ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Que el ascensor social estará escacharrado, pero el que lleva de la baja a la alta cultura funciona a pleno rendimiento; lo corroboró OT abriendo su novena gala con Potra salvaje, el himno camp que se popularizó el pasado año gracias a eventos deportivos. Anda que no era gracioso ver a los testosterónicos jugadores de la selección entonando eso de “Como una potra salvaje que en el oleaje no pierde el sentido, no quiero riendas ni herrajes y en los homenajes me pongo un vestido”. A ver quién se tomó en serio a Isabel Aaiún cuando empezó el fenómeno, y ahí está ahora llenando salas y compartiendo actuación grupal con los concursantes de Operación Triunfo.
Organizarse es muy importante. Actualmente, tenemos calendarios en el teléfono vinculados a nuestro correo electrónico y estamos acostumbrados a anotarlo todo ahí, pero todavía quedamos algunas personas que nos resignamos a sumarnos a las nuevas tecnologías y preferimos apuntar nuestras tareas pendientes sobre el papel.
Este lunes Masterchef Celebrity volvió a apagar sus fogones a altas horas de la madrugada para coronar a su décimo ganador famoso, y terminar otra edición de éxito del concurso culinario para La 1. Esta vez fue la presentadora Mariló Montero quien superó al exfutbolista Miguel Torres en una reñida terna final y ganó el trofeo del programa y los 75.000 euros de premio para su ONG (en este caso, la fundación española para el fomento de la investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica). Además, los dos últimos finalistas, que superaron al cantante Juanjo Bona y al colaborador Torito, durante la gala tendrán la opción de hacer un curso de cocina de un fin de semana en la Facultad de Ciencias Gastronómicas del Basque Culinary Center de San Sebastián con un acompañante.
Si eres de las que se pasa todo el rato moviéndose de un sitio para otro, sabrás que la clave para no llegar al final del día con los pies agotados depende en gran medida del calzado que utilizas. Cada vez son más las personas que valoran la comodidad y la eficiencia por encima de la estética en cualquier tipo de calzado, ya sea en sus zapatillas de running, sus zapatos de vestir o sus zapatillas Vans para el día a día. Aunque es cierto que, a quién no, en mayor o menor medida, le gusta, además de ir cómodo, que el calzado sea lo más estético y acorde a sus gustos posible. Debido a la facilidad con la que se adapta a la moda y a la reconocida calidad de sus productos, Skechers cada vez es una de las marcas más valoradas y reconocidas como sinónimo de calidad del mercado.
Las imperfecciones cutáneas abarcan desde el acné hasta las marcas, manchas y espinillas. Desde EL PAÍS Escaparate, hoy ponemos el foco en ese porcentaje de la población que presenta miliums.
Aunque algunos lectores piensen que todavía es algo pronto para decidir renovar la decoración navideña del hogar, nada más lejos de la realidad. Con Black Friday a la vuelta de la esquina y tan solo cinco semanas de celebrarse la Navidad, completar la lista de deseos está al alcance de cualquiera con los mejores descuentos y ofertas presentes en este tipo de accesorios en webs especializadas como Leroy Merlin. Si, además, los productos que hemos elegido en EL PAÍS Escaparate son tan singulares y distinguidos como los que nutren esta selección (y que no siempre se pueden adquirir en otras webs de comercio electrónico como Amazon o El Corte Inglés, por citar dos ejemplos), esta Navidad será todavía más especial si cabe.
El Ministerio de Trabajo propone crear la figura del “agente territorial de prevención”, una persona designada por sindicatos y patronales que vigilaría los riesgos laborales en los centros de trabajo con menos de diez trabajadores. En esas compañías minúsculas, denuncian las centrales, es donde más accidentes laborales se concentran. El departamento de Yolanda Díaz plantea este cambio a los agentes sociales en su propuesta para reformar la ley de prevención de riesgos laborales, una negociación en marcha desde hace 21 meses y que continuó este lunes con una nueva reunión, de la que el Ministerio de Trabajo salió con reproches contra la CEOE por “calentar la silla” y le planteó un ultimátum: pide a los representantes empresariales que den su posición antes de que acabe noviembre, a lo que la patronal contestó que ya han aportado ideas y denuncian haber sufrido “faltas de respeto” y “amenazas”. De enero a septiembre han muerto 547 personas en el trabajo, un 5% menos que el año pasado, pero con un importante incremento en algunos sectores como la construcción.
