ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Una fila de coches aguarda a las puertas de la exclusiva urbanización privada Monte Alina de Pozuelo de Alarcón (Madrid) mientras un vigilante de seguridad pregunta a los conductores a dónde se dirigen antes de levantar la barrera que controla el acceso al complejo de viviendas de lujo. Todos responden igual porque van a la misma casa con un objetivo claro: encontrar tesoros a precios de Wallapop. Quieren ser los primeros en entrar. Es el plan de moda en la capital, acudir a una vivienda que necesita ser vaciada tras una mudanza, una venta, una reforma o una herencia. “Se vende todo lo que se ve, hasta los visillos y las lámparas”, cuenta Ainhoa Larregui, directora de La Moraleja Home Market, una de las empresas que se dedican a organizar estos mercadillos.
Los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975 provocaron la movilización de decenas de millares de personas, con huelgas y manifestaciones sin precedentes en el franquismo, especialmente en Euskadi. Fue una marea de indignación contra la brutalidad del régimen que asesinó, tras un juicio militar sumarísimo sin garantías, a cinco jóvenes encuadrados en organizaciones que practicaban la violencia contra la dictadura. Tres eran del FRAP ―Humberto Baena, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo― y dos de ETA ―Juan Paredes, Txiki, y Angel Otaegi―. Hubo un sentimiento solidario hacia las víctimas de la atrocidad franquista, centrado en Euskadi en las figuras de Txiki y Otaegi, con ramificaciones internacionales.
Alejandro Raúl P. C. lleva unos tres años en prisión provisional por la acusación de una sucesión de delitos sexuales. Estaba procesado por ser uno de los principales integrantes del grupo de cinco hombres que en 2021, además de perpetrar otras vejaciones, participaron en la violación de tres jóvenes en situación de vulnerabilidad tras invitarlas a su piso durante los confinamientos nocturnos de la covid y conseguir que se emborracharan, anulando su capacidad de reacción. En su acusación, la Fiscalía reclamaba para él 53 años de prisión; finalmente, su condena ha quedado reducida a 8 años y 3 meses. La abultada reducción de pena, proporcional en el caso del resto del grupo, es el fruto del acuerdo de conformidad al que llegaron sus abogados, los de las víctimas y la Fiscalía, en el que los procesados admitían los hechos tras negarla durante toda la instrucción (y tras cuatro peticiones para salir de prisión) y pagaban una indemnización.
Uno de los problemas de la exageración es que nos deja sin vocabulario cuando las cosas se ponen feas de verdad. Si llamamos tragedia a cualquier pequeño contratiempo de la vida, no sabemos cómo llamar a la muerte de un hijo. Si llamamos violencia a cualquier discusión, nos quedamos sin palabras para describir un asesinato. Si llamamos trastorno mental a cualquier tristura, ansiedad, miedo o angustia, ¿qué hacemos cuando la esquizofrenia se nos planta delante? Cuando hemos exagerado tanto, quedarse sin palabras ante las tragedias verdaderas equivale a encararlas desarmado. Hablar con propiedad permite aplicar las soluciones adecuadas a cada problema, porque ni se matan moscas a cañonazos, ni se frena un genocidio con batucadas.
La digitalización, transformación o aceleración digital son términos que, en mayor o menor medida, se han vuelto habituales en la mayoría de las empresas. Su desarrollo promete aumentar la productividad, modernizar y optimizar los procesos para resultar más ágiles en la toma de decisiones, a la vez que se reducen tiempos y costes. Por ello, según los datos del último Eurostat, las grandes empresas españolas lideran este proceso con un 34% que puede presumir de una buena salud digital, mientras ese porcentaje baja al 26% en el caso de las medianas y al 21% si nos fijamos en pymes y microempresas.
Cualificaciones para la nueva construcciónLa construcción es uno de los sectores menos digitalizados de la economía. La industrialización, las nuevas técnicas constructivas, la inteligencia artificial y la realidad aumentada se abren paso, especialmente a través de las grandes constructoras, pero al igual que en el resto de sectores aquí la formación —en equilibrio entre la innovación y los oficios— se hace vital. “La nueva industria de la construcción demanda personas trabajadoras con cualificación, que preserven la continuidad de los oficios y desarrollen competencias emergentes, con perfiles tecnológicos y ecológicos”, apunta Julio Gil, director general de la Fundación Laboral de la Construcción, que señala la importancia de la formación y la recualificación ante los nuevos materiales y técnicas que avanzan en el sector.
