ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Gaza y Oriente Próximo en general viven “la paz” y “el inicio de su era dorada”. Los primeros cinco días de alto el fuego han tenido, sin embargo, mucho de déjà vu, sobre todo por el desequilibrado tira y afloja entre Israel y Hamás sobre la entrega de cadáveres de rehenes y las represalias por su ritmo, que el Gobierno de Benjamín Netanyahu considera insuficiente y malintencionado. Los problemas (como la entrega por Hamás de unos restos erróneos), las amenazas y los bombardeos que han matado a ocho palestinos en apenas dos días vienen enturbiando el ambiente de entusiasmo que dejó el lunes el canje de los 20 rehenes israelíes vivos por la excarcelación de casi 2.000 palestinos.
Algunas heridas nunca llegan a cicatrizar completamente. El tiempo y ver la descomposición de quien las provocó, sin embargo, pueden ayudar a relativizar. Ha pasado mucho tiempo desde que un precoz Emmanuel Macron fuera consejero económico y luego ministro de Economía bajo el mandato del presidente socialista François Hollande. También de la traición que el jefe del Estado sintió al ver a su pupilo, con quien no se habla, crear un partido político sin avisarle, cerrándole el paso a la reelección. Hoy, mucho tiempo después, en plena descomposición del macronismo, el ciclo vuelve a cerrarse.
Los días de Dubravka Suica parecen no tener fin últimamente. La comisaria europea, que estrena una cartera nueva en Bruselas, la del Mediterráneo, presenta este miércoles un nuevo “pacto” para esta región con el que busca reforzar lazos e influencia perdida en una zona de gran interés geopolítico para Europa, pero donde sabe que está perdiendo terreno frente a potencias como China o Rusia. A la par, tiene también el mandato de respaldar la “estrategia europea para Oriente Próximo” para el “día después de la guerra en Gaza”, que el presidente de EE UU, Donald Trump, ha dado por concluida esta semana. Y debe supervisar el multimillonario programa europeo de apoyo a la Autoridad Palestina que ha mantenido a esta entidad a flote todos estos años, aunque su papel en el plan de paz trazado por Washington no esté del todo claro aún.
Al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le escandaliza que España esté tan lejos de alcanzar el equivalente al 5% del Producto Interior Bruto de gasto en defensa y lo ha convertido en su nueva munición para amenazar con otro frente comercial. Sin embargo, España lleva ya varios ejercicios elevando las partidas de armamento y mantenimiento militar, y prueba de ello es que ya rebasará el 2% este año, la cifra comprometida no hace tanto en los salones de la OTAN y toda una aceleración en pocos meses desde el 1,4% con el que se cerró 2024. Un año, el último ejercicio completo del que se tienen datos, en el que Estados Unidos hizo una caja histórica en ventas a España en armamento.
En apenas unos días se tiene que iniciar el proceso de cierre de la central nuclear de Almaraz. El 1 de noviembre, si se cumple lo establecido en un Boletín Oficial del Estado de julio de 2020, las empresas tendrán que comenzar el pre-desmantelamiento: presentar al Consejo de Seguridad Nuclear el proyecto de cierre, unos 300 documentos técnicos con todas las medidas que hay que acometer y sus plazos, para que la instalación cierre definitivamente en noviembre de 2027, según dicta el Plan Nacional de Energía y Clima. Y ocurrirá en medio del refuerzo técnico que, por segunda vez, está exigiendo el Operador del Sistema Eléctrico (REE) a las autoridades reguladoras para evitar fluctuaciones bruscas de tensión en la red, que han vuelto a producirse y que fueron el origen del apagón del 25 de abril.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) echa humo. El regulador de los mercados trabaja para determinar cómo calcular el precio equitativo al que el BBVA tendría que lanzar una segunda oferta sobre el Sabadell, en caso de que finalmente la aceptación de la opa se quede entre el 30% y el 50% cuando se conozca el resultado definitivo de la operación mañana. Frente a ello, hedge funds, inversores oportunistas y despachos de abogados se preparan para lanzar posibles demandas al regulador, en el caso de que el precio consignado sea inferior a sus pretensiones, según indican fuentes jurídicas.
A finales de agosto, la tenista Serena Williams publicitó un nuevo fármaco para adelgazar. Su eslogan, en la voz de Williams, era el siguiente: “Dicen que el GLP-1 —un fármaco que imita a una hormona reguladora del azúcar en sangre, el apetito y que ralentiza la digestión— es un atajo para perder peso, pero no lo es. Es ciencia”. Curiosamente, el marido de Serena Williams es inversor y directivo de la compañía farmacéutica que lo produce.
