ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Este viernes comenzó en Madrid un fin de semana único para los fans y seguidores del videojuego competitivo League of Legends (LoL), rey de los eSports. Las finales europeas de este popular videojuego de batallas por equipos se celebran en la ciudad y pondrán a prueba a cuatro equipos: G2 Esports, Fnatic, Karmine Corp y el representante local, Movistar KOI. Con una comunidad de jugadores que supera los cien millones en todo el mundo, League of Legends es un videojuego multijugador de batallas online. Pero es mucho más. Es una forma de vida para millones de fans, muchos de los cuales viajarán a Madrid para participar en las diversas actividades repartidas por la ciudad. Aunque es ampliamente conocido, gran parte del público desconoce su complejidad y la dedicación que requiere a nivel competitivo. Aquí van algunas claves:
El miedo y la alarma que genera el uso de la IA y los chatbots por parte de jóvenes y adolescentes va de la mano de los riesgos que conlleva. A finales de agosto, los padres de Adam Raine, un adolescente de 16 años que se quitó la vida en abril en Estados Unidos, demandaron a ChatGPT por ayudarle a “explorar métodos de suicidio”. Un informe de la ONG Center for Countering Digital Hate (CCDH), por su parte, alertó de los fallos de seguridad y de cómo ChatGPT “traiciona a los adolescentes vulnerables al fomentar conductas peligrosas”. En solo dos minutos, cita el informe, ChatGPT recomendó cómo cortarse “de manera segura” (es decir, instrucciones para autolesionarse con la menor posibilidad de detección). En 40 proporcionó una lista de pastillas para sobredosis e incluso generó un plan completo para suicidarse, incluyendo cartas de despedidas para familiares. En el caso de una adolescente con trastorno de conducta de alimentación, tardó 20 minutos en crear planes de dietas peligrosamente restrictivos. También crece entre la población en general el uso de ChatGPT como psicólogo y los expertos han alertado de que puede reforzar el egocentrismo y las ideas paranoides.
Aparece algo cansada tras un largo día de rodaje con Nike, pero le encantar hablar. Sobre todo, de lo que no es fútbol. Francisca “Kika” Nazareth (Lisboa, 22 años), cercana, sonriente y con un carisma atípico, pide a la periodista que se siente a su lado en el sofá de piel. El verano pasado aterrizó en el FC Barcelona como uno de los fichajes más caros de la historia del club tras convertirse en una de las grandes promesas europeas. Representada por Jorge Mendes, referente en Portugal y capaz de jugar en cualquier posición ofensiva, Kika llegó al Barça con una sonrisa que se esfumó en marzo: se rompió el ligamento lateral interno del tobillo, pasó por quirófano, se perdió la temporada y también la final de la Champions en su Lisboa natal. “Allí era todo fútbol”, recuerda sobre su infancia entre la calle y el fútbol sala antes de debutar en el Benfica. “No sabía que quería ser futbolista. A los 16 años me enteré de que esto era real”, añade. Esta segunda temporada, con dos goles y tres asistencias en 100 minutos, quiere que sea, por fin, su año. “Estar en el Barça significa que es obligatorio pensar que podemos ganar los cuatro títulos”, confiesa.
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha regresado de Nueva York con mucho más de lo que había ido a buscar, en un momento en el que su país parece acercarse de nuevo al abismo económico y él, al político. Milei volvió con la promesa del presidente estadounidense de un inédito paquete de apoyo: 20.000 millones de dólares, una línea de crédito sin detallar y hasta la posibilidad de que Washington compre deuda argentina. Se trata de un rescate por parte del líder de la gran potencia mundial que esconde no pocos riesgos.
Después de cinco atentados fallidos en años previos, el zar Alejandro II fue asesinado en 1881 en San Petersburgo. Su magnicidio, callejero y complejo, dejó para la historia de la violencia europea una triste y doble marca: la de ser un temprano caso de terrorismo suicida y la de hacer entrar en el vocabulario de muchas lenguas occidentales la palabra pogrom. Culpados por haber instigado el asesinato, los judíos de Rusia sufrieron durante meses acoso y persecuciones. La palabra rusa pogrom, que significa “destrucción”, “devastación”, sirvió para dar nombre a ese hostigamiento y se fue difundiendo a través de los medios. En español empieza a circular desde inicios del siglo XX bajo las formas pogrom, pogromo (con plural pogromos) e incluso, con una errónea consonante intrusa, progromo. Por ser una voz novedosa, los periodistas que la usaban en sus crónicas la explicaban a los lectores a renglón seguido: pogrom o acometida antijudía.