Más allá de la mera tecnología, la ciberseguridad se ha convertido —y con razón— en una prioridad estratégica para las grandes empresas. La digitalización ha cambiado el modus operandi de muchos delincuentes, que desde hace tiempo centran sus esfuerzos en asediar a este tipo de compañías mediante ataques cibernéticos. Las amenazas se multiplican porque los métodos que utilizan los criminales son cada vez más sofisticados y dañinos, y las corporaciones son conscientes de los riesgos a los que se exponen.
Un sector que crece a doble dígitoEl mercado de la ciberseguridad moverá este año alrededor de 213.000 millones de dólares, según prevén los analistas de la consultora Gartner. La cifra alcanzará los 240.000 millones en 2026. Unos mayores presupuestos de defensa, el aumento de las amenazas, la creciente presión regulatoria y una mejor concienciación dentro de las empresas mantendrán un alto nivel de gasto a medio y largo plazo, sostienen los expertos. En España, esta industria se situó en los 2.500 millones de euros en 2024, con un crecimiento del 14% con respecto al año anterior. Más descomunales son aún los números del cibercrimen —entre nueve y diez billones de dólares—, que representa el 1,5% del PIB mundial. “Estamos ante un paradigma curioso: la ciberseguridad avanza rápido, pero la ciberdelincuencia es todavía más veloz”, advierte David Purón.
Tras varios años de avances y retrocesos, el teletrabajo ha batido máximos históricos en España, superando incluso las cifras del 2020 y 2021, periodos de pandemia y pospandemia. Así lo apuntala la última Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado mes de julio: el 15,4% de los empleados españoles trabajan desde sus domicilios ocasionalmente o más de la mitad de los días de la semana laboral.
¿Teletrabajo o flexibilidad horaria?Según el Informe Situación Teletrabajo y Flexibilidad 2025, de la consultora Robert Walters, el 80% de los trabajadores consultados aceptaría menor salario a cambio de mayor flexibilidad horaria o teletrabajo. Como apunta Mila Pérez, profesora titular del departamento de Management en Deusto Business School, no hay que confundir flexibilidad horaria con teletrabajo. “Son dos opciones distintas con un impacto diferente en el trabajador y, por lo tanto, no deberían contemplarse en las mismas políticas de empresa”, añade Pérez. Consultoras como Robert Walters trabajan para mostrar a las empresas como este tipo de modelos alternativos a la presencialidad rígida conlleva beneficios económicos. Como explica su responsable de Talento, Compensación y Estudios de Mercado, Guillermo Julio Sáez, “es una cuestión de no desperdiciar el talento, no perder la posibilidad de contratar a una persona de gran valor para tu empresa por la imposición de empezar la jornada a una hora determinada cuando puede que ese empleado necesite flexibilidad horaria o teletrabajo para conciliar. En la adaptación ganan todos”, concluye.
Me gustan muchas películas de Robert Redford, pero sobre todo Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972) que cuenta la lucha por la supervivencia de un cazador en las montañas. Es uno de esos filmes que, sin ser para niños, un niño adora por eso, porque es adulta, percibe que le dice la verdad como un secreto: muestra cómo enfrentarse a la vida, enseña humanidad. Si la echaban en la tele pasabas el mes hablando de ella en el recreo. En cambio, es una película donde se habla poco, y los tres protagonistas no hablan la misma lengua, pero se acaban entendiendo. La soledad, la amistad, el frío, la alegría, la violencia son los que son, da igual cómo los llames, o en qué idioma. En fin, se mueren los mejores y los peores parece que no se mueren nunca. En mi generación los mitos venían de antes, hoy nadie viene de antes, solo de antes de ayer, y Jeremiah Johnson ha acabado reducido a un meme. En política los conceptos, el lenguaje adulto, también se están reduciendo a memes.
Hubo un tiempo en el que el filósofo Gilles Lipovetsky (Millau, 1944) se colaba en nuestras casas cuando habíamos salido a hacer algún recado. Revolvía entre los cajones de la cocina, escuchaba nuestros discos, se ponía nuestra ropa e, incluso, hurgaba en lo que tirábamos a la basura. Todo lo que no tenía aparente importancia, o al menos para la clase intelectual de entonces, servía para construir el espejo en el que nos miramos en los últimos 30 años. A través de la moda, del consumo de masas, de la estética o del ocio, el filósofo y sociólogo trazó un retrato preciso, ameno y vibrante de nuestro tiempo. O, más bien, de lo que él llama la hipermodernidad, una era marcada por la estética, el consumo, el exceso y la sensibilidad líquida. De esas visitas furtivas a nuestros hábitos surgieron una veintena de rompedores ensayos como La era del vacío, El imperio de lo efímero o La estetización del mundo. Esta vez, sin embargo, nos toca a nosotros entrar en su casa.
