ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Félix Bolaños ofreció el lunes por la tarde en La Moncloa a Teresa Peramato convertirse en la cuarta fiscal general del Estado. Fiscal de carrera con 35 años de ejercicio y considerada una de las grandes impulsoras de la especialización judicial en la lucha contra la violencia de género, la persona escogida por el Gobierno para suceder a Álvaro García Ortiz fue citada en el complejo de La Moncloa y aceptó la oferta del ministro de Presidencia y Justicia, al que Pedro Sánchez encargó la misión tras conocer cuatro días antes la condena del Supremo a García Ortiz.
En la calle Yablonska de Bucha ya no queda nada que recuerde que el ejército ruso cometió allí sus peores crímenes en la guerra de Ucrania. En marzo de 2022, al inicio de la invasión, fueron asesinados más de 450 civiles en este municipio al norte de Kiev. Yablonska fue uno de los lugares donde se recuperaron más cadáveres. El único edificio de la calle que muestra que la guerra continúa hoy es la oficina militar local de alistamiento. Y en las colas de acceso, el pesimismo es contagioso.
Mientras Rusia, Ucrania y Estados Unidos continúan discutiendo el plan de paz para Ucrania, Putin libra otra guerra en Polonia. Es más silenciosa y sibilina, pero peligrosa.
Realizado por Presentado porDiseño de SonidoNacho Taboada
EdiciónAna Ribera
CoordinaciónDirecciónAna Alonso
SintoníaJorge Magaz
Es la colusión perfecta. Los abanderados de la política autoritaria del nacionalpopulismo y la plana mayor de las grandes tecnológicas caminando de la mano para liberarse de todo cuanto les hace sombra o les planta cara. Esa es, en esencia, la idea fuerza del pensador y ensayista italiano Giuliano da Empoli (52 años, Neuilly-sur-Seine, Francia) en estos tiempos oscuros en los que todos los astros se alinean contra la democracia liberal y en los que grandes capas de la población, también las más jóvenes, se inclinan hacia postulados reaccionarios.
Es bien sabido que la corporación Quirónsalud recibe unos ingresos muy golosos de la sanidad pública madrileña. Son cerca de 1.000 millones anuales, según reveló este año EL PAÍS, gracias a una facturación engordada por los pacientes hartos con la lista de espera. Lo que ha pasado más desapercibido es que los sanitarios que hacen posible ese negocio aparentemente muy lucrativo se consideran explotados, unos “esclavos”, según critica el sindicato Comisiones Obreras, el mayoritario en el área madrileña de la empresa, que este miércoles dio inicio a una campaña de movilizaciones que se extenderá hasta después de las Navidades. Los empleados buscan que los crecientes ingresos de la empresa se traduzcan en mejoras salariales.
En los estudios de Disney en Burbank, a las espaldas de Hollywood, las referencias a Zootrópolis son tantas que le dan la vuelta al asunto: ya no es solo que haya dibujos en pasillos y puertas (hasta del baño, señalizado para animalitos), es que, en vez de dibujos de la conejita Judy Hopps, hay hasta conejos reales. Los animadores de la factoría los han traído para tratar de explicar cómo los dibujan, para mostrar su depurada técnica, y quizá para demostrar a los aguerridos periodistas que agarran papel y lápiz con escasa soltura para seguir sus trazos que, por mucho que haya programas y ordenadores e inteligencias artificiales, la animación sigue siendo un oficio que se hace a mano, con cuidado y tiempo. De ahí que llegue ahora esta nueva Zootrópolis II (o Zootopia II, en el original), 10 años después de la anterior, que fue exitosa, divertida y tierna, los tres ingredientes que tanto busca Disney. Pero la pregunta, como pasa últimamente, es ¿y era necesario?
El comentadísimo, musicalizado y monetarizado divorcio de Lily Allen no solo ha dejado tras de sí un aplaudido álbum y el regreso de las revanchas acompañadas por notas musicales, sino la confirmación de que en la actualidad, la infidelidad tiene diferentes caras y significados. Las redes sociales, las aplicaciones de mensajería y las aplicaciones de citas han abierto un universo paralelo para los deslices virtuales que, para algunos, son más dañinas que las físicas. Manuel Jabois habló de eso en una columna llamada Hay más cuernos en un buenas noches, que escribió después de un amigo le contase que llevaba meses hablando con una mujer mediante mensajes cada día. “Pero no nos acostamos, eso no. Yo respeto a mi novia”, puntualizó el amigo en cuestión.
