ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
“Ahora debemos redefinir al ser humano”. Son palabras de Louis Leakey, el antropólogo que facilitó las investigaciones de Jane Goodall. Fue su reacción al conocer los revolucionarios descubrimientos de Goodall sobre el comportamiento de los chimpancés en la manipulación de objetos y en la interacción social. Aportaciones que, a priori, solo significaban aumentar el conocimiento de la conducta de estos animales. En realidad, suponían avanzar en el esclarecimiento de en qué consiste ser humano. Suponían debilitar las tan contundentes como artificiosas barreras que los seres humanos insistíamos (e insistimos) en interponer entre nuestra incuestionable especie y el resto de seres vivos que habitan el planeta. Suponían avanzar en la comprensión de los mecanismos básicos de aprendizaje y conducta que la especie humana comparte con otras. Que sus conocimientos y su sensibilidad perduren.
Artista prodigio del rap y el hip hop, la poesía de Kae Tempest (Londres, 39 años) —en obras como Que se coman el caos o Divisible entre sí mismo (Arrebato)— le catapultó como new generation poet. Su novela Cuando la vida te da un martillo fue un éxito de ventas y en el ensayo Conexión (ambos volúmenes editados por Sexto Piso) expone su ideario. A punto de iniciar la gira europea de su quinto disco, Self Titled, la entrevista es en la sede de la discográfica en un Londres que no parece Londres: una plaza nueva, con cafés y jardines, casi opuesta al Londres de extrarradio que habita los escritos de Kae. Llega con su perro —“es mi alma”—, que se pone a dormir. Y avisa: “Soy ciego de un ojo. Con ese veo el mundo”.
Andalucía, la comunidad más poblada del país, tiene ante sí un reto que no es menor: quiere mantener su actual ritmo de crecimiento demográfico y, al mismo tiempo, corregir el grave desequilibrio territorial que padece. Actualmente, más del 50% de los andaluces vive en una treintena de ciudades (principalmente en zonas superpobladas como la Costa del Sol o el Valle del Guadalquivir), mientras que el 80% del territorio andaluz es rural y se está vaciando de forma lenta pero constante.
Carla Villanueva asegura que, en Bachillerato, era “la rara de las mates y física” y soñaba con estudiar Ciencia de Datos en la Universidad Politécnica de Valencia. Está por cumplir 18 años y además, su meta. Como Villanueva, miles de estudiantes han arrancado este curso sus carreras universitarias y, también como ella, algunos son la primera persona de su familia en ir a la universidad. “Desde pequeñas mi madre nos ha dicho: ‘Estudiad, que la vida va muy rápido’”, rememora. Entre los que se abren paso este nuevo ciclo están los 12 beneficiarios de las becas Jesús Serra de la Fundación Occident, que han sido elegidos de entre 100 candidatos de toda España por su trayectoria académica y por ser la primera generación de su familia en ir a la universidad, o las primeras mujeres en cursar una carrera de Ciencia, Tecnología, Ingeniería o Matemáticas.
Se acaban de cumplir 10 años de la publicación de El cerebro del niño explicado a los padres (Plataforma editorial, 2015), el libro del neuropsicólogo Álvaro Bilbao (Bilbao, 49 años) que, con más de 400.000 ejemplares vendidos y 24 traducciones, se ha consolidado como uno de los grandes referentes en parenting y cuyo aniversario se celebra con la publicación de una edición especial y limitada: incluye nuevo prólogo del autor, anexos y curiosidades. Al escribirlo, Bilbao contaba ya con una sólida trayectoria: 15 años de experiencia profesional, formación en instituciones como el hospital Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos) y cinco años como padre. Sin embargo, hubo un detonante que le impulsó a dar el paso definitivo a ponerse a escribir: una familia en consulta que rechazaba la necesidad de poner límites a su hijo porque, según defendían, eso restringiría su desarrollo y le restaría libertad en el futuro. Fue entonces cuando pensó que hacía falta una guía que ayudase a los progenitores a entender cómo funciona el cerebro infantil y cómo acompañar a sus pequeños con cariño, pero también con firmeza.
