ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Lleva Cecilia Bartoli (Roma, 59 años) cuatro décadas rebuscando en los cajones del repertorio, de donde rescata partituras olvidadas o vuelve sobre obras conocidas para proponer una nueva forma de escucha. Su último proyecto, la ópera Orfeo y Eurídice, de Christoph Willibald Gluck, que la trae estos días de gira por España, se sitúa a medio camino entre el descubrimiento y la reivindicación. “Hay algo revolucionario en esta música que rompe los esquemas de la tradición y conmueve hasta las lágrimas”, se sincera la mezzo italiana, una de las grandes estrellas mundiales de la lírica actual. “Gluck no busca el adorno ni el artificio, sino la pureza expresiva”, dice. “Y esa es la razón por la que no ha perdido un ápice de modernidad”.
Resulta intuitivo creer que hijos de familias lectoras heredarán más pasión por los libros. Ni siquiera es solo cosa de corazonadas: está confirmado por un reciente estudio del Ministerio de Cultura. También cabe imaginar que una infancia llena de buenos álbumes, cómics y novelas ayude a criar una humanidad mejor. O, al menos, más abierta a entender al resto. Aquí, sin embargo, difícilmente puede haber cifras: se trata de basarse en la esperanza. La misma que empuja a confiar hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en que algunos libros contribuyan a un futuro donde esta jornada ya no haga falta.
'La Cenicienta que no quería comer perdices', de Nunila López Salamero y Myriam Cameros Sierra. Planeta. Desde 2 años El clásico es más que conocido. Pero aquí mucho cambia, y con humor. De ahí que, en el prólogo, la escritora y periodista Maruja Torres exprese su deseo de que "este cuento tramado con verdades pudieran leerlo todos los niños y niñas del mundo, en todos los días de su vida, para que no lo olvidaran jamás". 'La princesa más allá de las montañas', de Valeria Angela Pisi y Francesc Rovira. Nubeocho. A partir de 3 añosLa princesa no está en ningún apuro. Al revés, su único problema son todos esos caballeros que tocan a su puerta empeñados en salvarla. Venían listos para comer perdices, pero su alteza los manda a paseo uno tras otro. Tiene cosas más importantes que hacer, como jugar con su amiga dragona o construir una máquina voladora. También en euskera, catalán y gallego. 'Arturo y Clementina', de Adela Turin y Lella Bosnia. Kalandraka. A partir de 4 añosUn día de primavera las tortugas Arturo y Clementina se conocen al borde de un lago. Surge el hechizo, comienza el idilio. Por desgracia, sin embargo, no dura. Él la ridiculiza, oprime, anula. Ella se siente cada vez más atrapada, entre dependencia y falta de libertad. Concebido hace cuatro décadas, este libro resultó tan moderno que sigue de actualidad. También en catalán, gallego y euskera. 'Sirenas', de Jessica Love. Kókinos. A partir de 5 añosA Julián le encantan las sirenas. Le gustaría incluso ser una de ellas, de ahí que se disfrace. Hasta que le sorprende su abuela, pero la reacción de la anciana no es la que el niño teme, más bien al revés. Un álbum con muy pocas palabras, pero que dice mucho con sus dibujos. Y puede dar que hablar en casa, o en clase. '¡En familia!', de Alexandra Maxeiner y Anke Kuhl. Takatuka. A partir de 5 añosEl catálogo de la editorial Takatuka está lleno de humor inteligente. Aquí se pone al servicio de los distintos modelos de familia que existen hoy en día. Las hay de mil tipos, aunque siempre con al menos un punto en común: cada uno tiene la suya. 'Yo voy conmigo', de Raquel Díaz Reguera. Thule. Desde 6 añosLas coletas, fuera. Y luego las gafas, las pecas, hasta las palabras. La niña protagonista está dispuesta a cambiarlo todo con tal de gustarle al chico que no se fija en ella. Hasta que se da cuenta de que, de tanto quitar, está desapareciendo ella misma. 