ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Lygia Clark es al arte moderno brasileño un poco lo que Clarice Lispector a su literatura: una artista de primerísimo orden, que intuyó y delineó muchas de las ideas que ocupan a los artistas de todo el mundo en el siglo XXI, y a estas alturas una leyenda y casi una figura totémica en su país. Para esto, aparte de la calidad de su trabajo, ayuda también su imagen imborrable, llena de misterio y glamur. En el catálogo de esta exposición, la artista italobrasileña Anna Maria Maiolino cuenta cómo en los años sesenta le impresionó muchísimo conocerla. Sensible como buena italiana a la apariencia personal, le resultó fascinante el contraste entre sus ideas artísticas y políticas de absoluta vanguardia y su belleza sofisticada y calculadamente escenificada, con joyas diseñadas por ella misma, labios y cejas impecablemente delineados y vestidos de corte elegantísimo y reminiscencias del new look de Dior. Los retratos de Clark trabajando, como los de Lispector en su escritorio, no se olvidan jamás una vez vistos, y son ya parte de la leyenda.
El corazón de Barcelona aún era la Rambla (espóiler: ya no lo es) y la propiedad del palacio Moja, construido donde estuvieron las viejas murallas, seguía siendo de la todopoderosa familia Güell. Lo era desde mediados del siglo XIX, cuando lo compró el fascinante y controvertido Antonio López. Hacía pocos años que este cántabro había llegado procedente de Cuba, enriquecido gracias al comercio colonial y el negocio de los esclavos (el legal y el ilegal). Con su retorno a la Península y el capital acumulado, iba a convertirse en una de las grandes figuras de una burguesía que modernizó la capital catalana, hizo fortuna gracias a sus apuestas en el sector de las finanzas y el naviero y, por supuesto, orbitó en torno a la monarquía. Se ha cumplido siglo y medio de ese día de 1875. La fragata Navas de Tolosa llevó a Alfonso XII de regreso a España para que la Restauración se pusiese de largo. El monarca bajó del barco, avanzó por la Rambla a caballo y con una barretina en la mano. Las puertas del palacio de Antonio López se abrieron de par en par. Pero en tiempos de la Segunda República, cuando los negocios ya no eran lo que habían sido desde la I Guerra Mundial y empezaba una cierta decadencia de esa estirpe millonaria, los herederos vendieron parte del jardín del palacio para que en ese espacio privilegiado se instalaran los grandes almacenes SEPU, desaparecidos como el espíritu de esa avenida. A finales del franquismo alguien lanzó una cerilla encendida desde esos almacenes al palacio, semiabandonado, y provocó un incendio. Paredes, cortinajes, cristaleras y pinturas murales se tiñeron de negro. En 1982, la Generalitat restaurada lo compró por 100 millones de pesetas. Dos años después, tras la rehabilitación, allí se instaló la Dirección General de Patrimonio.
Tras su paso por la última Bienal de Venecia, el artista colombiano Daniel Otero Torres (Bogotá, 1985) participa en Terraphilia, exposición del Museo Thyssen-Bornemisza y TBA21 en Madrid, que recorre cinco siglos de creación artística poniendo a la naturaleza, y no al ser humano, en el centro del relato.
Cuando cualquier espectador aficionado, al menos quien esto escribe, podía echar de menos el fanatismo y la creación de sectas y la aparición de visionarios que siguen a cualquier hecatombe (tratados, quizás, como nunca en la inolvidable The Leftovers) la tercera temporada de Invasión en Apple TV+ desarrolla, sobre todo a partir de su segunda mitad, una potente trama al respecto, metida con acierto y equilibrio dentro de un ritmo que no se ha olvidado de la acción y más centrado que al principio en dos hilos argumentales a los que añaden una perspectiva atrevida.
