ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Larry Ellison lleva tantas décadas siendo el paradigma de supervillano milmillonario de la tecnología que nos habíamos olvidado de él. Por eso conviene recordar, ahora que conocemos bien los desvaríos de Elon Musk, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos o Peter Thiel, quién es exactamente este hombre de 81 años que en los noventa salía con tres empleadas de forma paralela y enviaba detectives a revolver en la basura del Microsoft de Bill Gates para recoger pruebas judiciales en su contra. Al fin y al cabo, parece que su empresa Oracle —una grande del software reconvertida en proveedor clave para la IA y cuya revalorización en bolsa le llevó este septiembre a sobrepasar brevemente a Musk como hombre más rico del mundo— será pronto una de las dueñas de TikTok en EE UU, y responsable de almacenar, gestionar y supervisar sus valiosos datos y su algoritmo. El hijo de Ellison, David, remató además este agosto la adquisición de la histórica productora de Hollywood Paramount, dueña a su vez de la CBS, y está en conversaciones para hacerse con Warner Brothers, que integra los canales CNN y HBO. Como ha advertido The New York Times, es posible que en unas pocas semanas entre el padre y el hijo se hagan con un imperio mediático nunca visto, auspiciado por un buen amigo de la familia: Donald Trump.
El magistrado Juan Carlos Peinado firmó este martes una resolución de seis páginas para comunicar que la línea de investigación abierta por malversación contra Begoña Gómez será juzgada por un jurado popular, en el caso de que finalmente se celebre una vista oral por estos hechos contra la esposa de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Pese a que el paso dado por el juez instructor está previsto en la ley y a que aún puede ser revocado, esta iniciativa ha provocado un enorme terremoto político. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo (PP), ha insistido en que todos los procesos judiciales que salpican al entorno de Sánchez deberían hacer caer ya al Ejecutivo. Mientras, el Gobierno ha defendido que las pesquisas de Peinado carecen de fundamento y que no hay indicios del delito que atribuye.
El padre de Rosa Álvarez, Manuel, tenía “80 espléndidos años” cuando una tromba de agua y barro acabó con su vida el pasado 29 de octubre. Fue una de las 229 víctimas mortales de la dana en la provincia de Valencia. Hija única y huérfana de madre desde hace tiempo, Rosa estaba muy unida a Manuel, al igual que su hija, Aitana, que llegó a empadronarse en la “casa del iaio”, en Catarroja, no muy lejos del domicilio familiar. “Era como su segundo padre, porque yo trabajaba en Castellón y convivía mucho con él”, comenta este miércoles entre reunión y reunión con técnicos medioambientales en resiliencia y gestión de riesgos climáticos en Bruselas.
Poco a poco, con discreción, el líder de una organización de narcotraficantes recién desmantelada en Canarias, fue tocando “todas las metodologías del narcotráfico”: contenedores, trasvases de cargamentos de barcos nodriza a lanchas rápidas, transporte en coches con compartimentos ocultos. En apariencia, Clender Chinea, tinerfeño de 42 años, vivía sin ostentación en el barrio de Los Gladiolos de Santa Cruz de Tenerife. Era propietario de cafeterías, discotecas, restaurantes y viajaba con mucha frecuencia por el archipiélago, la Península, el Reino Unido o Sudamérica. Bajo esa fachada de empresario hecho a sí mismo se ocultaba “una de las organizaciones criminales más activas”, con base en Canarias, según una investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria. Su estrategia para blanquear el dinero procedente del narcotráfico abarcaba sectores habituales, como el inmobiliario o la hostelería, y otros ciertamente infrecuentes, como una farmacia e incluso un colegio.
Los ayuntamientos a los que la deuda aprieta más han visto una ocasión de oro para aprovecharse de la pugna política surgida a raíz de la quita parcial de la deuda de las comunidades prevista por el Gobierno. Los consistorios reclaman al Ministerio de Hacienda que si finalmente alguna autonomía, tal y como anunció el PP con su rechazo explícito, renuncia a la condonación de sus números rojos, los municipios de dichos territorios puedan acogerse al beneficio fiscal. La quita de las 15 comunidades de régimen común asciende a 83.434 millones y el total de la deuda viva de los consistorios españoles suma 17.212 millones. Si por ejemplo Andalucía, la comunidad más beneficiada, cumpliera su palabra y dejara pasar el tren de su quita de 18.791 millones, solo esta abultada cifra ya cubriría toda la deuda municipal del país.
Ahorrar energía puede ser apagar las luces que no se usen o bajar la temperatura del aire acondicionado, pero también compartir coche: cuantos menos vehículos, menos gasolina o electricidad se gasta. Por eso, Transición Ecológica ha incluido el automóvil compartido en el sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE), lo que permite a las empresas más contaminantes dar dinero para compensar sus emisiones e invertirlo en incentivar un transporte más sostenible. Con esos fondos, Blablacar ofrece ya un Bono Energético del 10% del precio del viaje (hasta un máximo de tres euros por viajero), mientras el Ayuntamiento de Vitoria ha puesto en marcha un proyecto para pagar a conductores y viajeros que unan sus trayectos diarios al trabajo (el CAE lo subvenciona con 30 céntimos y el Ayuntamiento, con otros 90).
