ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
La historia de El Principito está llena de vuelos. Empezaba con uno, que el narrador de la novela debía interrumpir por una avería, en pleno desierto. Varado entre las dunas, con agua solo para ocho días, escuchaba aquella célebre vocecita: “Por favor…, ¡dibújame un cordero!”. Su asombro en el libro, ante el extraño encuentro con un niño y su aún más extraña petición, aumentaba cuando el chiquillo se ponía a contarle sus propios viajes espaciales. Así Antoine de Saint-Exupéry juntó en 1943 en una fábula de un centenar de páginas sus dos grandes pasiones: escritura y aviación. Aunque otra travesía fallida, poco después, le costó la vida: su caza de combate desapareció el 31 de julio de 1944 cerca de Córcega. Destino, talento literario, interés póstumo y unos cuantos elementos más empujaron entonces el despegue de la propia obra, rumbo al estrellato: se calcula que solo La Biblia cuenta con más traducciones.
“Suscitaron la codicia de anticuarios de todo el país cuando se pusieron a la venta a principios del siglo XX”. El historiador del arte e investigador sevillano Gerardo García León relata así el valor de dos óleos sobre tabla de principios del siglo XVI, grandes exponentes del Gótico tardío andaluz que representan a San Jerónimo y San Miguel, que se daban por perdidos tras su salida de la iglesia de Santa Bárbara de Écija, en plena campiña sevillana, en 1919, cuando el párroco las puso a la venta para sufragar la reparación de la torre del templo, a la que le había caído un rayo años antes y cuyos gastos ya no podía asumir su maltrecha economía. Marchantes de todo el país, incluso del resto de Europa, viajaron hasta Écija para conocer estas dos tablas, que se convirtieron en objeto de deseo “en uno de los momentos más álgidos y lacerantes del proceso de expolio y dispersión sufrido por el patrimonio español a comienzos del siglo XX”, insiste el historiador del arte que, tras un intenso y minucioso trabajo de investigación, que alcanza un grado detectivesco, ha localizado estas dos tablas en la Hispanic Society de Nueva York, donde acaban de ser restauradas.
La tarde cae en Madrid y los pasillos de La Casa Encendida están repletos de voces y risas de niños pequeños: en pocos minutos comenzará el Festival Internacional de Literatura Infantil y Juvenil Abrapalabra. Con más de 40 libros traducidos a 20 idiomas, entre los invitados de este año está Kitty Crowther (Bruselas, 55 años), la escritora e ilustradora belga que ha transformado el álbum infantil en un territorio donde conviven lo íntimo, lo salvaje y lo sutil.
“No tengo ningún problema sobre la forma en la que la gente se gana la vida, pero no voy a entrar en el negocio de la heroína, porque perdería el apoyo de los jueces y de los políticos”, le cuenta el rey de la mafia Vito Corleone al traficante que le exige su protección. Ocurre en El Padrino. Una táctica sabia, aunque limite sus beneficios. Muy lúcido, consciente de su poder, algo supuestamente inalcanzable para aquel niñito siciliano que, huyendo de la masacre familiar, llega en estado tuberculoso a Nueva York y se arrulla a sí mismo en un hospital mientras contempla la estatua de la Libertad.
A Víctor Muñoz (Barcelona, 22 años) le bastaron diez minutos para comprobar que en lo alto de la montaña del fútbol también corre un viento que te puede llevar por delante. Carlo Ancelotti lo hizo debutar con el Madrid en el clásico del pasado mayo en Montjuïc y al joven le cayó encima una manada de trols en redes por fallar una ocasión clara que hubiera supuesto el 4-4. Tuvo que cerrar los comentarios. “Yo estaba en el Castilla y, de repente, pasas a ser el foco de todo el mundo. Pero si quiero dedicarme a esto, son cosas que están a la orden del día. Debes convivir con ellas”, afirma el extremo, hoy pieza básica de un Osasuna que acude este sábado al Camp Nou (18.30, Movistar).
Cuando era niño, Giovanni Lombardi dijo a sus padres que de mayor pondría una tienda para vender ideas, qué quieres que te digo cómo, pero cuando colgó la bicicleta acabó poniendo en Chueca una tienda cara de zapatos y botas, a 1.500 euros el par, en la que se calzaba a primeros de siglo Boris Izaguirre. Pese a su éxito, cerró la tienda y recuperó el proyecto infantil de la venta de ideas, y de ella vive ahora, y esto lo cuenta el mánager de ciclistas mientras su cliente Juan Ayuso lleva a la práctica la última perla salida de su magín, un acto de contrición obligado, un comunicado manuscrito lamentando haber dicho lo que dijo en septiembre, aquello de que el UAE era una dictadura, cuando durante la Vuelta se anunció oficialmente que había roto su contrato y dejaba el equipo de Tadej Pogacar.