El año en que Helen Marten (Macclesfield, Reino Unido, 40 años) ganó el Turner, el premio nacional más prestigioso del mundo para artistas contemporáneos jóvenes, hubo alabanzas unánimes por parte de la crítica, algo insólito en un sector tan dado al desacuerdo. Su triunfo casi se recibía con alivio: sucede que la finalista que había generado más runrún mediático era un gigantesco trasero con dos manos separando los glúteos, obra de la escultora Anthea Hamilton. Las esculturas de Marten, poéticas, sorprendentes e indescriptibles, calificadas como “laberínticas” y también como “collage posmoderno”, representaban, por sutileza y complejidad conceptual, una suerte de antídoto contra cierta tendencia al arte-espectáculo.
Donald Trump ha cruzado en estos nueve meses de su segundo mandato muchas líneas rojas, pero en pocos ámbitos resulta tan evidente la apropiación personal de la autoridad política como en lo relacionado con su patrimonio y el de su familia. No es el primer presidente de Estados Unidos que procede del mundo de los negocios, pero ninguno hasta ahora había vuelto tan difusa la frontera que separa el servicio público del beneficio privado, límite clave en el funcionamiento de todo sistema político democrático.
Los indicadores de la educación muestran la situación del ámbito educativo con referencias que se consideran en análisis nacionales o internacionales. Su carácter estadístico y cuantitativo suele generar, si no rechazo, sí cierto cuestionamiento, al perder relevancia las idiosincrasias y singularidades. También se sostiene que deben primar los procesos sobre los resultados y, del mismo modo, lo descriptivo y relativo antes que los logros absolutos. Sin embargo, un análisis centrado en algunos indicadores importantes, que consideran datos de todo el sistema educativo, permite advertir contradicciones relevantes del propio sistema.
Cuando los médicos de la UCI atienden a un paciente que ha recibido RCP (reanimación cardiopulmonar), festejan. Quiere decir que alguien ha reaccionado rápido, ha confirmado que el entorno era seguro, chequeado que la persona afectada no respiraba ni respondía, llamado al 112 y repetido las compresiones torácicas hasta la llegada de un desfibrilador y una ambulancia. Quizá haya cantado La Macarena o Staying Alive para guiar el ritmo. Lo importante es que ha aprovechado los primeros minutos, cruciales para salvarle la vida a la persona que sufrió una parada cardíaca.
Excusi el lector el títol que hem posat a l’article d’avui —quant als jovenets, no hi ha cap perill perquè no llegeixen diaris—, però forma part d’un poema molt conegut de Catul, que ha portat de corcoll diverses generacions de traductors, i que encara deu ser motiu de discussió a certs països amb tirada obsessiva al puritanisme.
Encontrar el equilibrio adecuado entre la permisividad y la exigencia se convierte en un auténtico desafío en la crianza, pues implica combinar el amor y la comprensión con la firmeza y el establecimiento de los límites necesarios para un desarrollo adecuado. Si la balanza se inclina hacia la exigencia excesiva, el niño crecerá con muchos miedos e inseguridades y mostrará muchas dificultades para desarrollar correctamente su autonomía. Una presión desmedida que afectará negativamente en el desarrollo de su personalidad y en la forma en la que tome decisiones.
La noche ha sido, es y será escenario de ficciones que aprovechan la oscuridad para dejar salir las pasiones ocultas del ser humano, desde los pensamientos que imaginamos en los silencios de los protagonistas de las pinturas de Hopper a la metáfora que envuelve la espantosa dualidad que caracteriza a los personajes de Stevenson o Stoker. Ficciones que existen porque la noche representa ese momento en el que nos distanciamos de la realidad y habitamos ese otro mundo onírico en el que todo es posible. Sin embargo, el acelerado ritmo vital contemporáneo conquista a la carrera el reino de Morfeo y el insomnio se afianza como un estado colectivo, como una patología que se contagia con la velocidad de un mensaje viral.
