ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Edin Terzic (Menden, Alemania; 43 años) llevó al Borussia Dortmund a la final de la Champions de 2024 contra el Madrid. Perdió y dejó el banquillo del club en el que ayudó a formar a Haaland y a Bellingham. Desde entonces se ha dedicado a viajar con la familia y a prepararse para su siguiente empleo. Hace dos semanas apareció en Londres en un evento de Hudl y habló de cómo esta usando los datos para, con ayuda de la inteligencia artificial, construir su propio sistema de evaluación ajustado a su modelo de juego. Unos días más tarde charló del proceso con EL PAÍS por videoconferencia.
El estadio de San Siro, con sus torres colosales de hormigón, es un monumento al brutalismo industrial y a una época que concluye. El Ayuntamiento de Milán ha puesto fecha a su demolición pero la multitud de peregrinos lo llenan como si no hubiera un mañana para ver al Milan y entre todos los jugadores capta la atención uno al que los tifosi consideran casi por unanimidad el más especial. No es difícil distinguirlo sobre la hierba. Es el más pequeño, mide 1,70. Es el que ocupa el centro geográfico de la cancha, igual que el cubo de una rueda. Es el que menos se desplaza, el que más veces toca la pelota y el más viejo de todos.
Bassala Bagayoko tiene 19 años y ha vivido ya las dos caras del deporte de élite. El joven pívot de Malí que hoy juega en el Bilbao Basket echa la vista atrás y contempla una corta carrera que une los dos extremos. De la explosión de la fama al túnel más oscuro. De convertirse en el jugador más joven en debutar en la historia de la ACB por delante de Ricky Rubio, registro que todavía mantiene, a pasar más de dos años sin jugar por culpa de una lesión. Hoy Bagayoko vuelve a empezar. Como si todo aquello, lo bueno y lo malo, no hubiera sucedido y él simplemente fuera un adolescente que intenta abrirse camino en la Liga española de baloncesto. Aunque ahí siguen las vivencias en el alma y las cicatrices en el cuerpo para recordarle de dónde viene. “Todo lo que he pasado me ha hecho ser quien soy”, comenta el muchacho.
Friedrich Merz respiró aliviado, después de semanas de peleas en su partido, el democristiano, y en su coalición con los socialdemócratas. Se le veía relajado el mediodía del viernes, en su escaño en el Bundestag, minutos antes de una votación clave de la que, a esas horas, ya tenía la certeza de que iba a ganar.
Un reducido grupo de mujeres maduras está leyendo en un taller literario la novela El acontecimiento, de la escritora francesa Annie Ernaux (Lillebonne, 85 años). Conocen la crudeza de un texto que narra de manera fría, sin adjetivos, el aborto clandestino de la propia autora, Premio Nobel en 2022, cuando tenía 23 años. Lo han trabajado. No les pilla por sorpresa. Sin embargo, cuando termina el ensayo de la primera adaptación teatral en España del libro no pueden contener la emoción.
En 2026, el rock hecho en la República Argentina podría celebrar sus 70 años de vida. Debería ser así si se acepta como piedra fundacional Rock con leche, de Eddie Pequenino, pieza editada en febrero de 1956. No es mucho más estúpido que similares discos pioneros en otros países, generalmente facturados por músicos de jazz y swing, tipos encerrados en el circuito de locales nocturnos y prestos a cabalgar cualquier moda que asomara. El modelo parecía ser el de Bill Haley & His Comets; artistas como Chuck Berry, Little Richard o Fats Domino grababan para compañías modestas y resultaban demasiado “raciales” para ser exportados.
La noticia ha sido la bomba catódica del año: Netflix ha comprado Warner por 83.000 millones de euros. Otras crónicas darán cuenta del movimiento empresarial y de los escoyos antimonopolio a los que tendrá que enfrentarse. Otros analizarán el seísmo que este movimiento supone a nivel audiovisual en el terreno de la creación de series y películas. Pero aquí vamos a hablar del ocio interactivo, porque, aunque se haya destacado menos, este puede ser un punto y aparte para el mundo de los videojuegos.
En Adolescentes, programa recién estrenado en La 2 y disponible en RTVE Play, el youtuber de investigación Carles Tamayo arranca hablando de la miniserie Adolescencia ―“en la que un chaval se convierte en un monstruo sin que sus padres lo sepan”― y se propone preguntar sobre problemas adolescentes “a quienes más saben”, ellos mismos.
Nadar es un deporte maravilloso. Un entrenamiento cardiovascular que, al practicarse en la densidad del agua, evita el desgaste que sí se produce en tierra; ayuda a mejorar la flexibilidad y la fuerza; incrementa el rendimiento de los pulmones; pone en funcionamiento prácticamente todos los músculos del cuerpo. Hay, incluso, estudios que aseguran que, si bien no rejuvenece —porque no es posible—, los nadadores profesionales son casi un par de décadas más jóvenes físicamente de lo que les correspondería. Pero nadar, como todos los deportes, tiene un obstáculo principal que, en su caso, se puede llegar a triplicar. Porque para ponerse a hacer ejercicio hay que vencer la pereza. Y a veces se está muy a gusto en la cama o en el sofá y el mero pensamiento de meterse al agua invita a la modorra. Una vez frente al agua, aparece ese instante en el que hay que decidirse. En realidad, ya no hay vuelta atrás, pero la duda —más que razonable— sigue ahí, agazapada. Y, por si todo eso fuera poco. Una vez el cuerpo se ha aclimatado —activándose ante la diferencia de temperatura— queda la parte más dura. Física y psicológicamente: zambullir la cabeza. Si usted ha estado pensando durante todas las líneas anteriores en una piscina, ya podría concentrarse plenamente en la natación. Si, por el contrario, practica dicho deporte en espacios naturales, sabrá entonces que le queda aún otro paso, el que lo acerca a la aventura: adentrarse en un espacio del que se desconoce prácticamente todo. Y en el que apenas se puede controlar nada.