El 4 de febrero, apenas dos semanas después de la segunda toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump, el recién nombrado zar de la inteligencia artificial y las criptos de la Casa Blanca, David Sacks, explicó por qué la nueva Administración estaba apostando por las monedas estables o stablecoins. Según explicó, los tokens digitales emitidos de forma privada y respaldados por el dólar “tienen el potencial de garantizar el dominio del dólar a nivel internacional”, aumentar el uso del dólar de forma digital como moneda de reserva mundial y, en el proceso, crear una demanda potencial de billones de dólares en bonos del Tesoro de EE UU, lo que podría reducir los tipos de interés a largo plazo”. Sin embargo, la realidad puede ser muy diferente.
Antes, cuando esto era solo campo, aquí había dos encinas. Una vista asombrosa también, al mirar al norte, a la sierra de Guadarrama y su embalse de Pedrezuela; al sur, una serie de viviendas con pinta de segunda residencia a lo largo de una calle llamada Roble. Pero, sobre todo, había dos encinas. Cuando uno empieza a visualizar una construcción en un lugar concreto, cuando toca decidir con qué y de qué forma relacionarse con el entorno, empieza por estas cosas. Moisés Royo (Barcelona, 44 años) se fijó en ellas cuando empezó a imaginar este proyecto, el número 472, de Muka Arquitectura, la firma que fundó hace 18 años. Decidió dejarlas donde estaban y concebir la obra a su alrededor: lo que siguió es hoy su trabajo quizá más celebrado, la Casa Roble, que acaba de ser nominada al Premio Mies van der Rohe, una vivienda de hormigón a lo largo de tres alturas de ascendente intimidad, en la que el límite entre interior y exterior está difuminado, un triunfo del empleo de materiales e ideas contundentes sometidos a concesiones delicadas; un ejemplo de cómo la arquitectura puede ser, en fin, en sí misma lo que decore un paisaje.
La comunidad autónoma que demuestra el éxito de la sanidad pública española es la que formamos los tres millones de residentes en el extranjero: no he conocido jamás a un compatriota que, ante la disyuntiva de ser tratado de una dolencia (leve o grave) en España o en otro país (sea Brasil, Dinamarca, EE UU o Países Bajos), no prefiera el nuestro. Si pudieras elegir, vendrías siempre a España: por la calidad y calidez de los profesionales, por la agilidad y rapidez de la asistencia.
En la sala de espera de mi pediatra había un caballito de madera cuyo balanceo me consolaba cada vez que mi madre me anunciaba que no quedaba más remedio que acercarnos a la consulta de un señor que hablaba tan raro como escribía. Su dicción caótica (solo cuando me hice mayor, me enteré de que los adultos tampoco entendían nada de lo que explicaba) se correspondía milimétricamente con su proverbial mala caligrafía de galeno, con la que extendía recetas de jarabes que sabían a anís, justo antes de despedirte con un sugus de cereza. La verborrea de aquel hombre bondadoso y algo cómico aliviaba sobre todo a mi madre, una primeriza jovencísima que necesitaba que alguien sabio le asegurase, incluso a horas insospechadas, que de esa su nena no se iba a morir. A mí, en cambio, que fui una chavala doliente, constantemente consumida por unas fiebres valyrias que traían parejos unos dolores de oídos atroces (no he tenido hijos, de manera que eso es lo más cerca que he estado del suplicio un parto), lo único que de verdad me curaba era sentir las manos de ella, posadas sobre mis pabellones auditivos como orejeras de piel humana. Y, sin embargo, qué segura me sentía sobre aquella báscula con pesas, parecida a una romana, en la que se me quedaba el culo frío mientras él anotaba que yo progresaba adecuadamente. Se me curtió el sistema inmune, pegué el estirón, me salieron tetas, menstrué, cambié de médico porque así lo dicta la ley de la vida y ya nunca le volví a ver, pero mi hermana, que sí tuvo descendencia, también llevó a sus hijas a aquella consulta, donde a la mayor le detectó un problema en el riñón con solo mirarle el oído y a la pequeña le dijo que estaba sana como una manzana. En la sala de espera, el mismo caballito de madera seguía tranquilizando a los niños con su balanceo, tres generaciones después. Me lo confirmó la semana pasada, cuando nuestra progenitora nos mandó un wasap cortito: “Se murió el doctor Rojo. Me ha dado mucha pena”.
La ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, comunicó ayer a los representantes de las comunidades autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que a principios del próximo año, entre enero y febrero, presentará una propuesta para nuevo modelo de financiación autonómica. El anuncio es una buena noticia, porque de esta bolsa dependen los recursos para los servicios más cercanos al ciudadano, como la sanidad, la educación y los servicios sociales, que prestan las comunidades. No puede caer en saco roto como pasó con iniciativas anteriores: la reforma del sistema es imprescindible y urgente, y el momento económico es propicio para llevarla a cabo. El actual sistema entró en vigor en 2009 con el compromiso de revisarlo a los cinco años. Sin embargo, ningún gobierno desde entonces ha cumplido con la tarea.
