ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
La apertura del año judicial, que hoy preside el Rey, no será una representación de respeto entre las altas instituciones del Estado por encima de las personas que las ocupan, sino todo lo contrario. Lamentablemente, el acto anual más importante del Poder Judicial será un ejemplo más de las dinámicas que contribuyen al deterioro institucional en España y que dejan al ciudadano con la sensación de que el tacticismo de los partidos se ha vuelto tan extremo que ha eliminado cualquier espacio no ya de diálogo, sino de cortesía.
“No soy el mejor fotógrafo del mundo, soy el que más trabaja”, me dijo Sebastião Salgado con voz suave. Su español, casi perfecto, se veía favorecido por la cadencia tranquila y melodiosa del portugués: “Un fotógrafo pertenece a una raza aparte: no soy un artista; el periodista recompone la realidad pero el fotógrafo no. Tengo el privilegio de mirar, nada más”.
Deben de ser muy variadas las razones por las que la gente quiere dirigir películas. Imagino que en los viejos tiempos para muchos directores supuso una forma de ganarse muy bien la vida, un oficio más que rentable que también creaba reconocimiento público. Y existirían los que descubrieran que estaban dotados y convencidos de que se podían contar todo tipo de historias a través de una cámara. Propias o ajenas.
RomeríaDirección: Carla Simón.
Intérpretes: Llúcia Garcia, Mitch, Tristán UIloa, José Ángel Egido, Sara Casasnovas, Miryam Gallego.
Género: drama. España, 2025.
Duración: 114 minutos.
Junto a la ventana del estudio de Max Richter (Hamelín, 59 años), un telescopio apunta al cielo luminoso. Son las tres de la tarde, pero para el compositor germano-británico la entrevista le pilla como si fuera de madrugada. “Llevo días adaptando mi reloj biológico al horario de mis próximos conciertos”, cuenta por videoconferencia desde la última planta de su casa de Oxfordshire. “Estas sesiones controladas de jet lag me permitirán salir fresco al escenario”. Serán este viernes y sábado por la noche, en la nave central del Alexandra Palace de Londres, donde celebrará los diez años del lanzamiento de Sleep (Deutsche Grammophon), una obra de ocho horas de duración escrita para cuarteto de cuerda, piano, órgano, voz y electrónica.
Hay lugares hermosos que no consiguen estar en paz. Y el hotel Formentor, el sitio idílico donde Camilo José Cela creó un premio literario, Fulgencio Batista se refugió de la revolución cubana, María Callas y Aristóteles Onassis reeditaron alguna de sus broncas, Yasir Arafat y Simón Peres se reunieron en secreto y Mario Vargas Llosa terminó de escribir Pantaleón y las visitadoras, es exactamente así.
“No te equivoques: mi NDA es más grande que el tuyo”. La frase, uno de los momentos álgidos de la por otro lado olvidable comedia de Amazon Rojo, blanco y sangre azul, demuestra hasta qué punto esas tres letras (que corresponden a non disclosure agreement, es decir, acuerdo de no divulgación o pacto legal de silencio) se han convertido en uno de los acrónimos de moda, cada vez más presente en las ficciones contemporáneas. Las historias más o menos verosímiles sobre gente común que se ha visto forzada a firmar uno antes de tener relaciones sexuales con una celebrity proliferan en las redes.
Si el ser humano es capaz de alargar la vida hasta los 150 años, Vladimir Putin y Xi Jinping muy probablemente no sobrevivirán para verlo. Los presidentes de Rusia y China coqueteaban con esta idea, incluso con su inmortalidad, durante los actos en Pekín por el 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial. La tesis, que captó un micrófono abierto, se basaba en “trasplantar órganos constantemente” gracias a la biotecnología.
Los hogares españoles que buscan adquirir una vivienda afrontan la recta final del año con la mirada puesta en lograr una hipoteca por debajo del 3%. Con un mercado hipotecario instalado en la estabilidad y un euríbor que, tras meses de descensos, se ha estancado en torno al 2,1%, las ofertas más competitivas aparecen con cuentagotas en las entidades financieras.
A veces las luchas vecinales hacen mucho ruido durante un tiempo pero mueren en silencio. Hace algo más de dos décadas, los madrileños del este de la capital iniciaron una larga campaña para conseguir un hospital público. Durante los primeros años se manifestaron todos los meses. Cortaban calles y reunían a cientos de personas, pero poco a poco la reivindicación perdió fuelle y cayó en el olvido. Hoy ese centro no figura en las prioridades de las asociaciones vecinales ni de los políticos a pesar de que el mapa de la sanidad pública en la capital muestra un clamoroso desierto en casi todo el flanco este de la M-30. La principal calle de esta zona es Arturo Soria, un bulevar que se ha convertido en la milla de oro de la sanidad privada en la capital. Es sede de seis hospitales privados y desde junio está en marcha la obra de un séptimo, propiedad del presidente del gigante sanitario Quirónsalud. Será levantado en el mismo solar vacío que durante años se pensó que podría haber sido la sede del gran hospital del este.