¿Qué nos ocultan los políticos? ¿Cómo toman sus decisiones? ¿Qué sucede en la habitación donde se mueven los hilos? Quizá la inestabilidad política y la polarización de la sociedad, junto a las preguntas anteriores, sean motivos que expliquen la cantidad de thrillers políticos en la televisión. No faltan los ejemplos recientes, desde La diplomática (muchas ganas de ver en octubre cómo continúa) hasta Día Cero, desde Sucesor designado hasta Borgen, o incluso yendo un poco más atrás, House of Cards. Los “líderes del mundo libre” tienen una facilidad pasmosa para verse en las situaciones más rocambolescas.
“¿Vendes tu vivienda? La Comunidad de Madrid te la compra". Con esa sugerente propuesta como telón de fondo, el gobierno regional, que preside Isabel Díaz Ayuso, lanzó en agosto de 2024 el siguiente titular en una nota de prensa: “La Comunidad de Madrid compra 175 nuevas viviendas para ofrecer un alquiler social a familias vulnerables”. Sin embargo, un año después, la realidad es bien distinta. Apenas se han adquirido cinco viviendas, según documentación a la que accedió EL PAÍS (en la que se cifraban las compras hechas hasta julio en cuatro) y luego actualizada por la Agencia de Vivienda Social (AVS). Así que hace un año se publicitó una compra que no se había producido, coincidiendo con que el consejo de gobierno aprobara la operación y su presupuesto de 47,3 millones (60% del Estado y 40% de Madrid). Una apuesta de riesgo, pues ganarla no depende exclusivamente de la Administración: hay que encontrar a particulares que quieran vender en uno de los 21 municipios seleccionados, cuyas residencias cumplan con los requisitos, y que no encuentren una mejor oferta en un mercado libre disparado. Quizás por eso Madrid apenas ha recibido 21 ofertas.
Catherine Chalier (77 años), filósofa experta en el judaísmo y en la Torá, heredera intelectual de Emmanuel Lévinas, ha publicado un libro sobre la idea de transmisión y vive en un piso 11º en el distrito 15 de París. Lo primero se desgrana a lo largo de la siguiente hora de forma apasionante en un mundo que desprecia cada vez más la sabiduría acumulada que necesita ser legada, tal y como cuenta en Transmitir de generación en generación (Herder, 2025). En nombre de la libertad o de una cierta multiculturalidad, explica, se ha tenido a veces la tentación de hacer tabla rasa del pasado.
Ester Expósito (Madrid, 25 años) dice que para relajarse se pone historias de crímenes y tramas de psicópatas. “Es que si me pongo un drama me conecta con mis propias miserias y no quiero. Lo otro es tan alejado que me pongo a especular qué tendrá el psicópata… De hecho, si estudiase una carrera, estudiaría criminología, me parece interesantísima”. Pero Ester no estudió criminología, sino interpretación, su carrera de fondo desde los 16 años. A los 18 vino el gran petardazo, con Élite, la serie que la lanzó al estrellato de una forma tan bestial e invasiva que en cuanto el proyecto terminó se propuso reorientar su profesión para no quedarse encasillada. “He sido muy afortunada con las oportunidades que me han vendido después. También he elegido bien, porque hay que saber elegir. A veces es más importante a lo que dices que no”.
EstilismoJuan Cebrián
FotografíaBen Parks
PeluqueríaJesús de Paula (COOL) para Kérastase
ProducciónCristina Serrano
Asistentes de fotografíaAdam Roberts y Pedro Urech
Asistente de estilismoCarmen Cruz
Asistente de peluqueríaLucía Sánchez
Asistente de producciónMarina Marco
MaquillajeFer Martínez (Esther Almansa Management)
Hace unas semanas, una asociación sueca que aboga por la superioridad de cualquier arquitectura clásica —y cuyo nombre no reproduciremos aquí por razones de higiene intelectual— decidió otorgar su flamante “Premio Internacional a la Atrocidad Estética” a un edificio estadounidense. El edificio en cuestión es Simmons Hall, diseñado por Steven Holl para el MIT y, según estos paladines de la belleza perdida, es “el más feo de Estados Unidos”. Lo han dicho en serio. Con nota de prensa y todo.