La enseñanza ha sido uno de esos comportamientos que durante mucho tiempo se ha considerado exclusivamente humano, como la fabricación de herramientas, desmentida por Jane Goodall. Hay dos motivos principales. El primero es que la etología es una disciplina muy joven. Aunque el ser humano siempre ha observado el comportamiento animal y hay registros de su estudio desde Aristóteles, la ciencia moderna lleva tomándose en serio este campo menos de un siglo. Por eso, a comienzos de los 2000, a penas se habían documentado comportamientos animales que nos recordasen a la enseñanza.
Entre los varios sobrenombres que tiene Barcelona, hay uno que da cuenta del carácter reivindicativo de la ciudad que aparece periódicamente con fuerza: Barcelona rosa de foc, el mote que recibió la ciudad durante la Semana Trágica de 1909. Un siglo después, la capital catalana ha dado muestras de su capacidad para combinar el progreso económico y su imagen de destino turístico con estallidos de ira social que pueden paralizar partes de la ciudad y situar a Barcelona como el epicentro europeo de protestas y agitación. En 2003 la ciudad acogió una de las mayores protestas contra la guerra de Irak; en 2008 fue el turno de las manifestaciones universitarias contra el plan Bolonia; y le siguieron las huelgas generales de 2012 y las protestas contra los recortes o contra el desalojo del edificio okupado Can Vies, por citar algunas. Este espíritu reivindicativo cristalizó sobre todo en las protestas vinculadas al proceso independentista, con graves disturbios en las de 2019. Desde entonces, y con la normalización de la situación política en Cataluña, el espíritu reivindicativo había quedado un tanto aletargado. Pero la indignación por la guerra en Gaza ha vuelto a encender la chispa. Este viernes, miles de personas volvieron a salir a la calle para protestar contra el genocidio después de que el jueves ya estallase la indignación en la calle por la interceptación de la flotilla Global Summud.
Col·lapse es un programa muy rodado, cuya máxima novedad en esta temporada es el presentador y media hora más de duración. Eso último permite a Jordi González, el nuevo, rellenarla con algo que sea distinto a lo que ya ofrecía el programa desde que lo lanzó Ricard Ustrell, que retiene la producción del mismo desde La Manchester, la suya. Una productora que tiene, por ejemplo, una división de eventos dedicada a crear “experiencias positivas” desde la “excelencia discursiva y estética propia”, explican en la web.
L’arribada de Narcís Puig a la direcció artística del Temporada Alta, el festival d’arts escèniques de Girona i Salt, considerat el més important de Catalunya juntament amb el Grec de Barcelona, sembla el salt del tramoista a l’escenari. En un món com el del teatre, en què abunda la gent que es menja el món i festeja amb els focus, una personalitat i una trajectòria com les de Puig (l’Armentera, 59 anys) són prou excepcionals. El nou director del Temporada Alta, discret, tenaç i constant, prové de les files més humils i sofertes del món del teatre (també, es podria dir, de les més valuoses): les del públic. La seva connexió amb l’escena era aquesta: anar molt al teatre i haver-ho vist gairebé tot. De les butaques el va treure fa 20 anys, el 2005, Àlex Rigola, per incorporar-lo amb molt bon criteri al seu equip de direcció ―passant prèviament per l’associació d’espectador del teatre― en la seva etapa al capdavant del Lliure. Després, el 2011, el va fitxar Salvador Sunyer ―al qual és obvi que tampoc li falla l’ull clínic―, que el va convertir en el seu segon al Temporada Alta. I ara que Sunyer, que ha estat al capdavant del festival en les 33 edicions, ha decidit jubilar-se, Puig ha passat a ocupar-ne la direcció.
