ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Siempre que veo a Gina Holden en pantalla lo está pasando fatal. Sufre como una condenada en sus películas, se le mueren los cercanos, ella está a punto de hacerlo en la penúltima escena donde suele ser de noche, llueve o la pisada de un gato se confunde con la presencia del asesino. Todas las desgracias en una. Lo comprobamos de nuevo el domingo por la tarde en El precio del engaño, emitida por Antena 3, donde Gina encarna a Kathy, una directora de instituto que descubre que su esporádica aventura con Ian, un atractivo joven de 18 años, fue una terrible equivocación cuando éste se inscribe en su mismo centro educativo.
LWM podrían ser las siguientes siglas que salten a la fama en el mundo de la inteligencia artificial. Son las siglas, en inglés, de grandes modelos de mundo. Si los LLM —grandes modelos de lenguaje— que son el motor de ChatGPT y las demás apps de IA generativa, saben comunicarse y se entrenan con texto, con los LWM se pretende crear modelos del mundo físico, el real, el que los humanos percibimos.
Este proyecto es parte de una investigación financiada por el programa Periodismo de Investigación para Europa (IJ4EU) y realizada en colaboración con el periodista alemán Roberto Jurkschat.
Este hombre de récord aparece por la puerta del torneo sin cámaras de televisión, ni influencers, ni admiradores. Va a batir su récord otro año más, pero nadie repara en él en esta tarde soleada de fin del verano. Se baja de la línea 8, diminuto y encorvado, y entra empujando su andador en el polideportivo de Moratalaz. Deja a un lado a la chavalería en la pista de atletismo y accede al pabellón del torneo, donde 75 tableros de ajedrez esperan listos sobre mesas con manteles azules. Lo reciben los colegas con palmaditas y motes cariñosos: “Manolín”, “Manolillo” o “maestro”. Él es Manuel Álvarez Escudero, el ajedrecista federado y activo de mayor edad del mundo. El mes que viene, el 12 de octubre, este madrileño cumplirá 104 años.
Hace dos años Carolina Herrera decidió emular a otras grandes marcas de lujo y realizar desfiles fuera de su zona de confort, la semana de la moda de Nueva York. “La moda hoy es un negocio global. Así que decidimos hacer el esfuerzo estratégico de sacarla del contexto habitual”, cuenta Emilie Rubinfeld, presidenta global de la enseña. Concebidos como un diálogo entre el lenguaje estético de la casa y la artesanía y la tradición de cada lugar de destino, primero desfilaron en Río de Janeiro y, el año pasado, en Ciudad de México, ambos mercados boyantes para la marca, propiedad de grupo Puig desde 1995. Ahora han desembarcado en Madrid, nada menos que en la plaza Mayor, convirtiéndose así en los primeros en organizar un gran desfile en la capital. “Sucedió de manera orgánica”, explica Rubinfeld. “Creo que no hay duda de que Madrid está pasando por un gran momento cultural, pero además esto un profundo significado para la marca. Es una de las ciudades favoritas de la señora Herrera, su hija Carolina vive aquí y a Wes [Gordon, director creativo de la firma desde 2018] le fascina. Ha venido muchísimas veces. Ya inauguró hace dos años la exposición Maestras del Museo Thyssen, por ejemplo”. Rubinfeld cuenta que la plaza Mayor fue su primera opción: “Es una de las plazas más importantes de Europa. Ha sido un proceso largo, pero estamos muy agradecidos a la ciudad y a nuestros equipos, por supuesto”.
En la Costa da Morte, una de las zonas más salvajes y todavía vírgenes del litoral gallego, alejada del turismo masivo, los faros siguen marcando el fin del mundo conocido. En esta región del noroeste de la península Ibérica, situada en A Coruña, no lejos del cabo de Fisterra, se encuentra Gures, una pequeña aldea que esconde un pasado ligado hasta 1985 a la pesca de cetáceos. Hoy esa historia marinera se mezcla con un presente mucho más inquieto y disruptivo gracias a un proyecto que combina bebidas artesanales, música alternativa y arte contemporáneo: Gures Galicia.
Para Victoria Álvarez, Una pareja de tres (2008) es peor que La matanza de Texas. Puro terror. La vio en una plataforma, animada por una simpática foto de Jennifer Aniston y Owen Wilson, estrellas de la comedia romántica, junto a un simpático perrete, un labrador llamado Marley. De hecho, el título original es Marley & Me, como la novela en la que se basó. Es divertida y tierna y todo seguía el guion de una comedia clásica hasta que Marley enferma.
Una menestra de verduras, un palomino estofado dentro de un pequeño palomar de resina y una sesada de lechal agridulce y hongos se han convertido en el reclamo de Hostería de Los Palmeros, un restaurante familiar de Frómista (Palencia) que homenajea la cocina tradicional de la mejor manera posible: actualizándola con respeto, técnica, conocimiento y pasión por el entorno.
Hostería de Los PalmerosLa idea de democratizar la excelencia gastronómica suena noble de por sí. Nos reconcilia con la idea de que el mundo puede ser un lugar justo en el que lo mejor no esté sólo al alcance de unos cuantos. El de democratizar la excelencia gastronómica es un objetivo seductor, que como relato se vende sólo, y que muchos chefs han perseguido con muy variadas estrategias. Al fin y al cabo, ¿qué cliente potencial podría estar en contra de la posibilidad de vivir experiencias de la élite sin pertenecer a ella? Pero en ese afán, a menudo se ha confundido el perseguir ofrecer excelencia a buen precio con vender bisutería a precio de oro.