Durante la apertura anual de la Asamblea General de la ONU, el encuentro más llamativo fue, sin duda, el protagonizado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Durante mucho tiempo, una de las preguntas que más repetía a mi hijo Darío, de ocho años (diagnosticado de TEA grado 1), al recogerle del cole era con quién había jugado en el patio ese día. Este inicio de curso, en cambio, no siento ya la necesidad de hacerlo, al darme cuenta de que ese tema no es para él una prioridad, sino una autoexigencia más a sus espaldas. Darío, con su madurez, nos ha hecho entender que tiene una “batería social” que se agota rápidamente y que necesita dosificar sus energías para no colapsar. El patio es un buen momento para desconectar del ritmo frenético de las clases, y necesita a veces estar solo a modo de autorregulación. Ahora sé que lo que precisa un niño neurodivergente para estar bien en el cole es principalmente que sus compañeros respeten su espacio y acepten sus diferencias. Por este motivo, cada vez que le recojo me basta con un simple “qué tal estás” para garantizar que ha estado a gusto. Y siento que así le estoy ganando la partida a los imperativos sociales que se empeñan en afirmar que todos los niños tienen las mismas necesidades.
Primero marcaron el suelo con cinta de carrocero y después rellenaron las franjas con sprays de tiza negro, blanco, verde y rojo. Los padres que la organizaron llamaron a la iniciativa Pintemos por los niños de Gaza, pero su fruto, una bandera palestina coloreada por los niños del Pi i Margall a las puertas de su colegio, duró apenas unas horas: al día siguiente, mientras los críos estaban en clase, el Ayuntamiento de Madrid mandó a su Servicio de Limpieza Urgente (Selur) para borrarla.
Rhzala El Mazouki es una de las 11.500 marroquíes contratadas en origen para trabajar en la recogida de la fresa de Huelva. Lleva 16 años cruzando el Estrecho, pero esta ha sido la primera campaña en la que, cuando se agachaba junto a los lomos de frutos rojos bajo los invernaderos, no pensaba solo en que el esfuerzo se circunscribiría a poder acumular dinero suficiente para ayudar a mantener a su familia. Esta vez lo ha hecho con el firme propósito de destinar sus ahorros a ampliar el obrador de pan y dulces que ha empezado a regentar en el último año y a que su hija termine los estudios en hostelería y pueda sumarse a su negocio.
El paro, la sanidad y la vivienda son los tres problemas que más preocupan a los andaluces, según la Fundación Centro de Estudios Andaluces (Centra), el CIS andaluz. La comunidad es la segunda que más desempleo juvenil tiene de España, con una tasa del 25,27%, casi 13 puntos por encima de la media nacional; tiene un millón de pacientes en lista de espera sanitaria y es el territorio donde más ha crecido el precio de la vivienda en el último año. Sin embargo, ninguna de estos asuntos -salvo la del alquiler, y de manera tangencial- se contemplan en el paquete de rebajas fiscales que el Gobierno andaluz ha ido desgranando a lo largo de esta semana: desgravaciones para dueños de mascotas, para usuarios de gimnasios y de clubes y federaciones deportivas y una ampliación de las ayudas al alquiler a jóvenes, mayores de 65 años y discapacitados. Un ahorro de 55 millones en total del que se beneficia solo el 2%, el 9%y el 0,4% de toda la población, respectivamente. Las prioridades que el barón popular se ha fijado en su séptima bajada de impuestos, y en plena batalla con el Gobierno central por la infrafinanciación y la renuncia a la quita de la deuda, pueden parecer superficiales e incluso innecesarias, en general, pero esconden una clara intención electoral por retener a ese votante de centro izquierda que le dio la mayoría absoluta en 2022 y que es el que puede garantizarle no perderla ante el avance de Vox por el flanco derecho.
“Estamos acostumbrados a convivir con los piojos todo el año”. Mercedes Ruiz, directora de un colegio de Sevilla, verbaliza lo que para la mayoría de familias de España es una realidad que sufren en silencio. En pleno siglo XXI la pediculosis —infestación por huevos o larvas de piojos— sigue viviéndose como un estigma asociado erróneamente al hacinamiento y la falta de higiene, e incluso como una infestación que avergüenza y de la que, por eso mismo, no se alerta, favoreciendo así su expansión, no solo en los colegios sino en el resto del núcleo familiar.