En 2018, durante una noche de monitoreo de nidos de tortuga en una playa ghanesa, Richmond Kennedy Quarcoo (Hohoe, Ghana, 34 años) y sus amigos vieron seis tortugas, cinco de ellas muertas, algunas estranguladas con plásticos alrededor del cuello. “Observamos que la playa estaba muy contaminada”, recuerda este activista medioambiental, y “pensamos que era necesario acercar este problema a las comunidades y mantener limpios los lugares donde anidan estos animales”. Así nació Plastic Punch, una ONG de Ghana que también trabaja en Nigeria para concienciar a población e instituciones sobre la contaminación por plásticos.
―¿Perdonen, son ustedes miembros de la banda de Leiva?
La historia nos enseña que la parodia es un arma poderosa contra las dictaduras. Mussolini, Stalin, Franco o el mismísimo Hitler son personajes que encarnan el horror del siglo XX, pero que también fueron iconos risibles gracias, por ejemplo, al paradigma que supuso El gran dictador de Charles Chaplin. En El nombre de la rosa, Umberto Eco hace decir al monje Jorge de Burgos que el segundo libro de la Poética de Aristóteles, dedicado a la Comedia, “podría enseñar que liberarse del miedo al diablo es un acto de sabiduría”, y que “la risa sería el nuevo arte capaz de aniquilar el miedo”. Hay estudios antropológicos, por otra parte, que registran cómo, a principios de nuestro siglo, cuando se recrudecían los combates entre las FARC y el ejército, en algunas tribus indígenas de la Amazonía colombiana se recibía a los militares con burlas y poses histriónicas, desactivando toda la solemnidad de lo que, por otra parte, no dejaba de ser una cuestión muy seria, introduciendo una suerte de desobediencia civil a través de la risa que convertía el humor en un arma política defensiva. Ejemplos así habrá cientos, pero bastan estos para ilustrar algo que escribe Andrés Barba en su libro La risa caníbal: “Solo algo verdaderamente importante puede convertirse en el objeto de una narración paródica”.
A finales de los años setenta, el motor de la industria cinematográfica española fueron las películas calificadas S. No solo en cantidad de producción, sino en taquilla. Un ejemplo: aunque Volver a empezar, de José Luis Garci, ganara el Oscar, en aquel 1982 la taquilla del cine español la lideró Sueca bisexual necesita semental, de Richard Reguant. La S, reservada a títulos que “pudieran herir la sensibilidad del espectador” —la S era por lo de sensibilidad, no por el sexo como pudiera pensarse—, era un imán para atraer espectadores. Hasta que llegó 1983, cuando Pilar Miró, directora general de Cinematografía, lideró una Ley del Cine que acabó con aquella ola. Y el cine español le dio la espalda a su legado, despreciando un fenómeno que había surgido como una explosión de libertad.
Premio Nacional de Poesía de 2023, Yolanda Castaño (Santiago de Compostela, 1977) presenta Economía y poesía: rimas internas (Páginas de Espuma), un poemario traducido del gallego al castellano por Ana Varela donde aborda el tema de la precariedad impuesta sobre el oficio de la escritura.
La literatura es la herramienta más eficaz para entender la mente. Poetas, novelistas y mitógrafos son los que mejor han entendido las inclinaciones que desencadenan el deseo, la idea fija, las ambiciones y obsesiones que acechan la psique. La mente no está hecha de neuronas, está hecha de sueños, imaginación y poesía (a veces oscura). Esta premisa narrativa hizo que la psiquiatría dinámica de finales del XIX se centrara en las historias clínicas para entender los entresijos de la demencia. Un tiempo en que los médicos escuchaban a sus pacientes y no se limitaban a recetar fármacos. El relato como agente de sanación. El laboratorio no puede entender la psique, mientras que Cicerón o Kafka sí pueden hacerlo. “Quien quiera conocer el alma humana llegará desgraciadamente a saber muy poco de ella por boca de la psicología experimental”, escribe Jung. Y recomienda renunciar a la ciencia exacta, a la bata del laboratorio, y, al modo de un Dostoievski, vagabundear por el mundo observando pasiones, delirios y extravagancias de la humana fantasía, “por los terrores de las prisiones, los manicomios y los hospitales, por las turbias tabernas arrabaleras, los burdeles y casas de juego, por los salones elegantes, las bolsas, los mítines socialistas, las iglesias y las sectas fanáticas, viviendo en carne propia amores, odios y todas las formas de la pasión.”
