.
El señoro de izquierdas es una subespecie pelín más evolucionada que el señoro a secas. El eslabón perdido entre el Homo erectus y el Babosus concienciatus. Merecería un capítulo, digo paper, propio en la revista Macho’s Nature, que procedo a patentar, no sea que se me adelante algún criptobro y la monetice. Nuestro hombre, Paco Jones en adelante por no levantar ampollas, puede ser octogenario, boomer, milenial o zeta. Aunque el grueso de los ejemplares españoles anda entre los 40 y los 60 años, como ciertos amigos del presidente del Gobierno, su seña de identidad no es su edad ni su fenotipo ni su hábitat, que puede ser desde un partido a un periódico, sino su capacidad de adaptación al medio.
Lo que hagan los demás puede ser una excusa o un mal ejemplo, según el caso, pero no es un argumento. Se entiende que los discursos políticos ya recurran casi siempre a la misma táctica, porque la política ha quedado reducida a tratar de decir todo el rato que el de enfrente es mucho peor. Están mal las generalizaciones, pero esa práctica es general. No se trata, entonces, de seducir a la gente para que te vote a ti: sino en disuadirles de que voten al rival. Una política contra, no a favor.
La Unión Europea se enfrenta a desafíos sin precedentes en un momento en el que el orden multilateral basado en la ONU está bajo asedio. La estrategia de apaciguamiento hacia Donald Trump —desde la cumbre de la OTAN hasta la desregulación de las normas digitales, de inteligencia artificial y medioambientales, incluida la humillación arancelaria de Turnberry— no está funcionando. Las concesiones no han reducido la imprevisibilidad ni la hostilidad de Trump. Al contrario, han profundizado la vulnerabilidad estratégica de Europa, han producido un plan de capitulación inaceptable para Ucrania y una declaración política de guerra a la UE en forma de Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en la que se llama a un retorno a una Europa de naciones y se anuncia, en consecuencia, una alianza de Trump con las fuerzas políticas nacionalpopulistas del continente.
A finales de este primer cuarto de siglo XXI, encender el móvil es, para una mujer, emprender un viaje del héroe donde si consigue llegar al último de miles de vídeos de TikTok e Instagram perfeccionados para monetizar sus inseguridades, le espera un premio final: la belleza. La meta tiene un nombre, el glow up (gran mejora estética sufrida por alguien en un tiempo determinado), un término común entre los adolescentes que comenzó a popularizarse en los años posteriores a la covid junto a los contenidos sobre cómo conseguirlo. La obsesión por la belleza va tan unida a la experiencia digital femenina que las chicas conectadas ni reparan en su exceso. Y, por contra, si el algoritmo considera que se encuentra ante un hombre no le mostrará esta realidad, que pasará a ser invisible para él. La presión estética es hoy más compleja que cuando se centraba solo en la delgadez porque ¿qué es exactamente la belleza? ¿Cómo se consigue? Las respuestas dependen de la edad y unos vídeos que siempre llegan demasiado pronto. A los diez años, maquillaje y productos para el cuidado de la piel, a los veinte botox, a los treinta el armario de toda una vida.
Ese final del camino del que todos hablan no es el final. Lo que sucede es que no conviene ir más allá. Alejarse de Casa Mariano es para Miriam, Jose, Ros y Catherine, “un exceso de confianza”. Eso es lo primero que te enseñan al llegar a Casa Mariano, que de puertas para adentro esto puede ser un pequeño Bogotá o una Caracas amable, pero de lo de fuera, casi mejor no saber, no decir. Ninguno “sabe nada” de lo que pasa “allá”, aunque lo sepan todo. Casa Mariano tiene 15 huéspedes, todos latinos. No parece ni una pensión ni un restaurante y sin embargo lo es. No aparece en Google y sin embargo existe. Tanto es así que todos sus huéspedes supieron llegar directos desde el aeropuerto de Barajas la primera vez que aterrizaron en España. Casa Mariano, incrustada en un lugar muy próximo adonde viven los clanes de la droga de la Cañada Real, se ha convertido en una posada “low cost” que da cobijo a los recién llegados de Latinoamérica, y también, de algún modo, en una forma hiperrealista de recordarles desde el minuto cero que Madrid no será lo que les habían prometido.
Para muchos, el volcán de La Palma sigue sin ser pasado. Tras cuatro años y más de 1.100 millones de euros en ayudas desde el Gobierno central, las conexiones se han restablecido, ya no hay isleños viviendo en barracones y se ha abonado el valor de las casas. Diversas estadísticas como la creación de empresas, empleo o construcción ya superan los registros previos a septiembre de 2021, según la patronal palmera. El sector platanero, sin embargo, sigue lejos de sus mejores horas. ¿La razón? “Aún no es posible el acceso a determinadas zonas por la existencia de gases tóxicos o debido al calentamiento de las coladas que impiden tener acceso a las fincas agrícolas para poder trabajar”, se lee en un decreto gubernamental de noviembre que especifica que “cuatro años después del final de la erupción volcánica en la isla de La Palma, las consecuencias sociales, económicas y medioambientales negativas siguen perviviendo”.