'Cuentos espaciales para niños del futuro', de Francesca Cavallo, ilustrado por Luis San Vicente. Destino. A partir de 6 añosLa coautora del superventas global 'Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes', que regaló valor y modelos a millones de pequeñas por el planeta, dedica ahora su fantasía a los chicos: 12 historias sin toxicidad ni fuerza, con muchísima imaginación. 'Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y Blanca', de Bruno Munari y Enrica Agostinelli. Anaya. A partir de 6 años No hay lobo que pueda con estas caperucitas, tan listas, atrevidas y llena de amigos que les ayudan cuando hace falta. Una antología de distintas reinterpretaciones del clásico, que se ha utilizado a menudo en colegios de Italia, como parte del método que Munari impulsó: quería que niños y niñas fueran los protagonistas activos del aprendizaje. 'Julia, la niña que tenía sombra de chico', de Christian Bruel, Anne Galland y Anne Bozelec. Entredos. A partir de 6 añosOtro clásico, de 1976, que ha logrado mantener su vigencia, tanto que la editorial Entredos lo recuperó tras varios años descatalogado en España. "¿No puedes hacer las cosas como todo el mundo?", le pregunta la madre a la joven protagonista. Pero ella es ella misma, es Julia. Y solo pide que no la regañen por eso. 'Sexo es una palabra divertida', de Cory Silverberg y Fiona Smyth. Bellaterra. A partir de 7 añosDe tabú a centro de la conversación. Un manual para estimular charlas hogareñas sobre un tema a menudo considerado espinoso, a partir de cuatro pilares: respeto, confianza, alegría y justicia.'Piel de hombre', de Hubert y Zanzim. Norma. A partir de 12 añosMúltiples premios han avalado este cómic donde una joven recibe, el día antes de su boda, una piel de hombre. Un regalo perfecto para ir a conocer al tipo con el que pretenden que pase su vida entera, sin que le haya visto siquiera. Bianca descubre visiones sesgadas, estereotipos y realidades que nunca hubiera imaginado. 'Chicas malas', de Assia Petricelli y Sergio Riccardi. Liana. Desde 12 añosElvira Coda Notari fue la primera directora de la historia del cine italiano, y una de las pioneras en todo el mundo. Sin embargo, ni sus herederos, hasta hace poco, habían visto sus filmes. Aquí, por fin, recibe junto con otras 14 genias del último siglo y medio el protagonismo que merece. 'How to Love', de Alex Ross. Planeta Cómic. Desde 14 añosSu autor lo define como "un libro intenso, raro y ridículo". Empezó como una parodia en formato de 'webcomic' de consejos sentimentales simples. Finalmente, se convirtió en una guía sobre cómo amar y, a la vez, cómo entablar una relación con uno mismo. 'Barba Azul', de Amélie Nothomb. Anagrama. Desde 16 añosNothomb siempre ha sido subversiva. Aquí revierte con horror y humor la célebre fábula de Charles Perrault, sobre un misterioso ogro, su habitación secreta y una joven valiente que le planta cara.[Esta pieza es una versión de uno de los envíos de la newsletter semanal de Televisión de EL PAÍS, que sale todos los jueves. Si quiere suscribirse, puede hacerlo a través de este enlace].
Bueno de día y malo de noche, firme en la Liga y asfixiado en la Champions, el Villarreal viajó ayer a Dortmund con la ventaja que proporcionan los caminos sin bifurcaciones. Con un punto conseguido en las cuatro primeras jornadas de la fase de liguilla, el equipo español tiene la certeza de que el último tren hacia los dieciseisavos de la Champions pasa por el viejo Westfalenstadion, probablemente el campo más caliente de Europa, escenario hoy (21:00 horas, Movistar) de un partido de consecuencias irrevocables. Una derrota supondría la eliminación aritmética del Villarreal. Un empate le brindaría esperanzas de alcanzar los 11 puntos, los que sirvieron de listón de criba el año pasado. Le quedarán para ello otras tres jornadas de liguilla, suponiendo que derrote al Ajax, al Copenhague y al Leverkusen, algo equivalente a un cambio radical de tendencia.