La víspera de la primera toma de posesión de Donald Trump, Melinda Hughes actuaba en el Met Room de Nueva York. “El aire de la sala era denso, se podía respirar la tensión del momento”, recuerda la soprano londinense. “Al día siguiente, me uní a la Marcha de las Mujeres por las calles de la ciudad mientras por internet circulaba el meme #FreeMelania”. La cantante decidió incluir estas y otras parodias sobre la primera dama estadounidense en el programa, aún en cartel, de su cabaret Weimar & Back, como un rap sobre sus primeros días en la Casa Blanca y un número burlesco a partir de las páginas más incendiarias de un diario ficticio. “Su silencio nos inquietaba”, asegura Hughes. “Por eso en las manifestaciones todas gritábamos: ¡Melania, parpadea dos veces si necesitas ayuda!”.
Han pasado más de 120 años desde que el psiquiatra alemán Alois Alzheimer atendiera a Auguste Deter, la primera paciente de un nuevo tipo de demencia que terminaría llevando el nombre de su descubridor. Y, por primera vez en todo este tiempo, se vislumbra la esperanza de una revolución que pueda convertir esta enfermedad en algo distinto a una condena. Primero, se ha avanzado en el diagnóstico: hace apenas 10 años, la única forma de confirmar un caso era analizando el cerebro del paciente después de muerto. La ciencia está permitiendo avanzar rápidamente en el hallazgo de biomarcadores que revelan la presencia de la enfermedad. La segunda pata de la revolución médica que se avecina frente al alzhéimer son los fármacos.
Aliança Catalana desafía a Carles Puigdemont. Junts asiste por primera vez en su corta historia al crecimiento imparable —según algunas encuestas— de un partido que bebe de una parte de su base de votantes. El fracaso de 2017 sigue causando estragos entre el independentismo. El partido de Sílvia Orriols, esa especie de Vox indepe —una formación soberanista y xenófoba, pero catalana— tan solo emerge ahora como una forma de protesta ante varias hipocresías del escenario del posprocés.
El verdadero pánico que el Gobierno pretendía evitar cuando ocultó durante meses los fallos en las pulseras de los maltratadores era el que podía cundir entre sus propias filas. Si el error ha sido lamentable, las explicaciones no han mejorado las cosas: como suele ocurrir, la gestión de la crisis sirve sobre todo para profundizarla. Cada excusa se autodestruía rápidamente, siguiendo los caminos más frecuentados: la noticia era un bulo hasta que se vio que no lo era, afectaría a un 1% de los casos según la ministra de Igualdad y a un número indeterminado según la misma ministra, el problema señalado en el informe de la Fiscalía tampoco era para tanto según matizó la Fiscalía, lo más grave es introducir la desconfianza en el sistema, la oposición exagera y lo que realmente mata es el negacionismo. Entretanto, hemos sabido que hubo advertencias del Consejo General del Poder Judicial o que, como ha contado Isabel Valdés, una supervisora del centro de gestión de las pulseras antimaltrato mandó saltarse el protocolo para bajar las alertas, y que Igualdad y Vodafone admitieron en una reunión que las pulseras incumplían algunas condiciones del contrato.
Es inadmisible lo sucedido con las pulseras antimaltrato. Y las reacciones que se suceden estos días son vergonzosas. Escuchaba ayer en un programa de televisión el testimonio de una de las afectadas por esta situación. Sus palabras eran desgarradoras: ella explicaba que tensión en la que vivía era enorme ya, y que no sabía si su expareja y maltratador la mataría. ¿Cómo puede suceder esto? En un país en el que muchas mujeres no se atreven a denunciar por miedo —ya que en algunos casos, como el de Dani Alves, las condenas quedan en nada—, cuando estas se atreven a denunciar y su maltratador es condenado, el Estado les demuestra que las medidas para protegerlas no siempre son efectivas. Urge asumir responsabilidades y reparar el daño que, una vez más, por desgracia, se ha hecho a las mujeres.
Carol Tavris, especializada en el pensamiento crítico, la disonancia cognitiva, la ira y el género, escribe junto al psicólogo Elliot Aronson Chelsea Se han cometido errores (pero yo no fui) (Capitán Swing, 2025), un libro en el que analizan cómo el cerebro está preparado para la autojustificación. El texto alude también a la danza de la ambigüedad de la que habla la psicóloga social Deborah Davis, que los psicólogos aseguran beneficia a ambos miembros de la pareja. Sin embargo, mientras que la ambigüedad evita herir los sentimientos, también causa problemas, y es ahí cuando exploran cómo afecta incluso a las violaciones. “La mujer realmente piensa que el hombre debería haber sabido que ella quería que parara, y él realmente piensa que ella dio su consentimiento”, escriben.
