ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Los hogares españoles que buscan adquirir una vivienda afrontan la recta final del año con la mirada puesta en lograr una hipoteca por debajo del 3%. Con un mercado hipotecario instalado en la estabilidad y un euríbor que, tras meses de descensos, se ha estancado en torno al 2,1%, las ofertas más competitivas aparecen con cuentagotas en las entidades financieras.
A veces las luchas vecinales hacen mucho ruido durante un tiempo pero mueren en silencio. Hace algo más de dos décadas, los madrileños del este de la capital iniciaron una larga campaña para conseguir un hospital público. Durante los primeros años se manifestaron todos los meses. Cortaban calles y reunían a cientos de personas, pero poco a poco la reivindicación perdió fuelle y cayó en el olvido. Hoy ese centro no figura en las prioridades de las asociaciones vecinales ni de los políticos a pesar de que el mapa de la sanidad pública en la capital muestra un clamoroso desierto en casi todo el flanco este de la M-30. La principal calle de esta zona es Arturo Soria, un bulevar que se ha convertido en la milla de oro de la sanidad privada en la capital. Es sede de seis hospitales privados y desde junio está en marcha la obra de un séptimo, propiedad del presidente del gigante sanitario Quirónsalud. Será levantado en el mismo solar vacío que durante años se pensó que podría haber sido la sede del gran hospital del este.
Primero, la teoría. ¿Qué entendemos por mareas vivas? Se trata de un fenómeno natural que ocurre cuando se intensifica las fuerzas gravitacionales durante las fases de luna llena o luna nueva, generando, gracias al peculiar alineamiento entre la Tierra y el Sol, algunas de las pleamares más altas y las bajamares más vaciadas del año. Sobre todo en bajamar, la costa gallega, desaguada hasta límites insospechados, brinda al viajero la posibilidad, durante unas horas al día, de pasear sin peligro por numerosos paisajes marinos, entre charcas y piedras; acceder a pie a islas antes peligrosas; rodear islotes esquivos el resto del año; adentrarse en furnas (cuevas), pasar de una playa a otra... En suma, comprender cómo el mar actúa en la línea de costa sin sentir su amenaza y con el perfume de aventura que todo viajero agradece.
Los mejores hoteles de París, las casas de los interioristas ilustres de hoy y las listas de la compra de los coleccionistas de antigüedades más puntillosos tienen una cosa en común: la locura por el art déco, ese estilo lujosamente geométrico —piense en imponentes biombos de laca negra o carísimas butacas beis— y eternamente moderno que hoy cumple cien años. Y que, por supuesto, nació de las cenizas del estilo contrario.
La leyenda de la ciudad sin nombre es un divertido wéstern musical en el que una panda de mineros anárquicos monta un pueblo en mitad de la nada después de haber descubierto una veta de oro. En una de las escenas más divertidas, Lee Marvin —que interpreta a un buscador de oro memorable— saca una botella de alcohol (a la hora del desayuno) delante de un grupo de cuáqueros. Una mujer le pregunta: “¿No ha leído usted la Biblia”. A lo que Marvin responde: “Sí, señora”. “¿Y no le quitó la afición por la bebida?”. “No, señora, me quitó la afición por la lectura”.
La Unión Europea ha presentado esta semana, a través de la Comisión, el texto del Tratado con Mercosur que venían negociando desde hace un cuarto de siglo. Además, ha actualizado su pacto comercial con México, cuya primera versión empezó a alumbrarse en 1994. Es el último y decisivo paso previo a su ratificación por los Veintisiete y por el Parlamento comunitario. El trámite final no está exento de riesgos, pero el hecho que de que haya cedido la tradicional resistencia hiperproteccionista de Francia hará difícil que se forje una minoría de bloqueo en torno a la nueva presidencia ultraderechista polaca frente a una mayoría cualificada que en principio está garantizada.
