ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Menuda, cauta y dulce, Keum Suk (Goheung, Corea del Sur, 54 años) tiene el físico y la mirada de una niña y la madurez de una anciana. Vivió 16 años en Francia, pero, precisa y paciente, prefiere hablar a través de una intérprete del coreano que en francés. Ha visitado Barcelona para presentar, en el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea), su último libro sobre el dictador norcoreano, Mi amigo Kim Jong-un (Reservoir Books).
El monarca Jigme Khesar Namgyel, quinto rey dragón de Bután y figura importante del budismo, esperaba a la delegación extremeña en uno de sus palacios de trabajo en Timbu, la capital del país, en medio de los preparativos del Día Nacional del estado asiático. Aquella visita del 4 de diciembre de 2022 con representantes de tierras lejanas no era habitual, ni tampoco el proyecto que traían bajo el brazo para presentárselo: la construcción en Cáceres de un macrocomplejo de peregrinación budista de unas 110 hectáreas coronadas por una estatua de un buda de 47 metros sobre un pedestal de otros 20. Ese supersantuario también requería la superfinanciación de unos 40 millones de euros, uno de los motivos principales que motivaban el viaje de esas personas.
Greg Peters (EE UU, 54 años) y Ted Sarandos (Nueva Jersey, EE UU, 61 años) y forman, juntos, una suerte de Reed Hastings mejorado; el fundador histórico de Netflix que cedió el testigo a estos dos ejecutivos tras décadas al timón. Sarandos, más mediático y carismático, no sería lo mismo sin la visión estratégica y el rigor técnico de Peters. Ahora ambos afrontan una de las operaciones más decisivas en la historia de Netflix: la oferta de 83.000 millones de dólares para adquirir Warner Bros. Discovery.
Un pequeño homenajeEn 2019, Ted Sarandos produjo The black godfather (El padrino negro), un documental original de Netflix sobre su suegro, Clarence Avant, influyente productor musical.
La lista de los mejores espectáculos teatrales de 2025, realizada con aportaciones de los tres críticos habituales de Babelia y presentada aquí en orden cronológico, deja una conclusión evidente: cuatro de los diez títulos señalados llevan la firma de mujeres creadoras totales. Lucía Carballal, María Velasco, Victoria Szpunberg y Angélica Liddell, cada una en su estilo, son la prueba de que la diversidad enriquece el arte. A lo que hay que añadir la catarsis dancística que desató la bailaora Rocío Molina en su último estreno.
Protagonistas de la danzaLos datos alrededor de la danza siguen siendo preocupantes. En el Anuario SGAE 2025 de las artes escénicas, musicales y audiovisuales, que hace referencia a 2024, la danza solo ocupa el 4.5 % de las funciones programadas en España. Un porcentaje sangrante que no ha mejorado este año que acaba y que contrasta con los buenos resultados artísticos.
Calentamiento. Rocío Molina y Pablo Messiez. Lo nuevo de la bailaora Rocío Molina sacudió el Centro de Danza Matadero, donde se estrenó en noviembre, y también la totalidad de la escena. Así de catártica fue la velada. Calentamiento son dos horas de entrega superlativa de una coreógrafa, aquí también actriz, que ejerce el oficio y la creación desde esa libertad que solo da el conocimiento y lo valiente. Pablo Messiez la acompaña en la dirección y el texto, y el resultado del tándem puso de rodillas al cineasta Pedro Almodóvar, que al terminar la función de estreno se postró ante ella y le lanzó un beso frente a los presentes. El próximo año visita varias ciudades españolas. Vayan a verlo y acuérdense de llevar una flor roja.
Natural Order Of Things. Guy Nader y María Campos. La última creación de este colectivo afincado en Barcelona es la muestra mejor conseguida de ese vocabulario y discurso que les define. Nominada a cinco Premios Max de las artes escénicas, se hizo con tres de los más importantes: el de mejor intérprete masculino de danza (Alfonso Aguilar), el de mejor intérprete femenina (María Campos) y el de mejor coreografía. En escena, nueve bailarines, pulcros, matemáticos, poderosos, en una casi constante verticalidad, dibujan composiciones inagotables en lo que podría ser un bucle aritmético infinito. Es el poder del cuerpo y su concentración, de la riqueza coreográfica sin aspavientos. Se estrenó fugazmente en el festival Grec de 2024, pero su trayectoria por los teatros ha empezado en 2025.