Mar Flores (Madrid, 56 años) no ha leído La letra escarlata, pero la trama de la novela de Nathaniel Hawthorne le suena tristemente familiar: una mujer es acusada de adulterio en la Nueva Inglaterra puritana del siglo XVII y es marcada a fuego por una sociedad hipócrita. Mar en calma (Esfera de los libros), las memorias que Flores acaba de publicar, cuenta una historia muy parecida: una modelo joven y atractiva es señalada en la España de los años noventa y se ve obligada a bajar la cabeza y a guardar silencio frente a una jauría machista desatada. “No he leído el libro que me comentas, pero sí que he leído muchos episodios y biografías de muchas mujeres que se han sentido de esa manera. Yo me he sentido así y lo sigo sintiendo. Hemos avanzado muy poco. La mujer sigue penando por el machismo que hay en España”, lamenta en conversación con EL PAÍS.
Las sardinas en conserva de Rubén Morales, fundador de la marca de joyería Vacía la Nevera, son tan representativas de sus anillos como el oso lo es de las joyas de Tous. En porcelana y plata, formando una original sortija, el orfebre cuenta que este diseño lo convirtió “en finalista de un concurso internacional en el que la actriz Sarah Jessica Parker” entregaba el premio. Un vídeo en Instagram que acumula casi 550.000 “me gusta” hizo que la pieza se volviera viral. “Se vio en demasiados sitios y al final me la copiaron”, lamenta.
Apropiación culturalRecientemente, el Estado mexicano de Oaxaca acusó a Shein del uso no autorizado de bordados artesanales indígenas en un top, argumentando que se trataba de apropiación cultural. Aunque han llegado a un acuerdo, surge la pregunta de qué pasaría en España si reprodujese trajes típicos o alguno de sus elementos. Según explica el abogado Alejandro Falcón, “la apropiación cultural solo es válida cuando recae sobre activos inmateriales protegidos”, como denominaciones de origen, derechos de autor o diseños industriales. La regla general, por tanto, es que podría inspirarse en ellos. Lo que está prohibido “es registrar como signo distintivo de una marca un escudo, bandera o emblema oficial”.
Es prácticamente imposible establecer un balance de qué aranceles están vigentes, cuántos sólo anunciados, cuántos recurridos en los tribunales de justicia, cuántos rechazados por estos, cuántos suspendidos en el tiempo, cuántos son amenazas de mete-saca (para forzar a alguna decisión política; por ejemplo, no juzgar al golpista Bolsonaro en Brasil), etcétera. Lo que es un hecho es que en estos ocho meses de mandato testosterónico de Donald Trump se están multiplicando las condiciones de derribo del orden económico mundial impulsado por los propios EE UU (White frente a Keynes) en la posguerra mundial. Se trata de ir hacia una sustitución de lo existente por un mundo basado en grandes potencias (entre las cuales no está Europa) que se lo repartirían por áreas de influencia.
Los grandes estrategas políticos de la extrema derecha iniciaron su trabajo sobre una idea fundamental: no existe el centro. Solo existe la extrema derecha y la extrema izquierda o sus tontos acompañantes. Es decir, la escena política no se puede diferenciar en tres planos (derecha, izquierda, centro) sino en dos. Lanzaron así una potentísima campaña para instalar la polarización en sociedades de todo el mundo, sociedades que pasaron quizás de estar crispadas, es decir, de estar irritadas o exasperadas por alguien o algo a estar divididas en dos direcciones contrapuestas.
Hay una niña pequeña tendida en una camilla, con la pierna envuelta en vendajes empapados de sangre. Su madre, al lado, le sostiene la mano con fuerza. “Mi hija estaba jugando cuando, de repente, la golpeó un fragmento de una bomba arrojada desde un dron”, dice en voz baja. En una cama cercana está Zi Ya Tee, de nueve años. Un fragmento de mortero le atravesó la espinilla cuando estaba en casa con su familia. El pequeño hospital que acoge a estas dos pequeñas está escondido en la selva cerca del pueblo de Demoso, en el Estado de Karenni ―conocido hoy oficialmente como Estado de Kayah― al este de Myanmar. Es el corazón de la guerra civil que asola a este país del sudeste asiático desde el golpe de Estado de febrero de 2021 que dejó el control de Myanmar en manos de la Junta Militar.