Habitación disponible a cinco minutos del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Este anuncio, que se puede leer en una plataforma destinada al alquiler turístico, es uno de los atajos que han encontrado los propietarios para sortear la ley que, desde abril, permite a las comunidades de vecinos prohibir o autorizar con un acuerdo el establecimiento de un piso turístico en el edificio.
En la película argentina Plata dulce, estrenada en julio de 1982, un mes después del final de la guerra de Malvinas, una familia regresa de un breve viaje a Miami cargada de televisores, reproductoras de vídeo y equipos de audio. El protagonista, Carlos Bonifatti (Federico Luppi), no oculta su entusiasmo por la bonanza económica que vivía aquella Argentina en dictadura. “Ahora con el dólar barato es un fenómeno viajar. ¿Sabés cómo nos esperan allá? Ya no le vamos a pedir plata a nadie, los que ponemos los dólares somos nosotros, los argentinos”, dice con una gran sonrisa, mientras empuja un carro cargado de cajas en el aeropuerto de Ezeiza.
En una sociedad más preocupada por el bienestar —y también por la imagen— hay actividades económicas que salen beneficiadas de ello. Florecen gimnasios, profesionales de redes sociales, hoteles situados en destinos de moda… Y también las clínicas de estética. El consejero delegado de la empresa detrás de Dorsia, José Antonio Sánchez Gutiérrez, dirige esta firma que cuenta con más de 160 centros y dos hospitales propios. Tras una rápida expansión, la empresa busca estabilidad, pero el directivo habla de un sector que crece a doble dígito año tras año. Tanto sobre lo estético como también de lo ético, Sánchez Gutiérrez reflexiona en la sede de la compañía en Madrid.
Cada 5 de febrero millones de devotos del chocolate celebran el Día Internacional de la Nutella. Surgió como una ocurrencia de una consumidora satisfecha, la bloguera estadounidense Sara Rosso, amante de esta particular y archiconocida crema de cacao y avellanas que en 2007 pensó que merecía un día de celebración mundial. En 2015 la marca acabó comprando la idea para gestionar la iniciativa directamente. Esta nueva efeméride ofrece una idea del alcance de esta pasta dulce, que comenzó a elaborarse en plena posguerra de la II Guerra Mundial en un pueblo del norte de Italia y que ha trascendido a la repostería. En el país transalpino, el icónico tarro de Nutella es una especie de institución intergeneracional, un básico de los desayunos desde hace décadas. En todo el mundo se venden cada año 365.000 toneladas de esta crema untable. El hombre detrás del boom fue Michele Ferrero, hijo de Pietro Ferrero, pastelero y patriarca de una saga de emprendedores chocolateros que acabarían dirigiendo un imperio multimillonario.
Antes de encarnar al atormentado rey Jorge III del Reino Unido en la exitosa miniserie La reina Carlota: Una historia de Bridgerton (2023), Corey Mylchreest (Londres, 27 años) ya había debutado en Netflix, pero pasó desapercibido. Fue un cameo de tres segundos en el primer capítulo de The Sandman, en 2022, donde interpretó a Adonis. “Las dos mejores líneas jamás dichas en pantalla”, dijo su madre sobre la brevísima aparición de su hijo, según compartió el actor en su perfil de Instagram —con 2,3 millones de seguidores— tras el estreno de la serie basada en la gran obra del cómic de Neil Gaiman. Entonces todavía se permitían bromear sobre la poca trascendencia del papel de Mylchreest, pero ya le quedaba poco de anonimato. Nueve meses después, en mayo de 2023, se estrenó la precuela de Bridgerton basada en la historia de juventud de la reina Carlota, y el actor británico, protagonista de la ficción junto a India Amarteifio, vivió en sus propias carnes lo que es el fenómeno Netflix.