La vida de la reina Camila corre peligro, pero solo en la ficción. La esposa del rey Carlos III tiene un pequeño papel en El halcón ha muerto: un asesino en el palacio, la última novela de la serie policíaca del escritor británico Peter James. En el libro, el popular detective Roy Grace tiene que investigar el intento de asesinato de la reina, lo que le lleva a moverse por los escenarios palaciegos que tan bien conoce la familia real. “Roy Grace nunca soñó que una investigación de asesinato lo llevaría a lo profundo del Palacio de Buckingham”, comienza la sinopsis de esta nueva historia, que se publicó el 21 de octubre y que cuenta con el visto de Camila porque James es uno de sus autores favoritos.
Era 2016 cuando Netflix abrió las puertas del Mundo del Revés. Casi una década después, uno de los mayores éxitos populares de la plataforma se prepara para decir adiós. Lo que nació como una carta de amor a los ochenta firmada por dos hermanos guionistas desconocidos, repleta de nostalgia y fantasía, se terminó convirtiendo en todo un fenómeno con un presupuesto por episodio que se calcula que ronda los 50 o 60 millones de dólares (entre 43 y 52 millones de euros). Stranger Things estrena los cuatro primeros episodios de su quinta y última temporada este jueves 27 de noviembre; para los tres siguientes capítulos habrá que esperar al 26 de diciembre y la entrega final se verá el 1 de enero (disponibles a las 2.00 de la madrugada, en horario peninsular español).
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha sancionado un gran avance en el reconocimiento y protección del colectivo LGTBIQ+ al sentenciar que todos los Estados miembros tienen la obligación de reconocer legalmente el matrimonio homosexual contraído por dos ciudadanos de la Unión en otro Estado miembro. El fallo, hecho público el pasado martes, responde a una cuestión prejudicial planteada hace dos años por un alto tribunal polaco, al que recurrieron dos ciudadanos de ese país, uno de los cuales posee también la nacionalidad alemana. La pareja se casó en Berlín en 2018 y cuando al año siguiente quisieron trasladarse a Polonia a vivir, el Registro Civil polaco denegó la inscripción de su enlace. Polonia no reconoce el matrimonio igualitario.
La irrupción de las plataformas digitales ha revolucionado la dinámica de las relaciones sociales y económicas, sin dejar al margen el negocio de la prostitución y el proxenetismo.
Habrá que leer la sentencia sobre el exfiscal general Álvaro García Ortiz para tener una opinión sólida sobre su condena, pero mientras tanto toca reflexionar sobre algunos excesos políticos cometidos estos días, que deslizan a España por la peligrosa ladera del revanchismo. Como recuerdan Levitsky y Ziblatt en su célebre libro (Cómo mueren las democracias, Ariel), la democracia también muere cuando no existen mecanismos de contención ni tolerancia mutua, tal que las instituciones acaban siendo vistas como una pieza más de la reyerta política entre supuestos bandos.
Hace una década, fui testiga de un milagro en horario de trabajo. Testiga, sí, en femenino, que una cosa es que una trague con el plural genérico masculino y otra que renuncie a remarcar el hecho de que, entre todos los ojos que tuvieron delante el prodigio, los únicos que se percataron fueron los míos. Al principio, no creía lo que veía. Pero me dobló la fuerza de la evidencia. Ante mis resabiados morros de cincuentona recién divorciada, una mujer joven recién llegada al oficio se estaba enamorando día a día de un veterano compañero que podría ser, de largo, su padre mientras él estaba a por uvas. Ni ella era ninguna buscavidas ni él ningún buen partido, más bien al contrario, pero las chispas de los ojos de ella eran inequívocas. Ahí había algo más que admiración para quien supiera verlo, que no era el caso del admirado. Solo más tarde llegó la ocasión propicia. La fusión, sí, de los dos polos. La loca aventura de los comienzos. El estupefaciente noviazgo entre un boomer, boomer y una milenial, milenial. Primero, en secreto, proeza absoluta en un gremio donde el más discreto es pregonero. Después, a jeta descubierta, en una de las salidas del armario más sonadas, que ya es decir, de la casa. Por fin, la convivencia, la rutina, el día a día con sus gozos y sus sombras, y algún susto de muerte a los que solo sobreviven los más fuertes. Un amor, en fin, de esos de los que todo el mundo opina, pero que solo entiendes cuando lo tienes delante. Y ahí siguen, los colegas.