En Todo sobre mi madre, la Agrado pronuncia un monólogo que tiene algo de profecía. “Además de agradable, soy muy auténtica. Miren qué cuerpo: todo hecho a medida”, dice, y pasa a desgranar su periplo quirúrgico: “rasgado de ojos, 80.000, nariz, 200, tetas, dos, porque no soy ningún monstruo, 70 cada una, silicona, frente, pómulo, cadera, culo, el litro cuesta unas 100.000, así que echad las cuentas porque yo las he perdido…" Y remata con una frase que podría ser el eslogan de una clínica de estética: “Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”.
Colin Haley decidió, tras contemplar su imagen en una revista, que el Cerro Torre (3.128 m) era la montaña más bella del planeta. Tenía doce años, y ahora, con 41, acaba de firmar la primera ascensión invernal en solitario de la cima patagónica. Se trata del capítulo más especial de una larga relación con el Torre (estrenada en 2007), cima que ha pisado en diez ocasiones, algunas de ellas tras firmar ascensiones únicas como la vía ‘Tiempos perdidos’, con Kelly Cordes, la Travesía del Torre, con Rolando Garibotti o la misma actividad, pero en el día, de la mano de Alex Honnold.
Resulta muy sorprendente la nota de prensa de la Unión Ciclista Internacional del pasado 15 de septiembre. Un pronunciamiento público a todas luces fuera de lugar, incoherente en sus diferentes apartados y, lo más preocupante, incompatible con las funciones de un órgano de gobierno del deporte internacional enmarcado en el seno del Movimiento Olímpico. No es difícil adivinar que con esta nota de prensa la UCI quiere respaldar la dudosa gestión y desafortunadas declaraciones del director de la Vuelta, Javier Guillén, en relación con las protestas por el genocidio que está llevando a cabo el gobierno sionista de Israel en la Franja de Gaza. La UCI no hace más que proteger sus propios intereses económicos y los del entramado económico-deportivo del grupo Amaury Sports, propietario de la Vuelta y el Tour. Pero flaco favor les hace si para ello necesita recurrir a la mentira y la incoherencia con los propios valores que predica.
Desde su inclusión en los primeros Juegos Olímpicos modernos, celebrados en Atenas en 1896, el triple salto ha sido una de las disciplinas más singulares del atletismo. A medio camino entre la potencia y la precisión, esta prueba ofrece una de las imágenes más estéticas del deporte cuando se ejecuta con maestría: tres impulsos que, como notas musicales sostenidas, hacen parecer que el atleta desafía las leyes de la gravedad.
La inteligencia artificial generativa ha irrumpido con la fuerza de un huracán en los escritorios de medio mundo. ChatGPT, Copilot o Claude ya sirven a miles de trabajadores para redactar correos, sintetizar documentos, programar código y tomar decisiones simples. Sin embargo, el entusiasmo que despiertan entre usuarios no se ha traducido en un cambio real en las empresas. El 95% de los proyectos piloto de IA generativa en las compañías no logra ningún retorno medible, revela el informe The GenAI Divide, publicado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology). Esto es: apenas un 5% consigue integrarse en los flujos de trabajo de las empresas. “La barrera principal no es la infraestructura ni la falta de talento. Es la capacidad de aprendizaje y de adaptación de la tecnología”, señalan los investigadores.
Con la vuelta a la rutina en septiembre, entre colegios, trabajo y días que aún huelen un poco a verano, tener a mano recetas fáciles, rápidas y nutritivas se vuelve más importante que nunca. No hace falta complicarse para comer bien: un buen plato puede salir de unos pocos ingredientes que seguro ya tienes en la despensa. Las legumbres, por ejemplo, son un básico que nunca falla; una fuente saludable y económica de fibra y proteína vegetal, y no deberían faltar en ningún menú semanal.
El mercado inmobiliario en la costa Oeste de Estados Unidos está en racha. Pese a la imposición, hace ya un par de años, del llamado impuesto a las mansiones (que grava con un 4% la venta de casas de más de cinco millones de dólares), la ciudad no para de pasar hogares de mano en mano. Ahora se ha sabido que Brad Pitt, que andaba buscando deshacerse de su casa tras comprarse una nueva, por fin lo ha logrado. Y que el nuevo propietario será otro actor: Austin Butler.
El vértigo del escritor ante el folio en blanco debe ser similar al del científico sin una línea clara de investigación. De ese divorcio con las musas han debido salir los trabajos distinguidos este año con los Ig Nobel y que abordan aspectos tan rocambolescos como el crecimiento medio de una uña durante 35 años, el efecto disuasorio para las moscas de una vaca disfrazada de cebra, la predilección de unos lagartos por la pizza cuatro quesos, que los lactantes quieran leche que huela a ajo, la propuesta de incluir teflón en la dieta o que el alcohol ayuda a hablar idiomas, pero no a volar mejor.
Argentina atraviesa potentes turbulencias financieras. El riesgo país elaborado por el banco JP Morgan, que mide el diferencial que pagan los bonos de un país por encima de los de Estados Unidos, cerró este jueves en 1.453 puntos básicos, un 16,6% más que en la víspera. La disparada del índice es el mejor indicador de la pérdida de confianza de los inversores en la fortaleza del Gobierno de Javier Milei para llevar adelante el ajuste fiscal que le permitiría cumplir con sus compromisos externos. En enero de este mismo año, el riesgo país argentino había rozado los 500 puntos. Aunque todavía alto, reflejaba el interés de los mercados en el proyecto económico de la ultraderecha en Argentina. Ocho meses después, el panorama ha cambiado dramáticamente.