1.- Indicios.- La determinación de Pedro Sánchez de seguir marcando el paso, con o sin presupuesto, expresada en una intensa entrevista con Pepa Bueno complica las fantasías de los que ya le dan por amortizado. Y esta misma semana, la imagen del presidente Salvador Illa dando un apretón de reconocimiento al presidente Carles Puigdemont con el beneplácito de Moncloa confirma que contra viento y marea, Sánchez sigue transitando con dos ideas diferenciales: una cierta querencia de izquierdas, en un momento en que estas viven entre enormes dificultades para conservar su lugar en el mundo (la socialdemocracia se ha ido y nadie sabe cómo ha sido) y un empeño en buscar vías de reconciliación con el independentismo catalán encallado en la frustración, con los gestos de reconocimiento necesarios para dejar atrás los momentos de confrontación y reemprender la normalidad institucional, abriendo así una nueva etapa más allá de las rabietas patrioteras de uno y otro lado. Un doble hecho diferencial que explica las dificultades que sus adversarios tienen para confrontarse políticamente con él. Y que ha convertido al PP de Feijóo en una caricatura de oposición sin atributos políticos, atrapada en una sola línea estratégica: la denuncia de las trapacerías de Sánchez que ha llevado al PP incluso al boicot de un acto institucional del poder judicial. Mala señal cuando la derecha entra en estas dinámicas subversivas. Con una consecuencia inquietante, ahora mismo, el único proyecto alternativo al de Pedro Sánchez es el de Vox, que tiene así vía libre para ir acorralando al PP, favorecido por el viento que viene de Europa en que las derechas neofascistas están desbordando por doquier a conservadores y liberales.
A la derecha se le va a hacer largo lo que queda de legislatura. En Madrid planea el rumor de que el PSOE podría ser imputado por presunta financiación ilegal, pero no es esperable ya que Pedro Sánchez renuncie, ni ante ese escenario, ni aunque la gobernabilidad siguiera paralizada. El Partido Popular y Vox empiezan a verse atrapados en aquella máxima del político italiano Giulio Andreotti, “el poder desgasta al que no lo tiene”, pese a que hasta ahora parecía que ese deterioro solo lo asumía La Moncloa. A fin de cuentas, el presidente del Gobierno ha logrado imponer por la vía de los hechos una supuesta imagen de normalidad en medio de las imputaciones de su mujer, su hermano y el fiscal general. Esa continuidad tiene que ver con la correlación de fuerzas que lo sustenta: el partido está controlado por Sánchez, que laminó el poder de sus barones en 2017 para que no puedan volver a echarle, y ninguno de los socios tiene interés en que se marche, por más de culo que se pongan Junts y Podemos. Cada día que Sánchez sigue en La Moncloa afianza, además, una especie de nuevo sentido común entre sus afines, sobre aquellos temas que la derecha señala como escándalo: véase la reunión de Salvador Illa para rehabilitar políticamente a Carles Puigdemont, o la presencia de Álvaro García Ortiz en la apertura del año judicial.
¿La Constitución española de 1978 diseña una arquitectura institucional de los poderes estructurales del Estado, es decir, del poder legislativo, del poder ejecutivo y del poder judicial, equilibrada y acorde con el sistema de pesos y contrapesos que caracteriza al Estado constitucional capaz de resistir la prueba del tiempo en un contexto global de regresión y declive de las democracias?
Cómo es posible que alguien se informe de algo por X, si ni siquiera da para enterarse de cuánto vale el anillo de compromiso de Georgina. Lo único cierto del pedrusco que cristaliza el amor de Cristiano Ronaldo es que es grande, enorme, colosal, casi que más que ponérselo hay que instalárselo. Pero su valor, en euros y en quilates, es puro bulo y especulación, como casi todo en las redes, el lugar donde la mitad de los jóvenes dice informarse. Unos aseguran que ha costado seis millones, otros que siete, otros que entre 10 y 12… Hay un cutre que dice que 700.000 euros, menos que un pisito en un barrio de Madrid. Ante esa sopa de datos necesariamente falsos, hay que acudir al periodismo serio: el Hola titula con seis millones, pero un experto consultado en el reportaje lo eleva hasta 20 millones.
