ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
En el salón del Manga, que ha arrancado en Barcelona el viernes su 31ª edición (Fira Gran Vía, hasta el día 8), mucha gente lleva katana, el sable japonés. Algunos llevan hasta tres, como el cosplayer (fan del manga y el anime que se disfraza de alguno de sus personajes favoritos) que va de Roronoa Zoro, pirata de la gran Flota de Sombreros de Paja, con un abrigo largo verde y badana negra al brazo. También cargan sendas katanas el joven que luce el pelo plateado de punta y el ojo tapado del ninja Kakashi Hatake de la serie Naruto o la chica que va de Erza Scarlet de Fairy Tail, con brillante armadura pectoral. Está también por el salón, infiltrada, La novia, la prota de Kill Bill, que será por katanas.
SpaceX, la compañía de servicios espaciales controlada por Elon Musk, está negociando una operación de venta de acciones en el secundario con una valoración de 800.000 millones de dólares (unos 687.000 millones de euros), según The Wall Street Journal, que señala que el director financiero de la compañía, Bret Johnsen, informó a los inversores sobre esta transacción hace pocos días.
El amigo invisible se ha convertido en una de las tradiciones más populares cuando llega Navidad. Pero, aunque es divertido, también puede ser un pequeño quebradero de cabeza… especialmente cuando se marca un presupuesto ajustado. La buena noticia: incluso con un límite bajo es posible encontrar detalles útiles y con encanto.
Una abuela es, generalmente, esa persona con experiencia y sabiduría que siempre tiene una frase de aliento. Su paciencia y cariño no se pueden comparar, por lo que son una fuente de amor incondicional muy importante en nuestras vidas.
En un abrir y cerrar de ojos ya ha pasado la primera semana de diciembre y todavía hay muchas personas que ni siquiera han empezado a pensar en los regalos de Navidad. Llegan esas semanas del año en las que queremos que todo esté perfecto, que cada miembro de la familia esté a gusto y que todo el mundo tenga su regalo. Regalos para mujeres, para hombre, niños, bebés, cinéfilos... Durante estas semanas desde EL PAÍS Escaparate trataremos de acompañarte y ayudarte a encontrar los mejores regalos para estas Navidades a los mejores precios.
Treinta años después de que los principales partidos de este país se reunieran en el Parador de Toledo para proteger algo tan básico como la dignidad de nuestras pensiones, asistimos a un fenómeno tan preocupante como sorprendente: hay formaciones políticas dispuestas a dinamitar ese consenso histórico.
Se llaman Yelizaveta y Mijailo. Ella nació hace 16 años en Simferópol (Crimea); él, hace 12 años en Makiivka (Donetsk). Los dos vieron la luz por primera vez en una Ucrania libre, pero residen desde hace más de una década en territorio ocupado por el ejército ruso. Este miércoles, la abogada ucrania y experta en derecho internacional Katerina Rashevska, mostró sus dos fotos ante el Senado de Estados Unidos. Denunció que la organización para la que trabaja en Kiev, el Centro Regional de Derechos Humanos (CRDH), ha contabilizado 165 campos donde los niños ucranios son sometidos a un proceso de rusificación. El caso de Yelizaveta y Mijailo es especial. Moscú envió a los dos niños de forma temporal al campamento de Songdowon, en Corea del Norte. Son los primeros menores ucranios identificados que viajan al gran aliado asiático del Kremlin en el marco de su campaña de adoctrinamiento infantil.
Donald Trump sostiene, con su recién publicada Estrategia Nacional de Seguridad, que Europa se enfrenta a la desaparición de su civilización. Tiene razón. Pero se equivoca en quién la amenaza: no son ni los inmigrantes, ni la cultura woke, ni las instituciones comunitarias. Son, de distintas maneras, él mismo y Putin. El trumpismo está librando un asalto contra el modelo europeo: hay que montar una contrarrevolución.