Robert Rauschenberg trabajó durante una época —una larga época: la entera segunda mitad del siglo XX— en la que las imágenes tecnológicas no habían llegado todavía a suscitar el hartazgo o, según a quiénes, la obediente credulidad. En cuanto a las artísticas, la estela de la experiencia estética moderna —física, sensorial, independiente de los contenidos y atravesada por la suspicacia— todavía podía percibirse, como la cola de un cometa. La Fundación Robert Rauschenberg ha promovido un plan de conmemoraciones del centenario por todo el mundo, de Milán a Honolulu. Pero eso no es ninguna ventaja a la hora de plantear una exposición de verdad nueva. Quizá las programadas en Múnich y Leipzig acerca de sus círculos personales (su mujer, Susan Weil, maestros y amigos del Black Mountain College como John Cage, Jasper Johns, Cy Twombly…) añadan algo. El Guggenheim de Nueva York celebró su gran retrospectiva en 1998, y se ha contentado, por decirlo así, con mostrar una docena de obras propias, entre ellas la litografía de casi diez metros que posee el museo de Bilbao. El City Museum se ha centrado también en las fotografías.
Según la última encuesta del CIS las principales preocupaciones de los españoles son la vivienda y la inmigración. Sin embargo, según la Feria esotérica de Madrid que comenzó esta semana, los problemas que más preocupan a los españoles son los de toda la vida: amor y salud. Y en tercer lugar, ahí si coincide con el CIS, el trabajo. El dato lo da la da una mujer en una mesa camilla que no deja de recibir a visitantes que pagan entre 5 y 15 euros por algunas pistas sobre su futuro.
En la Italia de la ultraderechista Giorgia Meloni, impulsora del primer centro de deportación de inmigrantes de Europa, también hay iniciativas y espacios que desafían la creencia gubernamental de que el mejor inmigrante es el que no está. En Coloriage, una escuela de moda gratuita y boutique ubicada en el barrio de Trastevere, en el corazón de Roma, Valeria Kone demuestra desde 2019 que acoger a refugiados e inmigrantes con experiencia en la sastrería puede ser no solo un incentivo para la integración, sino también una forma de crear empleo y de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la multiculturalidad. Además, Coloriage es la prueba de que es posible hacer moda sostenible, que no dañe al medio ambiente, a la vez que se respeta a los trabajadores —con sueldos dignos— y a los consumidores, con precios asequibles a todos los bolsillos.
La calle Asunción, en el barrio residencial de Los Remedios, no es un enclave especialmente pintoresco de los que se reproducen en las postales que Sevilla exporta al mundo. Sin embargo, en torno al balcón del número 21 de esta arteria comercial al otro lado del Guadalquivir se arremolinó el pasado miércoles a la caída de la tarde una variadísima representación de lo que es hoy esta ciudad —jóvenes de estética inclasificable, mucha población mayor y un aluvión de turistas— para escuchar arias y dúos de algunas de las óperas más reconocibles del repertorio clásico que desarrollan su acción en Sevilla: Deh vieni alla finestra, de Don Giovanni; el aria Una voce poco fa, de El barbero de Sevilla; o la celebérrima Habanera de Carmen, de Bizet, sonaron en las excelentes voces de una nueva generación de artistas líricos sevillanos junto a la voz internacional de la soprano Yue He. Confirman que no solo de flamenco vive la capital andaluza.