ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Svetlana Alexiévich, la escritora bielorrusa en lengua rusa premiada con el Nobel de Literatura en 2015, vive en el mismo piso berlinés, de altos techos y amplios salones, donde la visitó EL PAÍS hace cuatro años. La autora de Voces de Chernóbil, Muchachos de zinc y El fin del ‘Homo Sovieticus’ sigue escribiendo a mano. Sobre una mesa alargada están los fragmentos del manuscrito de su nuevo libro, que ya no es el que perfilaba en 2021, pues los acontecimientos interfirieron en la obra de esta autora exiliada en Alemania: en febrero de 2022, Vladímir Putin, enfermo de nostalgia imperial, inició una guerra a gran escala en Ucrania, y menos de dos años después, el norteamericano Donald Trump acabó con la ilusión de una solidaridad global.
Aunque transmite la sensación de ser un torbellino, el Gobierno de Estados Unidos dejó de funcionar con normalidad hace ya 38 días. La financiación del Ejecutivo depende de la renovación recurrente en el Congreso de una ley de gasto. La anterior expiró el pasado 1 de octubre por la negativa de los demócratas a prestar sus votos para una cuestión que en condiciones normales sería un mero trámite. El llamado cierre de la Administración es ya el más largo de la historia por el servilismo de los legisladores republicanos hacia Donald Trump y su negativa absoluta a negociar con los demócratas, animados en su estrategia por los buenos resultados en las elecciones de esta semana.
Ahora me pregunto en qué estaba pensando yo entre principios de este siglo y aproximadamente 2008, entre la caída de las Torres Gemelas y el estallido de la gran crisis cuyos culpables nunca pagaron las consecuencias de la irresponsabilidad y la monstruosa codicia que desataron el desastre. A una abuela de 90 años la pueden desahuciar de la noche a la mañana por no pagar un recibo de alquiler, pero los banqueros, los piratas de las altas finanzas y los políticos que les facilitaron sus estafas no han perdido, que se sepa, ni un céntimo de sus beneficios, y aunque han arruinado tantas vidas ninguno de ellos se ha llevado ni el más ligero disgusto legal. Al Estado lo acusan de todos los males de la burocracia y de las regulaciones impertinentes, que al parecer entorpecen el dinamismo del mercado, pero, cuando ese dinamismo conduce aceleradamente al desastre, es el estado el que ha de sostenerlo todo, y cubrir con toneladas de dinero público los desfalcos cometidos por los intocables poderosos.
“En el espejo, entre las lágrimas, solo podía ver mi cara emborroná por dos grandes surcos negros. No podía parar de llorar. Un gran dolor me oprimía el pecho. Quería hacer desaparecer a Pastora Soler. Borrar de un plumazo a la artista que me había costado 20 años construir. Volver a ser Pili Sánchez, la niña chica feliz que soñaba con ser cantante en su casa”. Así comienza Cuando se apagan las luces, aparecen las estrellas (HarperCollins), la biografía de la artista que se publicaron el 5 de noviembre, que presentará ante la prensa el 11 y en la que reflexiona sobre la autoexigencia, los miedos y la necesidad de renacer.
Cuidarse solía ser cosa de chicas. La preocupación por el físico y la mente evocaba imágenes de madres haciendo aerobic con Eva Nasarre, de influencers como Paula Ordovás bebiendo batidos de kale y chia o hablando de salud mental. La dieta era algo que hacían ellas. Los hombres eran más propensos a hablar de lo mucho que bebían que de lo poco que comían. Los datos hablan por sí solos. Según el Colegio de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana, el 87% de sus usuarias son mujeres. Un estudio de la plataforma Therapyside señala que ellas suponen el 69% de los pacientes de terapia. No es que ellos no necesiten cuidarse: los hombres tienen menos esperanza de vida, beben más, comen peor y sus problemas de salud mental terminan con más frecuencia en suicidio. El bienestar era cosa de mujeres por una simple cuestión de marketing. La industria desarrolló un lenguaje y una estética pensando en ellas. Hasta que la cosa empezó a cambiar.
El día que se publicó por primera vez que el fiscal Ignacio Stampa y la exmilitante y exconcejal del PSOE Leire Díez se habían reunido, esta le mandó un último mensaje para intentar hablar con él, sin éxito. Stampa nunca contestó y lo que hizo fue enviar un correo a su jefa, la fiscal provincial de Madrid, para que supiera que Díez, ahora investigada por un delito de cohecho y otro de tráfico de influencias, había tratado de contactar con él nuevamente ese 11 de agosto.