En vela Ana Penyas Salamandra Graphic, 2025 164 páginas, 24,65 eurosEn blancAna Penyas Traducción de Anna Puente Llucià Salamandra Graphic, 2025 (en catalán) 164 páginas. 24,65 eurosKoldo García, el antiguo asesor del exministro José Luis Ábalos, está citado este jueves en el Tribunal Supremo ante el magistrado Leopoldo Puente, quien pretende interrogarle después de que el último informe de la Guardia Civil incorporado a la causa lo describiera como el “custodio” de las finanzas de quien fue su jefe. Ese papel que los investigadores otorgan a García le sitúan en una situación comprometida para presentarse ante el juez, quien ya ha anunciado que, al final de la comparecencia, se celebrará una vista para revisar las medidas cautelares que pesan sobre él desde febrero de 2024 (retirada de pasaporte, prohibición de salir de España y comparecencias quincenales en un juzgado). La Fiscalía Anticorrupción, que este miércoles rechazó pedir prisión preventiva para Ábalos, decidirá si cambia de criterio para quien fuera su asesor en función del resultado del interrogatorio, según las fuentes consultadas, que señalan que la clave estará en valorar si los últimos hallazgos de la Guardia Civil han incrementado el riesgo de fuga hasta el punto de que, para evitarlo, sea necesario decretar prisión preventiva.
Después de semanas con el discurso centrado en los casos de corrupción en torno al PSOE, Alberto Núñez Feijóo empezó este miércoles a cambiar el paso. El mismo día en el que el exministro José Luis Ábalos declaraba ante el Tribunal Supremo, el líder del PP podría haber seguido el mismo guion y haberse ocupado solo de las consecuencias políticas de que los indicios delictivos que pesan sobre el ex secretario de Organización del PSOE. Pero Feijóo dedicó gran parte de su intervención en la sesión de control en el Congreso a hablar de los impuestos, para acusar al presidente del Gobierno de “exprimir el país” y de “crujir a los españoles” con su política fiscal, haciendo hincapié en la propuesta del Ejecutivo para subir las cuotas a los autónomos. No era casual. Los populares, acosados por la crecida de Vox y en medio de una discusión interna sobre cómo combatir a los ultras, mueven ficha. El PP reorienta su estrategia y retoma la economía como uno de los ejes de su oposición, como venían reclamando en privado barones populares.
En mi familia admiramos a quienes se mueren bien. Es un arte que, desgraciadamente, no está al alcance de todo el mundo y tampoco se puede hacer mucho por dominarlo, pero por lo general consideramos una buena muerte a aquella que no genera más sufrimiento del imprescindible en los demás ni en uno mismo. A ser posible debe llegar tras una vida bien vivida, y una vez inevitable no debe alargarse demasiado, aunque sí lo suficiente como para poder despedirse. Mercedes, mi prima querida de Zaragoza, falleció el mes pasado con la profunda sabiduría de quien lleva toda la vida muriéndose. Le diagnosticaron de niña un problema renal y sufrió innumerables sesiones de diálisis y dos trasplantes. Vivió hasta los 48, cuando decidió que no quería seguir prolongando su existencia con tratamientos agresivos. Cuando la oncóloga le dio las últimas malas noticias, le pidió permiso para hacerle dos preguntas: “La primera es si existe vida después de la muerte. La segunda es qué perfume usa, me gusta”. Paciente consciente y entera, fue crítica con el proceso de diagnóstico de la enfermedad que finalmente se la llevó, por si acaso así mejoraba la situación de otras personas. Incluso cuando quienes la rodeaban no podían más, ella desplegaba su sentido del humor, intenso y negrísimo.
Isabel Natividad Díaz Ayuso es una mujer de 47 años, los cumple mañana, que quiere ser madre y no puede o, al menos, no ha podido hasta ahora. Lo sabemos porque lo contó ella este mismo martes sin que nadie se lo preguntara. Dos veces se ha quedado encinta la señora Ayuso queriendo y las dos la naturaleza no ha dejado que sus deseados embarazos llegaran a término. Un contratiempo, una hostia de la vida, un devastador drama, dependiendo de a quién le toque y de cómo le afecte, que afrontan cada año miles de mujeres que ven cómo sus ilusiones más íntimas se truncan de un momento a otro sin que puedan hacer nada más al respecto que intentarlo de nuevo o resignarse a no ser madres biológicas. Los médicos estiman que, para las embarazadas de entre 40 y 45 años, el riesgo de sufrir un aborto espontáneo oscila entre el 37% y el 50%. Isabel Díaz Ayuso ha pasado dos veces por ese trance. ¿Cómo no compadecerse y solidarizarse con ella? Imposible.