En las tripas de Madrid, bien bajo tierra, algo se mueve. Los 294 kilómetros y 302 estaciones de la red de Metro viven un momento de transformación para maximizar sus ingresos. Tras explotar durante años su red de túneles para obtener ingresos millonarios, alquilando a compañías de telecomunicaciones su red de fibra óptica, la empresa pública se aventura ahora a utilizar la infraestructura para que los transportistas distribuyan paquetes de última milla. Un Amazon bajo tierra. A toda velocidad. Desatascando la capital. Y dejando, se espera que confirmen los estudios en marcha, una jugosa factura que ayude a financiar el mantenimiento de la red, que requiere desde maquinistas y trenes hasta cazadores de rayos. Porque sí, el Metro busca ahora una empresa que localice impactos eléctricos y ayude a medir cómo afectan a una veintena de instalaciones clave para esta infraestructura crítica.
El cierre de los 10.000 pisos turísticos que hay en Barcelona, previsto para 2028 al amparo de un decreto de la Generalitat, provocará una caída del precio de la vivienda (de alquiler y de compra), la pérdida de hasta 16.000 empleos y una reducción prácticamente imperceptible del PIB de la ciudad. Son las conclusiones de un estudio encargado por el Ayuntamiento al Instituto de Economía de Barcelona (adscrito a la Universidad de Barcelona), que el consistorio ha publicado este viernes. El gobierno de Jaume Collboni también ha anunciado un plan de su agencia Barcelona Activa para acompañar a partir de 2027 “la transición profesional de las personas ocupadas en el sector de las VUT, las viviendas de uso turístico”. El informe precisa que las cifras podrían variar si parte de la actividad que actualmente tienen los pisos turísticos se redirige a otras formas de alojamiento tradicional, como los hoteles, o se traslada a otras zonas del entorno de Barcelona.
“El objetivo es ayudar a los taxistas a aumentar ingresos y reducir costes, contribuyendo así a su recuperación económica”. Este era uno de los mensajes que lanzaba Uber, a los taxistas de Barcelona en 2021 cuando, tras la pandemia, decidió que su plataforma de contratación de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC) también podría expandirse al taxi en la capital catalana. Han pasado cuatro años desde entonces y, el jueves, la mayoría de formaciones del Parlament de Cataluña presentaron el anteproyecto de la futura ley del taxi que supondrá la reducción drástica de las VTC que realizan trayectos urbanos. Estas VTC son las que utilizan plataformas como Uber, Bolt y Cabify.
Al acabar la sección oficial, en concreto los títulos a concurso por la Concha de oro, un cinéfilo sin parámetros y sin referencias pensaría que el cine español y el latinoamericano no tienen rival en la cinematografía mundial. Porque el repaso de los 17 títulos que hoy pueden obtener el máximo galardón de la 73ª edición del Zinemaldia apoya esa sensación. Esos filmes son los que han sostenido una extraña competición, que ha tenido dos niveles. La otra conclusión, espejismo obviamente provocado por las proyecciones del festival, es que Netflix y Movistar+ dominan el cotarro del cine.
María José Carrasco tiene 80 años y reconoce no estar muy segura de si fue en un bollo de pan donde su madre escondió una cámara de fotos para su padre, Dámaso Carrasco, preso en el campo de concentración franquista de San Simón, una bellísima isla al final de la ría de Vigo, en Galicia. Fuera como fuera esa entrega, con esa máquina Dámaso Carrasco consiguió, clandestinamente por supuesto, las únicas fotos del interior del campo de prisioneros, documentos inéditos que aparecen al final de la película de ficción, San Simón, que, dirigida por Miguel Ángel Delgado, y protagonizada, entre otros, por Flako Estévez, se ha estrenado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en la sección Made in Spain.
Con el mes de septiembre llega la caída de la hoja, el final de las vacaciones, normalmente, y la vuelta al trabajo o a las clases. Sin embargo, es también cuando florecen las exposiciones culturales y de arte por el comienzo de la temporada en el sector. De una habitualmente abrumadora propuesta hemos realizado una selección de 10: colectivas e individuales, de denuncia o de puro deleite estético, que documentan la realidad o la cuentan desde la particular visión de su autor.
Experimental Jet Set, Trash and No Star (1994) es uno de los 15 discos que grabó Sonic Youth. Y eso fueron ellos: una especie de realeza sin ínfulas de estrellas —al menos, no al principio—, una banda muy influyente en lo que se conoció con el brumoso nombre de “rock alternativo”. Unos los adoraron, otros no.
Sonic LifeThurston Moore Traducción de Iñigo García Contra, 2025. 592 páginas. 28,90 euros