Un recién llegado, que vive en medio de una guerra y que juega sus partidos como local en el exilio, es el sorprendente líder de la Euroliga. El Hapoel de Tel Aviv manda en la clasificación con nueve victorias en 12 encuentros, una más que Olympiacos, Panathinaikos y Estrella Roja, a pesar de sus peculiares condiciones. El grupo que entrena el griego Dimitris Itoudis y que lidera en la pista el base serbio Vasilije Micic recibe este martes al Real Madrid (19.00, Movistar) en el Arena de Botevgard, en Bulgaria, la primera vez que ejerce como anfitrión en este pabellón después de jugar sus encuentros anteriores en casa en al Arena 8888 de Sofía, a 65 kilómetros. Es el éxodo al que se ve obligado desde octubre de 2023 por la masacre de Israel en Gaza hasta que a partir del 1 de diciembre tanto el Maccabi como ellos puedan volver a sus canchas de Tel Aviv.
En las semanas en las que las grandes marcas de moda presentan sus colecciones para las próximas temporadas ocurre un fenómeno curioso. Alrededor de los desfiles y presentaciones se puede palpar el pulso de la gente que trabaja en el mundillo: basta con observar a editoras, periodistas, compradoras y agentes para capturar la última tendencia, el gesto definitivo de estilo que las define como personas que entienden de moda. Este puede ser algo tan sencillo como una manera de llevar una prenda, un color o un patrón, y esta temporada hay un truco de estilismo que cumple los tres checks: un jersey rojo intenso atado a la cintura o cruzado sobre los hombros.
En actitud curiosa, un hombre y una mujer subidos a una motocicleta con dos niños pequeños frenan el vehículo al verse delante de la pared que copa los telediarios del país desde el día anterior. Cuando los niños terminan de contar los seis agujeros que los misiles israelíes dejaron en un bloque de apartamentos a la altura de las plantas cuatro y cinco, los mayores les sonríen a modo de aprobación y retoman el camino. En los suburbios de Beirut, donde se pueden recorrer kilómetros de extensión urbana sin encontrar calles intactas después de la ofensiva israelí del año pasado durante la guerra con el partido milicia libanés Hezbolá, la cicatriz que dejó el domingo el asesinato del jefe militar del grupo, Haytham Ali Tabatabai ―enterrado este lunes― se confunde con las demás.
Keir Starmer se dirigió el pasado 30 de septiembre a los miembros del Partido Laborista en el congreso de Liverpool para convocarlos a una lucha “por el alma del país”, frente al enemigo que representa la ultraderecha de Reform, que lidera Nigel Farage. Anunció entonces decisiones “con las que no siempre se sentirían cómodos los afiliados”, en referencia a la cuestión que hoy desgarra a la izquierda británica: el control de la inmigración irregular. Solamente aquel día, llegaron 531 personas más a las costas inglesas después de atravesar el canal de la Mancha.
El Gobierno central ha advertido a Canarias de que el Decreto-ley 4/2025, aprobado en julio y que regula los procedimientos de valoración y calificación del grado de discapacidad en el archipiélago, podría ser inconstitucional por invadir competencias estatales y entrar en conflicto con la normativa de extranjería. Ambas Administraciones han iniciado un diálogo a través de la Comisión Bilateral de Cooperación Estado-Canarias, según recoge este lunes el Boletín Oficial del Estado (BOE). Si no hay acuerdo, el desencuentro acabará previsiblemente en el Tribunal Constitucional.
En Una historia personal de la arquitectura europea (del templo griego a la Bauhaus), el arquitecto y profesor David Ferrer emprende un viaje admirable tomando como guía la sabia premisa del humanista, arquitecto y teórico del Renacimiento Leon Battista Alberti, autor de Sobre la construcción, impreso en 1485: “No escribimos solo para especialistas, sino para personas interesadas en temas nobles, y conviene intercalar de vez en cuando cosas amenas.”