Un estadio es un espacio de confianza. El tipo de al lado puede ser un idiota o un sinvergüenza, pero un gol nuestro lo blanquea. Somos del mismo equipo, venga ese abrazo. En la calle volvemos a desconocernos, pero si le veo en peligro quizás le eche una mano porque nos une algo profundo. Algo que sirve a la felicidad o a la infelicidad y que crea un vínculo. Amigos de una misma emoción.
Lo primero que hicieron fue dejar de ir a clase. Cundió el miedo a ser detenidos si salían de casa. “El ICE se llevó al vecino de arriba de uno de mis alumnos y también al de debajo. Después de eso vino un día y no más”, cuenta una profesora de un instituto de Washington D. C. Eso pasó en septiembre. En octubre, deportaron a la pareja y padre del hijo de tres años de otra de sus estudiantes, que decidió dejar la escuela para trabajar. La semana pasada, también fue deportado el tío y único adulto a cargo de un tercer alumno, y varios profesores han iniciado una recogida de alimentos y dinero para intentar que no abandone los estudios.
Dick Van Dyke se une este sábado, 13 de diciembre, a un club tan exclusivo como temerario: el de actores de Hollywood que cumplen 100 años. Un grupúsculo pequeño y muy querido, pero que, como es lógico, no es de larga estancia. Olivia de Havilland duró en él cuatro años y un mes y Kirk Douglas algo más de tres años, mientras que Bob Hope y Gloria Stuart pertenecieron a él apenas dos meses. A Betty White le faltaron 17 días para unirse. Y ahí están Eva Marie Saint, a sus 101 años y medio, o June Lockhart, con los 100 cumplidos el pasado julio. Van Dyke llega a él feliz, emocionado y en excelente condición física y, sobre todo, mental. Y Hollywood está dispuesto a celebrarle como merece.
“Era una observadora”, dice el personaje al que da vida Zendaya en Euphoria sobre Lexi Howard, a quien interpreta Maude Apatow (Los Ángeles, 27 años). Ella reconoce que se siente identificada con esas palabras. Cabría añadir a su definición la timidez y ante todo, la humildad. Porque cuando habla de cómo se siente al recibir el premio Face of the Future de Max Mara, dentro de los galardones Women in Film (WIF) —que reconoce “su impresionante trayectoria como actriz y directora en la industria audiovisual, así como su elegancia y distinción”— se encoge de hombros. “Me siento muy honrada. Estoy muy emocionada y agradecida de ser reconocida entre mujeres increíbles”, dice incapaz de ocultar la ilusión. “Estuve en el último desfile de la firma y fue precioso. Max Mara es una marca que me encanta, algo que comparto con mi madre y con mi abuela. Sus diseños son preciosos, elegantes y atemporales, por lo que encajan con todas las generaciones”, asegura. El éxito de Euphoria pilló al elenco actoral, en el que destacan unos entonces desconocidos Sydney Sweeney y Jacob Elordi, por sorpresa. El foco se situó en Apatow en la segunda temporada, cuando su personaje encuentra su voz al llevar su vida a una magnética obra de teatro. En realidad, gran parte del material teatral del espectáculo surgió de conversaciones entre la actriz y el director, Sam Levinson, acerca de sus experiencias teatrales. “Cuando estaba en la escuela secundaria de artes escénicas, me lo tomaba muy en serio. No sé si me identifico del todo con Lexi, pero al echar la vista atrás, pienso que me tendría que haber calmado un poquito”, asegura entre risas.
La Policía ha detenido a un joven de 19 años de Igualada (Barcelona) por acceder a empresas y robar datos personales de miles o millones de españoles. Los robos de información privada son una práctica habitual y creciente. A menudo se cree que ocurre desde lugares remotos. Pero no siempre. Este ciberdelincuente español, según fuentes de la investigación, ha robado los datos a empresas y organismos públicos españolas y a una francesa: “Yo me he visto ya en seis bases de datos, pero mí no me llama la atención porque ya sé lo que hay”, explica uno de los agentes encargados de la investigación a EL PAÍS. Este periódico ha hablado también con dos investigadores académicos para entender mejor un mundo oscuro pero menos lejano de lo que parece. Estas son las claves:
Toda España ha rendido homenaje a Robe Iniesta de la mejor manera posible, escuchando su música. El top 50 canciones de Spotify se llenó de sus canciones: 16 de las 50 eran suyas tras la noticia de su fallecimiento, y en el top 1 La vereda de la puerta de atrás, aquella que decía: “Si mi vida fuera una escalera, me la he pasado entera buscando el siguiente escalón”. Las redes se llenaron de los destrozares (el dolor) que cantaba Iniesta y aunque nadie hablaba en Instagram de Robe hasta que murió, de repente todos los reels eran suyos. Y el género de la despedida se convirtió en una competición: cuánto nos marcó, desde cuándo, por qué lo entendimos mejor que nadie, cómo fue la banda sonora de nuestra adolescencia. Sánchez y Feijóo declarándose fans al mismo tiempo, no digo más.