El dinero, cuanto más repartido esté, mejor. Cuanta más gente pueda tener poder para decidir, cuanto más espacio haya para el crecimiento personal (el verdadero, no el que ofrecen los vendehúmos), cuanta más seguridad en el suelo que pisamos, mejor será para todos. El dinero poco repartido solo crea desigualdad, servidumbre, abusos. Hasta el mercado, ese que dicen que se regula solo, necesita de leyes antimonopolio para que no nos salgan más Nerones.
El relevo en la Fiscalía General de México supone el movimiento más audaz, y quizá más arriesgado, de la presidenta Claudia Sheinbaum desde que llegó al poder. Tras la abrupta caída de Alejandro Gertz Manero, precipitada por años de cuestionamientos y por recientes tensiones en el partido Morena, la presidenta decidió imponerse. La designación de Ernestina Godoy, una aliada histórica y figura central de su círculo político, es un golpe en la mesa, una señal inequívoca de que Sheinbaum ha optado por asumir el control directo del aparato de justicia de México.
Isabel González, nacida en Avilés (Asturias) hace 76 años, fue radióloga, jefa de servicio y gerente del Hospital de Sant Joan de Alicante. En 2017 la nombraron directora general de la Alta Inspección Sanitaria de la Generalitat valenciana con la misión de preparar la reversión del Hospital de la Ribera, en Alzira, el primero público de gestión privada en España, inaugurado en el año 2000, que dio nombre a un modelo que desde Valencia se extendió a otras comunidades gobernadas por el PP, como Madrid. Y que esta semana ha vuelto a ser cuestionado a raíz del escándalo del Hospital de Torrejón. La reversión de Alzira se concretó en el primer minuto del 1 de abril de 2018. González la vivió en el hospital, donde estuvo trabajando hasta avanzada la madrugada. “Fue como montarse a un tren en marcha”, responde por viodeollamada desde el edificio de Alicante donde vive, en un piso de la planta 18, frente al mar.
El escándalo del Hospital de Torrejón destapado esta semana por EL PAÍS ha sacudido la agenda política en España. Los audios desvelados por este diario donde se escucha a Pablo Gallart, consejero delegado del grupo Ribera Salud ―que tiene la gestión privada del hospital público de Torrejón― pidiendo en una reunión a una veinteina de directivos subir listas de espera y rechazar pacientes para ganar más, ha reavivado el debate sobre la gestión de la sanidad pública y ya se empiezan a ver las primeras consecuencias de esa eterna pugna política e ideológica.
El 23 de diciembre de 1985 dos jóvenes hicieron un pacto de suicidio en Sparks, una localidad del estado de Nevada (EE UU) de unos cien mil habitantes. Por la tarde, habían estado consumiendo alcohol y marihuana y escuchando durante seis horas seguidas el disco Stained Class (1978), del grupo de heavy metal Judas Priest. Al anochecer, se encaminaron a un parque infantil contiguo a una iglesia con una escopeta del calibre 12. Raymond Belknap, de 18 años, se puso el cañón bajo la barbilla, apretó el gatillo y murió al instante. Su amigo James Vance, de 20, hizo lo propio, pero sobrevivió, aunque su rostro quedó desfigurado.
El clan Bolsonaro está sumido en una ardua batalla para conservar el protagonismo que el proyecto de extrema derecha liderado por el patriarca conquistó en los últimos años en Brasil. La entrada en la cárcel del líder amenaza su relevancia. Jair Messias Bolsonaro, de 70 años, mata las horas viendo informativos y fútbol por televisión, en una celda en una comisaría de Brasilia, durante los primeros días de una pena de 27 años. La jugada más reciente para seguir en el centro del juego político llegó el viernes por la tarde. Flávio, el hijo mayor, anunció que su padre le ha encargado presentarse a las presidenciales de 2026. La noticia culmina una semana en la que las tensiones soterradas del clan Bolsonaro quedaron dramáticamente expuestas. Y cuando cada día resulta más evidente que el Donald Trump original ha abandona al Donald Trump de los trópicos.
Durante los últimos diez años, Nicolás Maduro ha intentado moldear al Estado venezolano como una máquina político-militar capaz de cerrar filas ante cualquier presión externa. En el relato que impulsa el propio Gobierno venezolano, ese entramado permitiría incluso resistir ante un eventual choque con Estados Unidos, en un momento de fuerte tensión entre los dos países con amenazas de Donald Trump de operaciones en suelo venezolano de por medio. Aunque heredó el andamiaje ideológico y diplomático de Hugo Chávez, Maduro ha ido dando forma a su propia versión del “mundo multipolar”, la doctrina que sigue guiando la estrategia internacional del chavismo.
Casi cuatro años después de que los representantes de 175 países aprobaran en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA, sus siglas en inglés) la creación del primer tratado global contra la contaminación por plástico este acuerdo está en el limbo. El documento debería haberse rematado en 2024 para abrirse a la ratificación de los Estados este 2025. Pero las negociaciones se tuvieron que suspender sin acuerdo en agosto en una reunión en Ginebra. La de la ciudad suiza fue la sexta ronda de encuentros oficiales para elaborar el texto, al que se le suman un sinfín de contactos informales. Tras el fracaso del verano, no hay fecha para retomar estas complicadas negociaciones para hacer frente a una contaminación que avanza galopante y golpea la salud global.