Las universidades de medio mundo se han encontrado de repente con una ventana de oportunidad inesperada para llenar sus aulas de estudiantes extranjeros, una fuente de riqueza cultural y formativa y sin duda de ingresos para muchos sectores. ¿Qué ha pasado? Las principales potencias en acogida de alumnos han dicho basta, no quieren tantos inmigrantes. La llegada de Donald Trump ha complicado los visados en Estados Unidos. En el vecino Canadá y en Australia, que podían beneficiarse, sus gobiernos aumentan las barreras, para disgusto de sus campus. EL PAÍS reconstruye cómo está cambiando el puzle en conversación con cinco altos cargos académicos que coincidieron en el encuentro Reinventing Higher Education, organizado en Londres por IE University y el Imperial College, y al que este diario acudió invitado.
Un agricultor ha destruido los restos de un castillo protegido del siglo XII en Salamanca. La memoria patrimonial de aquellos siglos de pugnas entre reinos e invasores ha desaparecido pese a tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1949. El implicado alega que él compró la parcela y que en las escrituras no constaba que allí hubiera ninguna edificación antigua, aunque salte a la vista y la silueta del castillo de la Torre Mocha adorne la bandera de Pelabravo, ayuntamiento de esa pequeña pedanía, Naharros del Río, muy cerca del Tormes. Por eso tiró de maquinaria y destruyó este legado para escándalo de las asociaciones patrimoniales, disgusto consistorial y vecinal y que la Junta de Castilla y León vaya a llevarlo a la Fiscalía. La Junta no lo tenía ni registrado en su listado de BIC. La presidenta de la Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio en Salamanca, Isabel Muñoz, se resigna ante la existencia de casos similares, lamenta la inacción institucional y denuncia el modelo de cuidados patrimoniales: “No se puede dejar el patrimonio en manos de la ciudadanía a la hora de cumplir la ley”.
Omar necesitó dos intentos para salir de Gambia. En el primero, con un pasaje que le pagó su hermano, se perdió en el mar y tras una jornada a la deriva la barca retornó a la costa. En el segundo logró arribar a las Canarias después de un trayecto de siete días cuyas fechas no recuerda con exactitud, solo que salieron un domingo y llegaron un domingo, en el otoño de 2022. El chico tenía entonces 15 años y así lo acreditaba su pasaporte, donde figura su nombre real, distinto al de este reportaje. La minoría de edad garantiza la acogida en un centro bajo la tutela de la comunidad autónoma, pero Omar chocó contra las pruebas físicas que le consideraron mayor de 18 y una instrucción de la policía que alertaba contra la posible falsificación de los pasaportes gambianos. En contra de la jurisprudencia repetida del Tribunal Supremo, el muchacho fue expulsado del centro y un proceso judicial acompañado por Save the Children ha concluido con una sentencia a favor, cuando ya tiene 18 años y una trayectoria de albergues. Omar era menor porque así lo decía su pasaporte.
La historia vuelve a repetirse en Jaén siempre que asoma la campaña de recolección de la aceituna. Decenas de personas, en su mayoría migrantes, duermen cada noche en la calle, a la intemperie, por la insuficiencia de alojamientos públicos donde pernoctar mientras aguardan un empleo en alguno de los cientos de tajos dispersos por la geografía olivarera. La única respuesta que se han encontrado al llegar a esta tierra ha sido la atención recibida por organizaciones sociales y asistenciales.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha multado con 2.000 euros a un individuo por elaborar y distribuir imágenes de cuerpos desnudos manipulando fotografías de niñas menores de edad de la localidad de Almendralejo (Badajoz). El caso, que EL PAÍS sacó a la luz en 2023, llamó la atención de la sociedad sobre el problema de los deepfakes, el uso de herramientas informáticas (muchas de las cuales utilizan la inteligencia artificial generativa) para crear y difundir imágenes falsas de personas y acontecimientos.
El Gobierno italiano, encabezado por Giorgia Meloni, ha diseñado su proyecto de presupuesto, que ahora se tramita en el Parlamento. Cuatro instituciones independientes, que afortunadamente siguen siéndolo —el Banco de Italia, el Instituto de Estadística, el Tribunal de Cuentas y la Oficina Parlamentaria de Presupuestos— han coincidido en señalar a los parlamentarios que el presupuesto, y en concreto su reforma del IRPF, favorece a las clases más altas.
Hay que ver lo fea que se pone una tocando el aulós. Yo coincido con Atenea en eso. No favorece nada. Como instrumento de viento, ese antiguo oboe doble de pasado griego obliga a almacenar demasiado aire y a quien lo toca se le inflan los carrillos. Atenea lo inventó, y al probarlo, vio reflejada su cara en el agua, no se gustó y lo arrojó al suelo con desprecio.