Una historia personal de la arquitectura europeaDavid Ferrer Tusquets, 2025 400 páginas, 22 eurosLa escritora Cristina Rivera Garza (Matamoros, Tamaulipas, 61 años) tardó tres décadas en reconstruir la historia de su hermana pequeña. Libro a libro, cada novela, cada ensayo y cada poema la llevaron hasta allí: hasta Liliana, asesinada en 1990, a los 20 años, por su exnovio. El resultado fue El invencible verano de Liliana (Random House), un libro estremecedor que le valió el Pulitzer en 2024 y que se estrena este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, como un monólogo teatral en el Centro Cultural Conde Duque, en Madrid. La obra es interpretada por la actriz Cecilia Suárez, la adaptación del texto es obra de Amaranta Osorio y la dirección es de Juan Carlos Fisher.
El Gobierno aprobó hace un año por decreto una reforma exprés de Radiotelevisión Española para renovar su consejo de administración y su presidencia, que también reservaba otra vía rápida para que contara lo antes posible con un nuevo mandato-marco. La versión anterior de esta norma que regula los principios de servicio público de RTVE lleva prorrogada desde 2017, cuando caducó su vigencia, y la viabilidad de un nuevo mandato-marco abriría la puerta a la aprobación de un contrato-programa que resulta esencial para una financiación acorde con las necesidades actuales. La renovación parlamentaria de su órgano de gobierno y la presidencia de la corporación se llevaron a cabo en tiempo récord, pero quedó pendiente la elaboración de una nueva propuesta de mandato-marco. El consejo de administración la remitió el pasado mayo a las Cortes y a partir de este martes comienza una sinuosa tramitación que podría haberse acelerado en el Congreso.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida, como dice la canción, y la tele no es una excepción. O eso quieren creer los ejecutivos del sector. De ahí la abundancia de adaptaciones, secuelas, precuelas, remakes, reboots, spin-offs, etc. De, en definitiva, obras derivadas varias, por resumir y para evitar seguir dándole disgustos a Álex Grijelmo con tanto anglicismo. No olvidemos que, por impredecible, la tele es un negocio conservador en tanto en cuanto insiste en replicar fórmulas de probada solvencia para tratar de garantizarse un éxito que incluso por esas se le puede escurrir entre los dedos. Dame una franquicia y llámame tonto.
Esto es el réquiem por una casa difunta. Un lugar que estaba muerto y embalsamado al que, en pleno desconfinamiento, llegó una ilusionada pareja y le quitó las vendas, limpió sus heridas y le insufló una nueva vida. El artista Rafa Munárriz (Tudela, 35 años) y su chica, Estefanía Sánchez, llegaron a una oficina en estado de ruina, aparentemente inhabitable, en un edificio levantado durante el desarrollismo en el barrio madrileño de Prosperidad. Acordaron con los caseros un precio accesible a cambio de que les permitieran hacer de lo inhóspito lo más parecido a un hogar. En definitiva, abordar una reforma con sus propios medios, aunque no fueran los propietarios. Cinco años después, tras esta resurrección, les han forzado a irse a la calle. Cuando lean estas líneas, su ilusión habrá expirado.
Uno de los mayores símbolos del fanatismo franquista permanece indemne en el número 125 de la madrileña calle Serrano. Aquí se alzaba el Auditórium de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), un templo de la cultura por el que pasaron figuras como la física Marie Curie y el poeta Federico García Lorca. Tras ganar la Guerra Civil en 1939, el dictador Francisco Franco decidió disolver la JAE y fundar sobre sus cenizas el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con una misión: “Hay que imponer al orden de la cultura las ideas esenciales que han inspirado nuestro Glorioso Movimiento”. Sobre el auditorio, se construyó la Iglesia del Espíritu Santo, entregada al Opus Dei. Una nueva investigación revela ahora la magnitud de la represión desatada contra la institución científica republicana: la dictadura ejecutó procesos de depuración contra al menos 498 personas vinculadas administrativamente a la JAE, como Carmen Herrero Ayllón, química y campeona española de lanzamiento de jabalina en 1930.