En casa estamos volviendo a ver Mad Men, una serie donde se fuma y se bebe tanto que después de cada episodio hay que abrir las ventanas para airear el salón. Desde el primer capítulo, situado en 1960, publicistas y directivos de tabaqueras encadenan pitillos mientras piensan en cómo librarse de las primeras multas por promocionar un producto que ya saben que es adictivo y peligroso. La solución es destacar la libertad y la felicidad asociadas a su uso. Uno de los jefes de la agencia, Bert, recrimina a otro, Roger, que fumar tanto delante de los clientes le hace parecer débil al negociar. Le cuenta que Hitler sacó lo que quiso del primer ministro británico Chamberlain reuniéndose en un viejo palacio donde el humo no estaba permitido, a lo que Roger responde “lo único que me queda claro de esta historia es que Hitler no fumaba”. Como ocurrió con el tabaco, en los últimos años la ciencia ha demostrado que el alcohol es dañino a cualquier dosis, aunque cueste escucharlo. Lo dicen los metaanálisis, la OMS y las sociedades médicas. No existe tal cosa como un consumo moderado adecuado, igual que no hay un número de cigarros correcto o una cantidad adecuada de veces que te puede arrollar un tren. Beber es cancerígeno, destroza el hígado, el cerebro y el corazón. Si socializar es beneficioso para el bienestar lo es a pesar del alcohol, no gracias a él.
Timothy Garton Ash apuntaba siete propuestas para proteger a las democracias del populismo: poder judicial independiente, organismo electoral autónomo, neutralidad de la Administración, medios con vocación de servicio público. En teoría, la mayoría estaríamos de acuerdo con casi todas; en la práctica, la cosa es distinta. Uno de los objetivos de Garton Ash y de tantos liberales es evitar la erosión institucional, pero es un empeño condenado a la melancolía. El sistema tradicional de contrapesos, concesiones y consenso ya no funciona. Ahora pensamos que hay que colonizar las instituciones porque de lo contrario perderíamos el poder: entonces nuestros adversarios podrían hacer lo que hacemos nosotros, y eso sería peligrosísimo. En vez de lamentarse, parece más prometedor profundizar en la tarea de la bifurcación de las instituciones. Ya que no vamos a estar felices con su funcionamiento, que cada cual escoja la suya. Así se genera un equilibrio. Por ejemplo, el Tribunal Supremo es un órgano de derechas. En cambio, el Tribunal Constitucional es un órgano “progresista”. No se sabe bien lo que significa progresista, pero describe una sintonía con la razón histórica del sanchismo, que puede ser veleidosa. De derechas es todo lo que no sea progresista esta semana. La función de las televisiones públicas, nacionales y regionales, es propagandística. Deben generar adhesión entre los votantes del partido que gobierne y rechazo en la oposición. Los organismos que promocionan la lengua también deben participar de la división: de ahí el enfrentamiento entre el Instituto Cervantes y la Real Academia Española. La Generalitat de Cataluña ha distinguido este año a Luis García Montero con el Premio Blanquerna. La Comunidad de Madrid tendría que crear uno (Fortunata, Paradox) y premiar a Santiago Muñoz Machado. Otra ventaja de esta separación es que nos exime del engorroso peaje de la ironía, que algunos definen como conciencia de la propia contingencia: el periodismo no debe ser activista, salvo en el activismo de mi causa; debe fiscalizar al poder, salvo cuando conviene estar a su servicio; y los ataques del ejecutivo a la judicatura están mal pero solo en el extranjero. La bifurcación de las instituciones puede parecer excéntrica, pero no es más que reconocer explícitamente lo que muchos dan por hecho, como indica el presidente del Gobierno cuando da a entender que otras instancias jurisdiccionales corregirán la condena del Tribunal Supremo a Álvaro García Ortiz. Como ocurre con la fragmentación de la verdad, gracias a esta bifurcación todos podemos estar contentos con lo que decidimos ver y nadie tiene por qué sentirse huérfano.