ZERO. Manuel Rodríguez. Manuel Rodríguez es uno de esos creadores ajenos a las tendencias que marca el mercado. Y en su obra general, eso se nota y se agradece. Aunque puede que esta independencia también sea la explicación de por qué sus trabajos no se prodigan más en las carteleras. ZERO, estrenado en el Centro Coreográfico La Normal el pasado septiembre, solo se ha visto un par de veces más este año. Una pena. Se trata de un solo que además de ejemplificar ese lenguaje tan singular de Rodríguez, que pasa por la danza contemporánea, pero también la danza urbana, el clásico y las artes visuales, ahonda en nuevas herramientas escénicas (como la voz) y en territorios más íntimos: ZERO es un homenaje del bailarín a su madre, fallecida hace un año.
Norma. Antonio Ruz. Dos ideas atraviesan el alegato del último trabajo del coreógrafo Antonio Ruz: ese parecer que impera por encima del ser, propiciado por las redes sociales y la sobreexposición que las articula, y esa normatividad en los cuerpos que todavía campa a sus anchas en general y en la danza en particular. Aborda ambos temas potenciando la personalidad de los cinco y muy diferentes bailarines que dan vida a la obra. Con cierta retranca y una simbología cuidada y reconocible. Las grandes cortinas que enmarcan Norma, desde lo escenográfico y lo dramatúrgico (con firma de Roberto Martínez, que también forma parte del equipo de Calentamiento, de Rocío Molina), y las luces de Olga García suman a esta propuesta aguda y desenvuelta.
Lâs alegrías. María del Mar Suárez, La Chachi. En el ideario y cuerpo de María del Mar Suárez, La Chachi, las alegrías, uno de los palos flamencos más festivos, se retuercen y se desgranan tanto, y desde un lugar tan propio, que acaba siendo vandalismo escénico. Del bueno. Del que se hace con toda la conciencia y la necesidad. Ese que La Chachi practica desde 2017 y que hace que, a pesar de ser flamenco, su trabajo se vea sobre todo en circuitos destinados a la danza contemporánea. En este montaje sencillo y muy divertido, donde se da esa pauta tan difícil de humor y reflexión, todo desde lo corporal, el peso recae en las dos intérpretes: La Chachi junto a la cantaora Lola Dolores. Y el atreverse a sacudirle lo sacro al flamenco.
España, entre las principales ‘potencias’ del podcast mundial: uno de cada tres usuarios en España escucha podcasts y el país se sitúa en el 9º puesto mundial en consumo durante la primera mitad de 2025. Eso sumado a la pujanza que el formato tiene en países como México, Argentina, Colombia y Chile hace que los contenidos sonoros en español sean cada vez más prestigiosos y consumidos.
Un año más hay que subrayar algo que no por habitual deja de ser gozoso en grado sumo: la calidad de los mejores videojuegos de 2025 ha vuelto a ser asombrosa. No llegamos a las cotas de 2023 (quizá nunca se llegue a las cotas artísticas de 2023) pero juegos como Kingdom Come: Deliverance II, Clair Obscure: Expedition 33 o Hollow Knigh: Silksong (que comparten no solo tener dos puntos en el título, sino ser los tres mejores del año) y otros han supuesto aldabonazos de creatividad y éxtasis jugable durante todo el curso.
Una forma de abordar la supremacía del museo es negarlo o, en caso contrario, transformarlo. Sirva el adagio para resumir, en esencia, lo que ha dado de sí el 2025, que arrancó con el presidente francés, Emmanuel Macron, y su anuncio del proyecto de remodelación del Louvre, que supondrá el traslado de la Gioconda a una nueva sala con entrada separada y un coste que se sufragará con un significativo aumento en el precio de las entradas para los visitantes no europeos. El plan maestro, llamado Louvre-Nouvelle Renaissance, persigue modernizar la pinacoteca más visitada del mundo, pero a la fuerza tendrá que responder a su decadencia estructural, después de que en octubre fuera objeto de un robo de lo más peregrino, con ocho joyas de la corona francesa sustraídas de la galería de Apolo, que arrasó el prestigio de la institución.