Primero, la teoría. ¿Qué entendemos por mareas vivas? Se trata de un fenómeno natural que ocurre cuando se intensifica las fuerzas gravitacionales durante las fases de luna llena o luna nueva, generando, gracias al peculiar alineamiento entre la Tierra y el Sol, algunas de las pleamares más altas y las bajamares más vaciadas del año. Sobre todo en bajamar, la costa gallega, desaguada hasta límites insospechados, brinda al viajero la posibilidad, durante unas horas al día, de pasear sin peligro por numerosos paisajes marinos, entre charcas y piedras; acceder a pie a islas antes peligrosas; rodear islotes esquivos el resto del año; adentrarse en furnas (cuevas), pasar de una playa a otra... En suma, comprender cómo el mar actúa en la línea de costa sin sentir su amenaza y con el perfume de aventura que todo viajero agradece.
Los mejores hoteles de París, las casas de los interioristas ilustres de hoy y las listas de la compra de los coleccionistas de antigüedades más puntillosos tienen una cosa en común: la locura por el art déco, ese estilo lujosamente geométrico —piense en imponentes biombos de laca negra o carísimas butacas beis— y eternamente moderno que hoy cumple cien años. Y que, por supuesto, nació de las cenizas del estilo contrario.
La leyenda de la ciudad sin nombre es un divertido wéstern musical en el que una panda de mineros anárquicos monta un pueblo en mitad de la nada después de haber descubierto una veta de oro. En una de las escenas más divertidas, Lee Marvin —que interpreta a un buscador de oro memorable— saca una botella de alcohol (a la hora del desayuno) delante de un grupo de cuáqueros. Una mujer le pregunta: “¿No ha leído usted la Biblia”. A lo que Marvin responde: “Sí, señora”. “¿Y no le quitó la afición por la bebida?”. “No, señora, me quitó la afición por la lectura”.
La Unión Europea ha presentado esta semana, a través de la Comisión, el texto del Tratado con Mercosur que venían negociando desde hace un cuarto de siglo. Además, ha actualizado su pacto comercial con México, cuya primera versión empezó a alumbrarse en 1994. Es el último y decisivo paso previo a su ratificación por los Veintisiete y por el Parlamento comunitario. El trámite final no está exento de riesgos, pero el hecho que de que haya cedido la tradicional resistencia hiperproteccionista de Francia hará difícil que se forje una minoría de bloqueo en torno a la nueva presidencia ultraderechista polaca frente a una mayoría cualificada que en principio está garantizada.
1.- Indicios.- La determinación de Pedro Sánchez de seguir marcando el paso, con o sin presupuesto, expresada en una intensa entrevista con Pepa Bueno complica las fantasías de los que ya le dan por amortizado. Y esta misma semana, la imagen del presidente Salvador Illa dando un apretón de reconocimiento al presidente Carles Puigdemont con el beneplácito de Moncloa confirma que contra viento y marea, Sánchez sigue transitando con dos ideas diferenciales: una cierta querencia de izquierdas, en un momento en que estas viven entre enormes dificultades para conservar su lugar en el mundo (la socialdemocracia se ha ido y nadie sabe cómo ha sido) y un empeño en buscar vías de reconciliación con el independentismo catalán encallado en la frustración, con los gestos de reconocimiento necesarios para dejar atrás los momentos de confrontación y reemprender la normalidad institucional, abriendo así una nueva etapa más allá de las rabietas patrioteras de uno y otro lado. Un doble hecho diferencial que explica las dificultades que sus adversarios tienen para confrontarse políticamente con él. Y que ha convertido al PP de Feijóo en una caricatura de oposición sin atributos políticos, atrapada en una sola línea estratégica: la denuncia de las trapacerías de Sánchez que ha llevado al PP incluso al boicot de un acto institucional del poder judicial. Mala señal cuando la derecha entra en estas dinámicas subversivas. Con una consecuencia inquietante, ahora mismo, el único proyecto alternativo al de Pedro Sánchez es el de Vox, que tiene así vía libre para ir acorralando al PP, favorecido por el viento que viene de Europa en que las derechas neofascistas están desbordando por doquier a conservadores y liberales.