Marruecos está buscando modelos de autogobierno de referencia, entre los que figura el de España, antes de presentar un plan de autonomía para el Sáhara Occidental que sea aceptable para Naciones Unidas. En su resolución del pasado 31 de octubre, el Consejo de Seguridad planteó que “una verdadera autonomía” es el objetivo “más factible” para una solución política del contencioso sobre la antigua colonia española. Rabat se ha apresurado a anunciar una detallada actualización de la propuesta que ofreció a la ONU en 2007, imprecisa y de limitadas competencias, para lo que el rey Mohamed VI ha pedido a los partidos políticos que aporten ideas, como ha requerido la comunidad internacional.
Bulgaria está en plena ebullición. “Ciudadanos contra la mafia” o “Cuando el sistema calla, el pueblo habla” corearon esta semana decenas de miles de jóvenes en las calles de Sofía, la capital, y en otras ciudades de este país de 6,4 millones de habitantes, miembro de la UE desde 2007 para expresar su ira contra el Gobierno al que califican de “corrupto”. Entre una amalgama de banderas búlgaras y de la Unión Europea, los participantes gritaron “¡La generación Z no se quedará callada!” contra una clase dirigente a la que acusan de lucrarse a su costa. Se trata de la primera manifestación en la que predominan los también denominados centennials, personas nacidas entre mediados de la década de los noventa y 2010. Estos jóvenes ya han demostrado su fuerza al derribar gobiernos en países tan dispares como Nepal, Perú o Madagascar en los últimos meses. Y, ahora, esperan lograr el mismo objetivo en Bulgaria.
El desplazamiento del epicentro de la guerra civil de Sudán hacia la vasta región de Kordofán, en el centro-sur del país, está disparando de forma alarmante el nivel de violencia en la zona. En las últimas semanas, los combates entre el ejército, las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y un poderoso grupo armado local aliado con estas se han intensificado sobre todo en el oeste y el sur, y han frustrado los últimos esfuerzos diplomáticos para fraguar un alto el fuego humanitario. El recrudecimiento de los enfrentamientos se está produciendo además en medio de nuevas atrocidades generalizadas perpetradas contra la población civil.
Obrim Abans més que Encara i hi trobem el croquis de l’arbre genealògic de tres generacions de dues famílies —els Salabreda i els Buron—, però tot i el subtítol —“Storia in stile antico”—, ni se’ns acut la possibilitat d’imaginar que al llarg de les gairebé 800 pàgines que ens esperen, i que en una tipografia menys endimoniadament minúscula es convertiria en una novel·la el doble d’extensa, ens trobarem davant de la narració de les vicissituds, les continuïtats, els ardits, les argúcies i els canvis d’uns personatges que ens suscitaran l’alegria de formular-nos l’elemental i eterna pregunta lligada sempre amb la vitalitat d’una ficció: i ara, què passarà als herois?, en la nova aventura se’n sortiran amb tanta fortuna com a l’anterior o el destí els canviarà de rumb sense remei? La raó d’aquesta desconfiança és que l’autor d’Abans més que Encara es diu Miquel de Palol (Barcelona, 1953), i, com que coneixem les glaceres exaltades i espessament emboirades dels seus cims principals —Bootes (2023), El Testament d’Alcestis (2009), El Troiacord (2001) o El Jardí dels Set Crepuscles (1989), al capdavall el menys dificultós d’escalar, potser—, el cor se’ns encongeix i ens estremim en recordar que hem estat allà, tan perduts, arran dels precipicis oberts a banda i banda del sender estret per on anàvem ascendint amb un esforç feroç fent equilibrismes per no despenyar-nos roquissars avall, i prou sabem que entre els múltiples objectius i interessos de l’autor no hi figura la voluntat de retenir-nos en els seus dominis, com si no li importés expulsar-nos a la mínima ocasió en què s’adonés que no parem l’atenció necessària a l’abast del seu discurs.