Era invierno de 2021 y ese domingo nos había tocado ir al Monasterio de la Encarnación. Cuando empezamos a vivir en Ávila, mi pareja y yo comenzamos también a ir a misa, cada fin de semana a una Iglesia distinta. Acababa de terminar otra liturgia en la que le había obligado a sentarnos lo más atrás posible, no me había levantado ni una vez del banco y tampoco había probado a recitar ni una sola de las oraciones.
Noticia para todos los que quieren devolver a la mujer a donde siempre estuvo: pronto no os quedará ni el sueño de las reinas de belleza dóciles ante los deseos y las órdenes del hombre. El caso Rubiales será una broma comparado con lo que os puede caer. Veamos.
En los eventos masivos —recitales, marchas, manifestaciones, actos políticos— es fácil dejarse llevar por la euforia. Aun así, creo que nunca grité consignas con las que no estuviera de acuerdo. Durante la adolescencia, que atravesé en la Argentina en plena dictadura, podía desgañitarme con aquello de “El que no salta es un militar”, pero no me unía al cantito de “El que no salta es un inglés”. Había enemistad por la guerra de Malvinas, pero me parecía un despropósito repudiar a todos los habitantes de un país. Por estos días, en la Argentina se habla mucho acerca de si fue la fuerza del antiperonismo la que le otorgó el triunfo al partido oficialista, La libertad avanza, en las elecciones legislativas del 26 de octubre. El peronismo no parece muy dispuesto —más bien, nada dispuesto— a revisar qué rol le cabe en la historia reciente del país, como si hasta ayer nomás hubiéramos sido gobernados por extraterrestres. El día de 2023 en que se llevó a cabo el ballotage por las elecciones presidenciales, fui hasta el búnker de Unidos por la Patria —por entonces, el nombre del partido peronista cuyo candidato era Sergio Massa—, que está a cuatro cuadras de donde vivo. Había pasado una hora desde el cierre de las urnas y el clima era de fiesta. Una delegación de UOCRA, el sindicato de obreros de la construcción, aporreaba bombos con el entusiasmo de los ganadores y miles de personas cantaban: “No me importa lo que digan / lo que digan los demás. / Yo te sigo a todas partes, / cada día te quiero más”. Poco después se supo que había ganado Javier Milei con el 56% de los votos, 11 puntos por encima de Massa. Pensé entonces, y lo pienso ahora, que en ese “no me importa lo que digan los demás” reside parte del problema: lo que no se quiso ver, lo que no se quiere ver, lo que posiblemente no se verá nunca. Es el peligro de repetir el canto: se vuelve parte de uno, se torna carne, ceguera y convicción.
Las víctimas de la guerra sucia del Estado contra ETA son las más olvidadas en comparación con las víctimas del terrorismo etarra e incluso las del franquismo. Más olvidadas aún son las víctimas francesas ajenas a ETA que fueron asesinadas en suelo francés entre 1983 y 1987 por los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) ―un tercio de sus 27 crímenes―, a quienes las instituciones galas siguen ignorando. De modo que instituciones españolas de víctimas, como la Fundación Fernando Buesa, el Memorial de Víctimas del Terrorismo y Covite, principal asociación vasca de víctimas, han empezado a visibilizarlas con la pretensión de que Francia dignifique su memoria. La reciente exposición en San Sebastián de Gogora, Memorial del Gobierno vasco, centrada en la principal matanza de los GAL, en 1985, en el Hotel Monbar de Bayona ―cuatro etarras de segundo nivel huidos a Francia― ha contribuido a poner el foco en sus 27 asesinatos.
Los números naturales son aquellos que usamos para contar: 1, 2, 3, 4… Y un número primo es un número natural mayor que 1 que tiene únicamente dos divisores positivos, él mismo y el 1. Así que el 2 es un número primo porque solo puede dividirse por 2 y por 1 con un resultado exacto. También el 3 lo es por la misma razón. Pero el 4 no lo es porque puede dividirse por 1, por 2 y por 4. Existen infinitos números primos, según demostró el matemático griego Euclides.
La colmena se convirtió en una obsesión para su autor, Camilo José Cela (1916-2002). Trabajó en esa obra, hoy canónica, sobre aquel Madrid miserable de posguerra seis años, “corrigiendo, puliendo y sobando, quitando aquí, poniendo allá y sufriendo siempre”, según explicó en el prólogo de 1965. Peleó en muchos frentes hasta que finalmente logró que llegara a la imprenta, e insistió con ahínco en que las autoridades franquistas permitieran su publicación y distribución en España. Lo logró primero en Argentina en 1951 y, finalmente, en una edición española en 1963, casi 20 años después de haber remitido una primera versión del libro a los censores. Ahora, el hallazgo azaroso, adelantado por Eldiario.es y confirmado por el Ministerio de Cultura esta semana, de una primera versión completa de 1946 revisada por la censura añade una nueva pieza al complejo puzle que rodea la historia de la obra.