Hace calor y parece que no podemos hacer nada contra el sol abrasador y el aire caliente. ¿O sí? Nuestra alimentación durante los meses más calurosos del año varía sustancialmente, y podemos aprender nuevas formas para combatir el calor desde la mesa si observamos cómo lo hacen en el resto de comunidades autónomas de España.
El último gran incendio que arrasó buena parte de la provincia de Ourense ha dejado una imagen que cuesta borrar: laderas ennegrecidas, casas rodeadas por ceniza y un silencio extraño en pueblos acostumbrados al murmullo de la vendimia. “El sábado por la noche el fuego estaba a 150 metros de la bodega”, relata Raúl Prada (Cáceres, 50 años), cuarta generación de Valdesil, una de las casas históricas de la comarca. “Lo que nos salvó fue el viñedo. Las cepas hicieron de cortafuegos. El fuego venía muy fuerte, con llamas de varios metros, y se frenó en el camino de acceso”.
Junto a la de Andalucía, en la plaza de España ondea al viento una bandera de Escocia. Sus colores blanco y azul también son referente en las banderolas que cuelgan por las calles, donde resuena el eco de las gaitas. Los paseantes, camino del mercado medieval, llevan faldas a cuadros y pintas de cerveza. Lo único que falta en el paisaje es el color verde, porque Teba no está precisamente en el lluvioso Reino Unido, sino en el seco y tostado interior de la provincia de Málaga. La repentina transformación de esta localidad andaluza en un pedacito escocés se debe a sir James Douglas, quien a mediados del siglo XIV se sumó a las tropas castellanas para intentar conquistar el castillo de la entonces llamada Itaba. Era un legendario guerrero que transportaba el corazón del rey Robert I de Escocia hacia Tierra Santa, pero falleció en la contienda fronteriza. Y desde hace 20 años su figura se recuerda en el llamado Douglas Day, que incluye representaciones teatrales, música celta, talleres, juegos infantiles, gastronomía y numerosas actividades culturales. La XIX edición arrancó el pasado jueves y finalizará este domingo, 24 de agosto. Se espera que la disfruten unas 10.000 personas, el triple de la población local.
Cuando apenas cursaba la primaria, Izar Alonso (Madrid, España, 29 años) descubrió su amor por las matemáticas. “Empecé a participar en concursos y actividades extracurriculares. Me gustaba porque era muy diferente a lo que se veía en el colegio”, rememora esta joven desde Nueva Jersey (Estados Unidos), lugar que ha sido su hogar desde 2023. Es feriado y por unas horas el ritmo que lleva se detiene. En unos días, sin embargo, volverá a su despacho en la Universidad de Rutgers, donde enseña a más de 80 estudiantes de distintas edades. En ese lugar, entre pizarras, fórmulas y preguntas, continúa compartiendo esa pasión, que con el tiempo se ha traducido en un brillante camino académico que la ha mantenido ligada al fascinante mundo de los números.
Para agosto de 1975 se habían vendido unas 5.000 unidades del Altair 8800. Hacía algo más de medio año que este equipo había salido a la venta como un producto de nicho. Pero pronto se popularizó entre los aficionados a la informática, hasta entonces contenida en grandes armarios metálicos. Llegaba el primer ordenador personal a un precio competitivo. Y su éxito creó el caldo de cultivo perfecto para el nacimiento de las empresas que meterían la informática en los hogares.
Los días de lluvia, el frío o las pocas horas de luz son algunos de los factores que han hecho de la expresión “sofá y mantita” una de las más populares durante esos meses. La primavera y el verano, por el contrario, invitan más a abandonar la cueva y salir de casa, siempre que el calor sea tolerable. Quien tenga la sensación de que en esta época estival se mueve más que en el periodo invernal posiblemente esté en lo cierto: según una revisión sistemática llevada a cabo por investigadores del departamento de Fisioterapia de la Universitat de València, que analizaron 26 estudios de 18 países, el verano es la estación en la que el nivel de actividad física es mayor.