Con todos sus defectos, el cine de 2025 ha tenido el mérito de mirar de frente al presente, con la tragedia convertida ya en disparatada farsa. Dos películas con una acogida muy distinta, Una batalla tras otra y Eddington, operan como parábolas de una sociedad estadounidense donde el choque entre bloques y el clima de persecución y paranoia se han vuelto rutina. En la primera, la mejor película de Paul Thomas Anderson en años, late una reflexión sobre la revuelta y sus riesgos, que recupera la figura de la acción directa setentera, pero trasladada a un país donde la retórica supremacista se ha normalizado y los líderes parecen rostros mal renderizados por una IA aún en pruebas. Anderson parte de Vineland, la novela que Thomas Pynchon publicó tras la reelección de Reagan, para insistir en la persistencia del fascismo bajo nuevas máscaras. Y lo hace en un momento en que hasta los grandes títulos de Hollywood, de Wicked: Parte 2 a Avatar: Fuego y ceniza, se pueden entender como parábolas de la tentación totalitaria.
La configuración de un listado con lo mejor del año supone, en el fondo, realizar un ejercicio de equilibrios entre aquellas obras que nos han sorprendido, las que han respondido a las expectativas y las decepciones que es mejor guardar en el cajón. La repetida máxima de “no están todas, pero lo son todas”, debe entenderse en este tipo de elecciones más con el afán de descubrimiento que con la pretensión de encontrar las ya conocidas, al tiempo que se intenta ofrecer una rica representación de todos los títulos destacables.
Las músicas españolas y latinoamericanas viven el mejor momento desde que comenzó el siglo XXI. Y no ya por su posicionamiento entre los más escuchados en las plataformas digitales. También en listas como la de Babelia, elaborada por con las votaciones de una veintena de especialistas, todos vinculados a EL PAÍS. Siete discos de artistas españoles se cuelan entre los 25 álbumes más destacados de 2025, entre ellos el mejor, Lux, de Rosalía. Otros cuatro los firman músicos expresándose en castellano del otro lado del Atlántico. El duelo entre Rosalía y Bad Bunny cayó del lado de la catalana por poco. Los dos son discos inmensos que coronan una cosecha diversa con espacio para el flamenco, el hip hop, la electrónica, el pop comercial, el rock o las tendencias experimentales. Un buen año este 2025. CARLOS MARCOS
La televisión que nos enfrenta de bruces con la realidad. La que nos pone un espejo delante en el que reconocernos. La televisión que se ríe de ella misma. La que mira a nuestro pasado para explicarnos nuestro presente. La televisión más inclasificable y la de toda la vida. El medio más maleable y rápido para retratar la sociedad ha vuelto a mostrar en 2025 su capacidad para sorprender. Lo hizo en marzo cuando Netflix estrenó, sin ningún tipo de fanfarria, la serie británica Adolescencia, la mejor del año para los críticos y periodistas que han participado en esta selección. El boca a boca convirtió en todo un fenómeno a una historia que se coló en las conversaciones, en los informativos, los institutos e incluso entre la clase política. Si, de primeras, los espectadores llegaban por su alarde técnico de rodar cada episodio en un único plano secuencia, su capacidad para despertar debates sociales sobre la masculinidad tóxica, la manosfera o las redes sociales fue lo que la asentó como la serie que, definitivamente, había que ver.
Los otros sistemas literarios españoles son plenamente autónomos, casi siempre desconectados los unos de los otros. Por ello esta acelerada selección, como cada año, tiene como primera virtud redescubrirnos el vigor de unas tradiciones culturales nacionales. Es vigor desconocido y, sobre todo, es calidad contrastada. Lo que nos proponen Carlota Rubio, Iban Zaldúa y María do Cebreiro Rábade —espectadores privilegiados de la literatura catalana, vasca y gallega respectivamente— es mostrarnos autores de primer nivel que practican desde el cómic al cuento, de la historia a la poesía, el teatro o el ensayo. Algunos trascienden su tradición —como Marina Garcés o Eider Rodríguez—, pero la mayoría no. Y vale la pena leerlos. La selección de literatura catalana es la elegida por el equipo de críticos de Quadern, el suplemento cultural catalán de EL PAÍS.
Yo, señor, fui un científico, y a los de ese gremio se nos supone una aversión natural a la filosofía. No es mi caso. Yo no querría vivir en un mundo sin filósofos, porque creo que andaríamos todos más desorientados que un burro en un garaje. Es verdad que Aristóteles me cae gordo: su ocurrencia de que el mundo no podía estar hecho de átomos ya que se caerían todos al suelo confundió a los estudiosos durante dos milenios, como también lo hizo su manía de que las cosas pesadas caían más rápido que las ligeras. Por cierto, que le habría bastado tirar una piedra grande y otra pequeña desde un precipicio para ver que estaba equivocado.