La voz grave, tranquila, experimentada, resuena entre el azote del viento, las rachas de humo y las sirenas de los helicópteros que actúan sobre un incendio cercano. El hombre es alto, fibroso, lleva el pelo negro largo recogido, luce barba, tiene ojos oscuros, decora su rostro con varios piercings, varios aros cuelgan de sus orejas y la tinta cubre su piel con motivos de incendios o bosques: “Este soy yo, el caos y el orden”. Nacho Martín, de 42 años, es bombero forestal y busca poner orden donde reina el caos, especialmente entre fuegos incontrolables que acaba domesticando. Suma 22 años en el gremio e incontables viajes a Sudamérica con su ONG SOS Wildfire, donde intenta actuar y formar para contener fuegos desoladores. Ahora trabaja en León, tierra devastada por las llamas, en un “descontrol” impropio de Europa: “Castilla y León se parece demasiado a países tercermundistas”.
“Hombres y mujeres valientes”. En la presentación del festival Meninas de Canido de Ferrol, la delegada de la Xunta en la ciudad, la popular Martina Aneiros, definió con estas palabras a los grafiteros que, en los ochenta y todavía hoy, desafiaron las leyes para derramar su arte en las calles “desde la clandestinidad”. El Gobierno gallego es una de las instituciones que, junto a bancos, multinacionales y comercios locales, patrocinan esta cita, “el festival de arte urbano más importante de España”, sostiene Pastron#7. Él, que hoy ejerce de profesor universitario en la Complutense de Madrid, es uno de esos pioneros a los que Ferrol rendirá tributo desde este viernes y hasta el domingo. Este b-boy entrado en la mediana edad ha visto nacer dos mundos distintos que los ajenos al arte urbano se empeñan en mezclar: “Hay una cosa que es el arte urbano: murales, dibujos, tono amable, legal, con permisos, dinero, hoteles, medios y luz del día. Y hay otra cosa que es el grafiti, que son letras, escribir tu nombre de manera ilegal en un sitio que nadie te ha pedido”.
Hace justo un año, Marc Márquez intuía que tenía frente a sí la oportunidad definitiva para espantar los fantasmas de su grave lesión en el húmero y la sobrevenida crisis deportiva. Llevaba casi tres años sin ganar, todavía dolían esas cuatro operaciones en el brazo derecho, y por el camino había renunciado a su familia en los circuitos y al mejor contrato de la parrilla con Honda. Todo ello para subirse a la Ducati satélite del equipo Gresini sin apenas cobrar un duro y un solo objetivo: encontrarse a sí mismo y demostrarse que todavía podía ser el más rápido en la pista. En el GP de Aragón de 2024, uno de sus feudos predilectos, rompió con contundencia la peor racha de su vida. “La venía persiguiendo, y se me ha hecho muy largo”, reconoció ese día, la emoción por las nubes.
“Esta semana nos vamos a quedar en casa y mantendremos un perfil bajo en la calle”. La joven que pronuncia esta frase, una burkinesa de 30 años residente en Uagadugú y miembro de la comunidad LGTBIQ, lo hace bajo condición de anonimato, después de que el pasado lunes la Asamblea Legislativa de Transición (ALT) de Burkina Faso aprobara por una unanimidad (71 votos a favor) una ley que penaliza la homosexualidad con prisión y multas. El órgano, que ejerce las funciones de parlamento pero cuyos miembros fueron designados directamente por el presidente, Ibrahim Traoré, ha dado así luz verde al proyecto de enmienda para reformar el Código de la Familia y las Personas, presentado en julio de 2024 por la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de hace tres años.
Basada en las memorias del comandante de la policía francesa Mohamed Bida, 13 días, 13 noches es un intenso y eficaz thriller sobre la caída de Kabul, hace ahora cuatro años, desde el punto de vista de un veterano hombre de acción. El 15 de agosto de 2021 y tras el anuncio de la desastrosa retirada de la OTAN de Afganistán ordenada por el expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, el país, y, sobre todo, las mujeres afganas, quedaron a los pies de los caballos de las fuerzas talibanas, cuyas guerrillas avanzaron hasta Kabul para imponer a la población civil su radical lectura de la ley islámica. Tras atizar la guerra en octubre de 2001, Estados Unidos abandonaba así, en dos semanas y por la puerta de atrás, a un país sumido en el caos, la pobreza y el terror ante la revancha talibán.