A la derecha se le va a hacer largo lo que queda de legislatura. En Madrid planea el rumor de que el PSOE podría ser imputado por presunta financiación ilegal, pero no es esperable ya que Pedro Sánchez renuncie, ni ante ese escenario, ni aunque la gobernabilidad siguiera paralizada. El Partido Popular y Vox empiezan a verse atrapados en aquella máxima del político italiano Giulio Andreotti, “el poder desgasta al que no lo tiene”, pese a que hasta ahora parecía que ese deterioro solo lo asumía La Moncloa. A fin de cuentas, el presidente del Gobierno ha logrado imponer por la vía de los hechos una supuesta imagen de normalidad en medio de las imputaciones de su mujer, su hermano y el fiscal general. Esa continuidad tiene que ver con la correlación de fuerzas que lo sustenta: el partido está controlado por Sánchez, que laminó el poder de sus barones en 2017 para que no puedan volver a echarle, y ninguno de los socios tiene interés en que se marche, por más de culo que se pongan Junts y Podemos. Cada día que Sánchez sigue en La Moncloa afianza, además, una especie de nuevo sentido común entre sus afines, sobre aquellos temas que la derecha señala como escándalo: véase la reunión de Salvador Illa para rehabilitar políticamente a Carles Puigdemont, o la presencia de Álvaro García Ortiz en la apertura del año judicial.
¿La Constitución española de 1978 diseña una arquitectura institucional de los poderes estructurales del Estado, es decir, del poder legislativo, del poder ejecutivo y del poder judicial, equilibrada y acorde con el sistema de pesos y contrapesos que caracteriza al Estado constitucional capaz de resistir la prueba del tiempo en un contexto global de regresión y declive de las democracias?
Cómo es posible que alguien se informe de algo por X, si ni siquiera da para enterarse de cuánto vale el anillo de compromiso de Georgina. Lo único cierto del pedrusco que cristaliza el amor de Cristiano Ronaldo es que es grande, enorme, colosal, casi que más que ponérselo hay que instalárselo. Pero su valor, en euros y en quilates, es puro bulo y especulación, como casi todo en las redes, el lugar donde la mitad de los jóvenes dice informarse. Unos aseguran que ha costado seis millones, otros que siete, otros que entre 10 y 12… Hay un cutre que dice que 700.000 euros, menos que un pisito en un barrio de Madrid. Ante esa sopa de datos necesariamente falsos, hay que acudir al periodismo serio: el Hola titula con seis millones, pero un experto consultado en el reportaje lo eleva hasta 20 millones.
La voz grave, tranquila, experimentada, resuena entre el azote del viento, las rachas de humo y las sirenas de los helicópteros que actúan sobre un incendio cercano. El hombre es alto, fibroso, lleva el pelo negro largo recogido, luce barba, tiene ojos oscuros, decora su rostro con varios piercings, varios aros cuelgan de sus orejas y la tinta cubre su piel con motivos de incendios o bosques: “Este soy yo, el caos y el orden”. Nacho Martín, de 42 años, es bombero forestal y busca poner orden donde reina el caos, especialmente entre fuegos incontrolables que acaba domesticando. Suma 22 años en el gremio e incontables viajes a Sudamérica con su ONG SOS Wildfire, donde intenta actuar y formar para contener fuegos desoladores. Ahora trabaja en León, tierra devastada por las llamas, en un “descontrol” impropio de Europa: “Castilla y León se parece demasiado a países tercermundistas”.
“Hombres y mujeres valientes”. En la presentación del festival Meninas de Canido de Ferrol, la delegada de la Xunta en la ciudad, la popular Martina Aneiros, definió con estas palabras a los grafiteros que, en los ochenta y todavía hoy, desafiaron las leyes para derramar su arte en las calles “desde la clandestinidad”. El Gobierno gallego es una de las instituciones que, junto a bancos, multinacionales y comercios locales, patrocinan esta cita, “el festival de arte urbano más importante de España”, sostiene Pastron#7. Él, que hoy ejerce de profesor universitario en la Complutense de Madrid, es uno de esos pioneros a los que Ferrol rendirá tributo desde este viernes y hasta el domingo. Este b-boy entrado en la mediana edad ha visto nacer dos mundos distintos que los ajenos al arte urbano se empeñan en mezclar: “Hay una cosa que es el arte urbano: murales, dibujos, tono amable, legal, con permisos, dinero, hoteles, medios y luz del día. Y hay otra cosa que es el grafiti, que son letras, escribir tu nombre de manera ilegal en un sitio que nadie te ha pedido”.