Apenas se han encendido las luces de Navidad, aviso programado de que se acerca diciembre, y el Barça ya va por la segunda extremaunción del curso. Es una tradición tan catalana como los calçots o los panellets, exportada al mundo entero por esa correa de transmisión azulgrana capaz de convertir a un señor de Pontevedra o a una joven de Medellín en la reencarnación extramuros del tamborilero del Bruch, el president Sunyol o la hermana Mercè. Basta una derrota en el Bernabéu para que cualquier aficionado, sin importar lo que diga su DNI, active el modo temporada perdida, aunque el calendario todavía aconseje paciencia a la hora de encender la calefacción. Si a esto sumamos un segundo tropiezo, como el de Londres, el estado de alarma es prácticamente total: de cotizar en bolsa la cultura del pánico, el Barça sería hoy el rey del Ibex 35.
De la última España de Sergio Scariolo a la primera de Chus Mateo solo hay un cromo que se repite: Santi Yusta, alero madrileño de 28 años y 2,00m del Casademont Zaragoza. La selección comienza este jueves (18.30, Teledeporte) en Copenhague ante Dinamarca la clasificación para el Mundial de Qatar 2027 antes de recibir el domingo a Georgia en Tenerife. Ucrania completa un grupo de cuatro equipos del que los tres mejores avanzan a una segunda fase.
LOS CONVOCADOS POR CHUS MATEOBases
Alberto Díaz (Unicaja)
Álvaro Cárdenas (Peristeri)
Lluís Costa (Granada)
Escoltas
Jaime Fernández (Tenerife)
Francis Alonso (Breogán)
Pep Busquets (Girona)
Aleros
Santi Yusta (Zaragoza)
Álex Reyes (Manresa)
Oriol Paulí (Lleida)
Ala-pívots y pívots
Dani Díez (Burgos)
Miquel Salvó (Gran Canaria)
Izan Almansa (Real Madrid)
Great Osobor (Science City Jena)
Fran Guerra (Tenerife)
Cuando Walter Benjamin escribió La obra de arte en su época de reproductibilidad técnica, en 1939, ya hacía un siglo que la fotografía había llegado al mundo con la invención del daguerrotipo, y más de 40 años desde que los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo. Sin embargo, tanto tiempo después filósofos como Benjamin estaban todavía reflexionando y sorprendidos ante la irrupción de estas tecnologías y la capacidad que tenían de desligar la experiencia humana de los procesos técnicos. Ahora, los tiempos de la tecnolgía van tan acelerados que entender lo que está pasando parece una tarea imposible. A veces incluso para quienes están detrás de estas innovaciones. La última vez que EL PAÍS entrevistó a Oriol Vinyals, en diciembre de 2022, la inteligencia artificial apenas empezaba a llegar masivamente a las masas de usuarios mediante programas de texto o imagen como ChatGPT. Tres años después, y sin haberlo casi podido digerir, todos los programas informáticos están incorporando esta herramienta, los científicos la usan para probar sus teorías, los artistas la empiezan a tener como un elemento más de su paleta, es casi imprescindible para los estudiantes y hasta funciona de psicólogo. Todo ello, con riesgos e incertidumbres que aumentan a medida que la tecnología es cada vez más precisa y asombrosa.
El 25 de noviembre de 1985 ETA asesinó en San Sebastián al cabo primero de la Armada Rafael Melchor García y en Pasaia (Gipuzkoa) al guardia civil Isidoro Diez Ratón. Al día siguiente asesinó en Lasarte (Gipuzkoa) al guardia civil retirado José Herrero Quiles. Ese 26 de noviembre, por vez primera, un grupo de unas 200 personas, mayoritariamente jóvenes, se concentraron durante quince minutos en silencio absoluto en la plaza Circular de Bilbao en protesta por los asesinatos. Nacía Gesto por la Paz, el movimiento pionero contra la violencia política en Euskadi.