El petardeo es ensordecedor. Suena como una ráfaga de disparos. Pac-pac-pac. A las puertas de uno de los chalets del Paseo del Circuito, en la exclusiva urbanización de Ciudalcampo, en San Sebastián de los Reyes (Madrid), hay un desfile de coches deportivos tuneados que hacen rugir el motor con acelerones parecidos a los de los aviones en las pistas de despegue. Pero no. No están en un aeropuerto. Ni en un circuito de velocidad. Están en una calle residencial. Los vecinos, que conviven con los cientos de eventos y carreras que se organizan en el circuito del Jarama-RACE, incrustado en la misma urbanización, y antigua sede del gran premio de España de F1, están hartos. Y se han puesto manos a la obra: un juez ha citado a declarar como investigados en la fase de diligencias previas a dos directivos del complejo tras una denuncia de la Fiscalía de Madrid por la presunta comisión de un delito contra el Medio Ambiente. De nuevo, como en el Bernabéu o el Palacio de Deportes, un conflicto entre el ruido de un negocio y el derecho al descanso de los vecinos.
Intentar lanzar un nanosatélite al espacio, cruzar la selva de la Amazonía, vivir un intercambio escolar en Moscú o navegar hasta las cataratas del Niágara fue posible en el Instituto público Las Musas, ubicado en el corazón del obrero barrio de San Blas-Canillejas. Desde que José Antonio Expósito (61 años, Madrid) llegó a la dirección del centro en 2015 se empeñó en sustituir el ladrillo por las paredes de cristal para que entrase la luz y con ella, la creatividad y la ciencia. Ahora, sus alumnos investigan codo con codo con los científicos más prestigiosos. Tras un año jubilado, empeñado en que las oportunidades no dependan del código postal y en hacer del aula una escalera hacia el futuro, el maestro presenta este jueves en la Institución Libre de Enseñanza de Madrid su nuevo libro, La rebelión de Las Musas: cómo transformar la educación.
En la página 100 del último libro de Milo Rau, uno de los directores más influyentes y controvertidos del teatro contemporáneo, se leía: “¿Qué se puede aprender de una época —la nuestra— en la que un miembro del mayor partido austriaco, el FPÖ, un hombre llamado H-C Strache, canta por la mañana la canción de las SS Nosotros llegaremos al séptimo millón y por la tarde visita el memorial de Yad Vashem, donde se conmemora a las víctimas del Holocausto?”. El libro de ensayos y conversaciones La resistencia no tiene forma, la resistencia es la forma ya ha sido retirado de las librerías y será pulpa de papel. Strache, líder del ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) durante 14 años y vicecanciller de Austria hasta el escándalo de corrupción del Ibizagate en 2019 (en el que se veía a Strache ofreciendo contratos públicos a una supuesta magnate rusa a cambio de financiación para su partido, en un encuentro en esa isla balear) no entonó esa canción antisemita que se mofa de los seis millones de judíos asesinados por la Alemania nazi.
Deslumbró al París decimonónico, donde retrató la vida moderna en la nueva capital del arte, antes de ser olvidado por quienes lo habían celebrado años atrás. John Singer Sargent (1856-1925) regresa convertido en protagonista de una gran exposición en el Museo de Orsay, la primera retrospectiva que se le dedica en Francia, su país de adopción entre 1874 y 1884. La exposición, que se podrá visitar hasta el 11 de enero, recorre esa década, en la que se formó con Carolus-Duran, pintor realista célebre entre aprendices británicos y estadounidenses, hasta consolidarse como el retratista más brillante de la Belle Époque, antes de abandonar París al borde de la treintena tras verse envuelto en uno de los grandes escándalos artísticos de aquel fin de siglo.
Málaga se convierte desde este jueves en epicentro de la cultura popular durante cuatro días. La San Diego Comic-Con se celebra por primera vez fuera de Estados Unidos y lo hace en la capital de la Costa del Sol con 300 horas de contenido relacionado con cómic, cine, animación, literatura, juegos de mesa, K-pop, cosplay y videojuegos. Se celebra de jueves a domingo —a 50 euros la entrada para cada jornada— y cuenta con una lustrosa aunque escasa lista de estrellas internacionales invitadas. Con Arnold Schwarzenegger a la cabeza, también pasarán actores y actrices como Natalia Dyer, Aaron Paul, Gwendoline Christie, Dafne Keen o Taz Skylar. Participarán en charlas y debates, pero algunos también se harán fotos o firmarán autógrafos a sus fans. Previo pago, eso sí, de entre 66 y 90 euros, según el caso, en sesiones que salvo alguna excepción se celebrarán todas el primer día.
Parcels son gente tranquila, o lo parecen. “Será porque somos australianos”, especula Louie Swain, teclista del quinteto y el más hablador de los dos lacónicos integrantes de la banda que responden a la entrevista. ¿Los australianos son muy tranquilos?, pregunto. “Al menos se nos da muy bien aparentarlo”, dice Jules Crommelin, guitarrista, cuya voz suave apenas interrumpe el silencio. “Aunque a veces la procesión va por dentro”.
El nombre original es El verano que me volví guapa. Quiero empezar destacando eso porque describe mejor el producto que el título en español. El producto de esta saga de Jenny Han, adaptada a la tele para Amazon Prime, es una niña (Belly) que pasa los veranos con su familia en una casa que no se pueden permitirse. El verano que regresa transformada en doncella, los dos herederos de la casa compiten por su atención.