Génova, capital de la región de Liguria y sexta ciudad de Italia en número de habitantes, tiene una larga historia de poder marítimo y lucha política que, sin embargo, no es un reclamo para figurar como un destino turístico habitual en nuestro presente, quien sabe si receloso de su relativo aislamiento geográfico. Las cifras turísticas —menos de tres millones de visitantes en 2023— hacen de ella un lugar perfecto tanto por sus asequibles precios como por la comodidad de pasear sus intrincadas calles sin aglomeraciones, lo que las convertiría en una verdadera pesadilla e impediría disfrutar de toda su belleza, no en vano su apelativo es “la Soberbia”, término merecido por el patrimonio acumulado a lo largo de los siglos.
Estampida de gorrinos por la calle Mayor de El Burgo de Osma (Soria, 5.200 habitantes). Tres cerdos amagan con embestir a los lugareños que toman el vermú y con arrollar a los forasteros bendecidos por el sol del mediodía en el inminente invierno soriano. Podría llamarse San Cerdín. Pero este es un encierro de cochinos de cartón, bajo propulsión humana, para perseguir a unas 150 personas reunidas en el pueblo por el Orgullo Matancero. Esta fiesta de gastronomía y tradición remozadas congrega por segundo año en la vieja Uxama celtíbero-romana a una juventud criada con bocatas de chorizo de macrogranja y no del curado en casa. Los forasteros, vestidos con el último grito de la moda aliñado con clásicos como boinas y botas de vino, acuden al plan del hotel Virrey Palafox de mezclar lo convencional, que no viejo, con lo moderno, que no mejor: gloria para los nietos del éxodo rural y nostálgicos del pueblo sin renegar del frescor urbanita.
Claudia Menéndez, 32 años, es maestra de lengua asturiana en Cancienes, en el centro del Principado. No es, admite, el típico pueblo bucólico asturiano. Pero a ella le gusta. La escuela es la misma en la que estudiaron sus padres, y el pueblo forma parte del concejo donde todavía viven sus abuelos. En su familia pasó lo mismo que en otros muchos lugares de España con lenguas minorizadas. Sus abuelos la hablaban. “Y lo siguen haciendo, salvo cuando les pones una grabadora o un móvil delante, entonces cambian de registro”, dice Menéndez. Pero en pleno franquismo decidieron no enseñársela a sus hijos. “Entendían que lo que ellos hablaban era castellano, pero mal. Y que a sus hijos tenían que enseñarles a hablar fino, como ellos dicen”. El asturiano desapareció de su familia una generación, y regresó, ya en democracia, con ella, que además decidió dedicarse a enseñar una lengua que más de 25.000 alumnos estudian hoy en colegios e institutos del Principado.
Banderas, himnos, monumentos… Normalmente, los símbolos nacionales tienden a encarnarse en la hipérbole, en un objeto grandioso y épico. Sin embargo, en muchos casos, caben en algo tan cotidiano y pequeño como un plato. La comida puede ser un espejo de identidad y una herramienta diplomática. Es lo que defiende el gastronacionalismo, el uso de la comida como símbolo o herramienta para construir o reforzar la identidad nacional. En un contexto polarizado, en el que distintos partidos parecen haberse apropiado de los símbolos nacionales tradicionales, la paella, la tortilla (con y sin cebolla) y las croquetas pueden ser los únicos elementos patrios capaces de poner de acuerdo a todo un país. Incluso representarlo.
Todos los programadores, desde los aficionados hasta los de Microsoft o Google, usan software de código abierto, que está presente en entre el 70% y el 90% de las aplicaciones informáticas que usamos hoy en día. Nadie empieza un trabajo de cero, sino que se acude a librerías de como GitHub o GitLab para descargar paquetes de código ya escrito, revisado y mejorado por la comunidad. “Los desarrolladores dedican de media dos tercios de su tiempo a adaptar software abierto a sus necesidades, y sobre ello construyen su aplicación. Por eso, si hay algún fallo de seguridad en ese código, todo el mundo, desde Apple o Meta hasta el gobierno alemán o español, tienen un problema”, explica Adriana Groh (35 años, Würzburg, Alemania).