13 días, 13 nochesDirección: Martin Bourboulon.
Intérpretes: Roschdy Zem, Lyna Khoudri, Sidse Babett Knudsen, Christophe Montenez, Yan Tual.
Género: thriller. Francia, 2025.
Duración: 111 minutos.
Estreno: 5 de septiembre.
En el cine español hay un secreto a voces: apenas se hacen películas sobre la gente rica que es rica desde siempre. A medio camino entre la falta de confianza en su comercialidad y el exiguo conocimiento de un mundo tan exclusivo, lo cierto es que, salvando algunos títulos de carácter puramente político, son poquísimos los acercamientos al poder y al dinero poseídos desde la cuna. Entre otras cosas, por eso resulta tan peculiar una película como El talento, tercer largometraje de ficción de Polo Menárguez, seis años después del excelente El plan, historia aquella de ambientes radicalmente opuestos, aunque con un tema común: los conflictos de clase.
El talentoDirección: Polo Menárguez.
Intérpretes: Ester Expósito, Pedro Casablanc, Mireia Balic, Juan Pablo Fuentes.
Género: drama. España, 2025.
Duración: 101 minutos.
Las películas que exploran las mentes y los cuerpos de las mujeres en torno al aborto en ambientes opresivos tienen en el doblete formado por 4 meses, 3 semanas, 2 días, de Cristian Mungiu, y El secreto de Vera Drake, de Mike Leigh, dos posibles paradigmas para la narración, el tono y las decisiones de estilo. La primera, áspera como una lija en la córnea, de un realismo casi inmersivo; la segunda, compleja y conmovedora como el dilema moral que contiene una temática que amalgama el alivio y el dolor. En su segunda obra, la georgiana Dea Kulumbegashvili da un paso más desde la rigurosidad del lenguaje cinematográfico y desde un activismo social cargado de simbolismo y provocación.
AprilDirección: Dea Kulumbegashvili.
Intérpretes: Ia Sukhitashvili, Kakha Kinturashvili, Merab Ninidze.
Género: drama. Georgia, 2024.
Duración: 134 minutos.
Estreno: 5 de septiembre.
La caza es una serie de fórmula, sin que esto quiera decir nada a favor ni en contra. La cuarta temporada de esta ficción televisiva creada por el escritor y guionista Agustín Martínez (un tercio de Carmen Mola) se desarrolla en Irati, Navarra, un paraje espectacular de más de 2.000 hectáreas con su pequeño pueblo aledaño. Y ahí están dos de los ingredientes de la fórmula mágica: un lugar sobrecogedor por su belleza (como ocurría en las anteriores temporadas con el Valle del Benasque, Mallorca y Sanlúcar de Guadiana) y un pueblo pequeño cuya sociedad, sus miserias y sus secretos, serán parte esencial de la trama. Queda un aspecto para completar la fórmula: tensión, misterio, capítulos que terminan en alto, el abecedario del género criminal en su versión más espectacular.
Una conversación constante recorre el festival de cine de Venecia. Primero, hablan las películas. Luego, miles de periodistas, productores, estudiantes y apasionados alimentan un debate infinito en cada esquina del Lido, la isla donde se celebra la Mostra. Basta con poner el oído para captar reflexiones de todo tipo, ya sea ante un tempranero café o un tardío spritz. Solo hay una voz que apenas se oye. Y eso que es justo la que todos quieren escuchar: la de las estrellas. Muchas desembarcan, sueltan alguna frase en la rueda de prensa y punto final. Desfilan por la alfombra roja, fotos, autógrafos, aplausos y a otra cosa. A menudo, literalmente: algunas no pasan más de 24 horas en Venecia.