Un presidente conservador –y tramposo— presiona para que la Reserva Federal ponga los tipos de interés muy bajos a pesar de que es dudoso que a la economía estadounidense le convenga esa receta. Y no, no es Donald Trump. Esta historia empieza en 1971: Richard Nixon, que después se haría famoso por el Watergate, presionaba entonces para que la Reserva Federal relajara la política monetaria y facilitara así su reelección. El entonces jefe de la Fed, Arthur Burns, sabía que solo se quedaría en el cargo “si cedía totalmente, aunque fuera algo totalmente incorrecto, ante su autoridad”, según sus diarios de aquella época. Burns no se equivocaba: cedió, y los precios subieron tan rápidamente que los restaurantes de carne a la brasa tenían que usar etiquetas adhesivas para actualizar sus cartas a diario.
Si los registros cincelados por la historia no fallan, esta es la primera vez que las tres principales pinacotecas europeas acometen remodelaciones al mismo tiempo. Pronto crecerán El Prado, el Louvre y la National Gallery (Londres). Las dos últimas han convocado concursos internacionales para designar los proyectos ganadores. Entre las tres, sobre todo, por los números de la National Gallery y el Louvre, los costes de los trabajos superarán los 1.200 millones de euros. Una enormidad en términos museográficos.
El verano da sus últimos coletazos y bocanadas estertorosas. Poco a poco, sus temperaturas altas, bajan, y la humedad ambiental sube algo en las regiones de aires secos. El mercurio de los termómetros se detiene en cifras benignas para las plantas en aquellos lugares donde hubo días sofocantes por completo. En jardinería bien se sabe que el otoño es un fresco repunte que regala el año para que las yemas broten de nuevo, ya sean yemas de hoja o yemas de flor, y las plantas tengan un periodo de crecimiento resultón. Claro está, no será al nivel de la jugosa primavera, pero si en estos días se tiene una mirada atenta se puede comprobar de primera mano que muchas plantas están en pleno crecimiento activo.
Visitar Salzburgo mientras se tararean las canciones de Sonrisas y lágrimas no es solo un entretenimiento excéntrico, sino también una decisión de lo más razonable. Quien crea ser el único entusiasta de la película con Julie Andrews como la institutriz María y Christopher Plummer como el capitán Georg von Trapp, viudo y padre de siete hijos cantarines, se equivoca: su viaje lo convertirá en miembro de una comunidad internacional de devotos de este clásico del cine, que en 2025 cumple 60 años y nos recuerda, entre otras cosas, que el tiempo pasa volando.
Facilitar el trabajo de los profesores en el colegio para que repercuta positivamente en la familia es el objetivo de Megaprofe, una plataforma de inteligencia artificial (IA) diseñada para trabajar en el ámbito educativo, creada en 2023 y que cuenta ya con 200.000 usuarios. El site proporciona herramientas que agilizan la planificación, la evaluación y la enseñanza en sí misma, que permiten diseñar experiencias de aprendizaje según la edad y sensibilidad del niño. “Se trata de tener un aliado que libere tiempo y facilite la personalización de la enseñanza”, lo define Vicenç Yll (Viladecans, Barcelona, 49 años), licenciado en Pedagogía por la Universitat de Barcelona y máster en Innovación y Transformación Digital por la Universitat Oberta de Catalunya. “Es el fruto de la inquietud compartida de tres personas apasionadas de la educación: José Antonio Tamayo [informático, especializado en proyectos de transformación digital], Pau Yanez [profesor y emprendedor] y yo mismo por reducir el burnout del docente”, agrega
De nuevo hay que recurrir a Donald Trump para explicar la reticencia de muchas compañías a salir a Bolsa en los primeros meses de este 2025. Un mercado que había estado languideciendo en todo el mundo en los últimos tres años y al que la incertidumbre sobre los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos y el mal inicio de los mercados estadounidenses frenaron pero que ha vuelto con fuerza, una vez se han recuperado los índices y despejadas las incógnitas arancelarias. El mercado español se presenta muy poco activo con tan solo tres estrenos en el año, pese al fantástico comportamiento del Ibex 35 que acumula una subida del 30%.