Abans més que Encara Miquel de Palol Navona, 2025 793 pàgines. 30 eurosEntre Madrid y Rabat hay buena sintonía. No solo por el respaldo del Gobierno de Pedro Sánchez al plan con el que Marruecos busca afirmar su soberanía sobre el Sáhara Occidental. En clave energética, el comercio de gas y electricidad han creado un espacio de colaboración. La ministra de Transición Energética y Desarrollo Sostenible marroquí, Leila Benali, lo confirma: “Tratamos con amigos y vecinos muy conscientes de la responsabilidad regional que compartimos”.
En según qué contextos, la frontera que separa la integridad del ridículo más espantoso es prácticamente inapreciable. De lo que ocurra este domingo en Abu Dabi dependerá que McLaren puede hacer bandera de lo primero, o reciba mofas por lo segundo. Nadie en su sano juicio hubiera anticipado hace solo tres meses, que el Mundial de Fórmula 1 no se resolvería hasta la última parada del calendario, y mucho menos que la escudería británica tendría opciones de perderlo en favor de Max Verstappen. El piloto de Red Bull busca completar un triple salto mortal con pirueta que le llevaría a encasquetarse su quinta corona de campeón, todas ellas encadenadas desde 2021; en un repóquer que le colocaría en el mismo plano que Juan Manuel Fangio, a la vez que le desmarcaría del trío que forma actualmente con Alain Prost y Sebastian Vettel. El talento del holandés es incuestionable porque tira de él cada fin de semana, pero en una disciplina en la que el factor humano ha quedado por debajo del mecánico, la magia no basta si uno no recibe alguna que otra ayuda. Lo curioso del caso es que, en esta ocasión, la esperanza de Verstappen la ha hecho posible McLaren.
La Comisión Europea anunció ayer la primera sanción bajo el nuevo Reglamento de Servicios Digitales, aprobada en 2022 y que ha ido entrando progresivamente en vigor desde 2023: X, la red social antes llamada Twitter, ha sido multada con 120 millones de euros por tres vulneraciones de la ley.
Lord Kelvin fue un gran físico, pero hizo un ridículo espantoso con sus predicciones del futuro. En 1899 escribió: “La radio no tiene futuro, las máquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles y los rayos X demostrarán ser un fraude”. También sentenció de manera pomposa: “La ciencia dice no a la evolución”. Había calculado que la Tierra tenía 20 millones de años de antigüedad, y claro, con eso no daba tiempo a que operaran los parsimoniosos procesos que había postulado su compatriota Charles Darwin 40 años antes. Lord Kelvin creía saber, pero no sabía. Y estamos hablando de uno de los grandes sabios de su tiempo, no de un adolescente cazurro intoxicado por las tuberías de cuñados a las que llamamos redes sociales.
Salomé Pradas, consejera de Emergencias de la Generalitat Valenciana, no estaba tranquila ni iba a estarlo en toda la jornada del 29 de octubre de 2024. Aunque se lo pidiera por dos veces el jefe de gabinete de su presidente, Carlos Mazón, José Manuel Cuenca. “Tranquila, che”, le conminaba él a las 20.18, siete minutos después de que el centro de coordinación de emergencias (Cecopi) hubiera enviado el mensaje masivo a los teléfonos móviles de toda la provincia de Valencia en el que se pedía a los ciudadanos que ante las “fuertes lluvias” evitaran “cualquier tipo de desplazamiento”, un mensaje tardío —su envío se retrasó, entre otros motivos, porque Pradas no quería que la traducción al valenciano se pareciera mucho al catalán— y defectuoso —no pedía a los ciudadanos que subieran a pisos altos—. En ese momento todavía no se sabía, pero al menos 155 personas habían perdido ya la vida por el desbordamiento del barranco del Poyo y del río Magro. Pero sí se sabía que la situación era excepcionalmente grave.