Desengáñese. El mejor libro del año no es aquel que le ofrecemos hoy en estas páginas después de sesudos análisis y votaciones para ayudarles a elegir. Pero en qué estábamos pensando, panda de iluminados. Déjense de Javier Cercas, de Arundhati Roy o de Samanta Schweblin y tengan un poco de paciencia. El mejor libro del año es el que está por escribir y que nos promete Leire Díez, que ha hecho todo lo que ha hecho porque es una investigadora nata, en acción, que avanza con tesón hacia un best seller que no ha llegado a tiempo esta Navidad a las librerías, pero sí al juzgado. A falta de un escritor de apoyo, los jueces la están ayudando y lo hacen a toda máquina.
Semanas atrás, en la Feria del Libro de Monterrey, se acercó un muchacho a pedir que le firmara un libro. Me entregó una foto, una imagen de la localidad de San Miguel de Allende, y me dijo: “Mira, quiero decirte que yo tengo afantasía”. Le pregunté: “¿Qué es eso?”. Me respondió: “No tengo imaginación”. Di un respingo: “¿Cómo?”. Me dijo: “Si yo te digo que imagines una manzana, tú la ves. Yo no puedo imaginar una manzana. Mi mente sólo genera conceptos, no imágenes”. “O sea, una mente ciega”, le dije, un poco bruta. Me respondió: “Sí, y por eso para mí es muy difícil leer. No puedo imaginar las descripciones, los personajes”. Soy periodista, así que tengo el hábito de la sospecha. Pensé que, apenas pudiera, iba a chequear si esa condición existía. El muchacho me puso delante el libro para que se lo firmara. Es un volumen de textos cortos que hablan sobre la infancia, los padres, el amor, la pérdida. Me dijo: “Quiero agradecerte mucho. Este es el primer libro que pude leer completo porque habla de cosas abstractas. Ahora estoy intentando, de a poco, leer otros”. Le pregunté qué hacía. Me dijo que estudiaba Arquitectura. ¿Arquitectura? ¿Imposibilitado de “ver” formas? Me dijo que sí, que de hecho le resultaba muy difícil. Le firmé el libro, nos despedimos. Al regresar al hotel busqué información sobre la “afantasía”. En efecto, existe (dos días después, en Ciudad de México, encontré a una chica que tenía lo mismo). No es una enfermedad, no interfiere con la inteligencia, se estima que entre el 1% y el 5% de la población podría verse afectada, quienes la portan se llaman “afantas”. Busqué en mi bolso la foto de San Miguel de Allende. La di vuelta. Detrás, el muchacho había escrito: “Gracias por verbalizar mi mente neurodivergente”. Hay una canción del Indio Solari titulada Y mientras tanto el sol se muere. Dice: “Todavía no usé mi milagro de hoy”. Ese día, en Monterrey, sentí que yo ya lo había usado.
Com cada any, els experts de Quadern trien els millors llibres. Cadascun d’ells ha votat, per ordre de preferència, deu llibres de qualsevol gènere literari, escrits originalment en català i publicats durant l’any 2025. Del resultat, se n’ha extret aquesta llista que trobeu a continuació.
Una semana demoledora para el Gobierno, con dos crisis que se solapan, la de la corrupción y la del acoso sexual dentro del PSOE, acaba del peor modo posible, con los socios presionando ya abiertamente a Pedro Sánchez para que haga un movimiento drástico para reencauzar la legislatura. Esa exigencia ya ha llegado al corazón del Gobierno, a través de Sumar, miembro de la coalición, que reclama a Sánchez, como explicó Yolanda Díaz, una “remodelación profunda” del Ejecutivo.
No es la primera vez que la exmilitante y exconcejala del PSOE Leire Díez, el empresario vasco Joseba Antxon Alonso y el que fuera presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) Vicente Fernández Guerrero se sientan ante un juez como imputados. Sin embargo, cuando lo hagan este sábado en la Audiencia Nacional lo harán con algunas diferencias frente a sus anteriores experiencias. En esta ocasión los tres acudirán tras haber pasado tres días en los calabozos de la Guardia Civil y, además, se enfrentarán a preguntas sobre una causa de la que desconocen el alcance ya que el juez Antonio Piña mantiene el secreto sobre ella y, por tanto, sus defensas no han tenido aún acceso a los indicios que supuestamente les incriminan.