Suena raro, pero en ocasiones conseguir un certificado de defunción, aunque sea uno con importantes lagunas, puede ser una alegría, una gran victoria a celebrar. Cualquiera que haya visto Aún Estoy Aquí, que le brindó a Brasil el primer Oscar de su historia, recuerda la escena. Eunice Paiva, viuda del diputado Rubens Paiva, al que la dictadura desapareció para siempre, posa orgullosa, con una sonrisa y el documento que acaba de recibir en el registro civil. Es 1996. Para entonces, la señora Paiva lleva 25 años de lucha para conocer el paradero de su esposo.
Aún estoy aquíMarcelo Rubens Paiva Shackleton Books, 2025 304 páginas, 22,90 eurosAntonella Broglia es un torrente de energía en acción. Con un carrerón en publicidad, donde llegó a ser directora o CEO de grandes empresas, un día abandonó todo para saltar al activismo: del clima, la comunicación, el emprendimiento o la innovación. Italiana nacida en Módena en 1959 y doctora en Derecho, hoy aplica lo que aprendió a las causas que abraza. Ha pedido un capuchino, pero pone tal pasión al hablar que ni lo prueba.
Jeremy Lewin tiene 28 años, pero argumenta como un chaval de 15 en un botellón. En su discurso, esta estrella en alza de la política exterior estadounidense combina las falsedades y el extractivismo propio de la doctrina Trump con un pasmoso desconocimiento de la historia y la geopolítica, lo que a menudo le lleva a colocarse en la posición de víctima: “Fuimos los pardillos del sistema global durante tanto tiempo”, dice. Su desprecio por los organismos internacionales y el sector público solo son comparables con su servilismo canino hacia el presidente y con la admiración que profesa por Elon Musk, en cuya unidad de demolición administrativa ―conocida como Departamento de Eficiencia Gubernamental, DOGE― se fogueó. Lo que aprendió en aquellos meses tendrá consecuencias durante décadas.
A veces la Comunidad de Madrid guarda un extraño silencio sobre las decisiones que toma en su sanidad. Por ejemplo, a partir de 2019 varios hospitales públicos gestionados por la empresa Quirónsalud comenzaron a citar a pacientes para hacerles resonancias en un nuevo turno de madrugada. Sus máquinas funcionan sin descanso, como las de una fábrica que nunca deja de producir. Pasada la medianoche del sábado en el Hospital de Villalba, en la sierra, los pacientes entraban a la sala de espera tras pasar por un pasillo y una recepción desiertos en los que solo se escuchaba un zumbido eléctrico. “Parecía que yo era la protagonista de una película de miedo”, decía Karen Angove, de 51 años, mientras esperaba su turno. “Pensé que abajo en el sótano había una morgue”.
“¿Por qué no me dejan morir como quiero morir?”. Esta es la pregunta que Dolores Barrero le reiteraba a su hijo Lucas durante los dos meses y medio que transcurrieron desde que solicitó la eutanasia hasta que falleció el pasado 18 de febrero. Es muy similar a la que escucharon Gonzalo, Maxi, Marite o Laura -en su caso, nombre supuesto- de sus padres o sus parejas. La ley de la eutanasia entró en vigor en junio de 2021, pero Andalucía fue de las últimas en ponerla en marcha, en enero del año siguiente. Desde entonces, se han recibido 300 solicitudes, de las que se han realizado 103 prestaciones, el 34,3% -en lo que va de año, de 91 solicitudes, se han realizado 22, el 24%-. En el caso de los cuidados paliativos, 18.000 personas los reciben al año en la comunidad.
El auge de la ultraderecha en España con su fuerte mensaje xenófobo tiene un reflejo acusado en algunas zonas rurales del interior, donde la presencia de los extranjeros es, sin embargo, escasa o prácticamente nula. ¿Quién va a limpiar en las casas si se les expulsa?, contestaba a Vox la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, con un interrogante interesado. Otros no se preguntan por la suciedad doméstica, sino por las posibilidades de empleo y desarrollo de una población que ya representa una quinta parte los residentes en España. Pero mientras los extranjeros sufren el repudio vecinal en algunos barrios de las grandes ciudades, mientras buscan trabajo desesperadamente, en la España rural crecen las ofertas laborales que nadie satisface: faltan electricistas, fontaneros, albañiles, carpinteros y desde luego personal que cuide a los ancianos de una Europa envejecida. ¿Por qué no hay migrantes en los pueblos más pequeños?