La vivienda es para los jóvenes un callejón sin salida. Muchos de los que consiguen acceder a un techo suelen tener detrás un importante bastón en forma de herencia o donación. Los datos del Consejo General del Notariado lo confirman: en los primeros seis meses del año se han donado 26.923 viviendas y se han heredado 202.923, cifras que equivalen al 60% de todas las compraventas registradas en esa franja de tiempo.
La conocida en el argot popular como barriga cervecera, asociada culturalmente a la estabilidad y la felicidad –ya que suele aparecer en los hombres a partir de los 35-40 años, cuando en muchos casos ya viven en pareja, tienen hijos y la vida más o menos encarrilada–, tiene en realidad poco de feliz y mucho de preocupante. Así lo ha demostrado un estudio reciente, presentado en el marco del último congreso de la Radiological Society of North America (RSNA), que ha asociado la acumulación de grasa abdominal con modificaciones “peligrosas” en la estructura del corazón que van más allá de los atribuibles a un Índice de Masa Corporal (IMC) alto y que incrementan el riesgo de desarrollo de problemas cardiovasculares.
Marcos y Lucía (nombres ficticios) tienen 41 y 39 años, respectivamente, y llevaban 12 años juntos. Pero el pasado mes de abril ella decidió acabar la relación, para sorpresa de Marcos, que vio como de un día para otro su vida cambiaba radicalmente. “No solo desapareció ella, además todos los amigos que yo creía que también eran míos”, lamenta él. Algo parecido le pasó a Claudia. Esta burgalesa de 34 años se mudó a Madrid para hacer un posgrado y se quedó tras conocer a Rubén. Después de seis años juntos, cuando él rompió la relación, ella perdió al que creía su círculo. “Él es madrileño y ya tenía un grupo de amigos al que yo me uní. Ahora todos me han dejado de lado como si no me hubieran conocido nunca”, explica. Y es que en muchas ocasiones al duelo por la pérdida de la pareja hay que añadirle el del círculo social al que también impacta.
Nuria tiene 51 años, fue diagnosticada de esclerosis múltiple en 2017 y, tras un brote, la enfermedad le ataca a la movilidad de la parte izquierda, tanto a la pierna como al brazo. Padece también mucha fatiga, uno de los llamados síntomas invisibles. Alguien podría decir que es una guerrera, una de aquellas heroínas que luchan contra la llamada enfermedad de las mil caras. Pero, ¿por qué se tiene que ser siempre guerrera? Nuria también tiene sus momentos de debilidad y los reivindica. Fuerte, débil, triste, feliz, harta, agotada. Tiene la contradicción diaria ahí, lo sabe; pero también una vida y un proyecto en el horizonte: hacer el Camino de Santiago con sus amigas.
Los colegios de abogados de Cataluña votaron el pasado 1 de diciembre a favor, aunque divididos, del contenido de una enmienda presentada por Junts en el Congreso a la reforma de la Ley de la Seguridad Social. La iniciativa pretende compensar un agravio que hace años denuncian los letrados encargados de cubrir el turno de oficio, la asistencia jurídica gratuita: tener unas pensiones contributivas dignas y acabar con un modelo que provocaba que profesionales que se han dedicado al turno de oficio acaben con unas prestaciones cuando se jubilan que a veces se quedan en los 300 euros.
Cuando por la noche de este domingo 14 de diciembre el Servicio Electoral chileno defina con la rapidez y eficiencia que lo caracteriza cuál de los dos candidatos a la Presidencia de Chile ganó —si Jeannette Jara, militante comunista, representante de las izquierdas, y José Antonio Kast, líder del extremista Partido Republicano, candidato de las derechas—, el presidente Gabriel Boric, militante del Frente Amplio, tomará el teléfono para saludar el triunfador en un mensaje que todos los chilenos podrán observar en sus televisores y teléfonos móviles. Es una tradición en la política chilena y reafirma, una vez más, un camino institucional que ha tenido el país sudamericano desde el retorno a la democracia en 1990, independiente de la ferocidad de cada campaña. Será, de paso, el primer hito de la despedida de Boric de La Moneda, que dejará el Palacio presidencial el 11 de marzo de 2026 y, con 40 años recién cumplidos, se instalará en un curioso papel de expresidente siendo todavía tan joven.
En septiembre de 1988 se transmitió la franja electoral del plebiscito para decidir si Augusto Pinochet seguía o no en el poder. En uno de los episodios de la campaña por el Sí apareció un estudiante de 22 años llamado José Antonio Kast. En representación de la comunidad gremialista de la Universidad Católica de Chile, el alumno de Derecho decía estar “convencido” de que la obra del régimen militar iba en “directo beneficio” de su generación. El joven de aspecto germano era el hermano pequeño de Miguel Kast, quien había ejercido como ministro durante la dictadura. Casi 40 años después de aquella aparición televisiva, el abogado, de 59 años, busca por tercera vez llegar a la Presidencia de Chile. Si lo consigue, como indican las encuestas, los chilenos tendrán por primera vez un jefe de Estado que respaldó a Pinochet. “Si estuviera vivo, votaría por mí”, dijo el candidato de las derechas, en su primer intento por arribar a La Moneda, en 2017.