ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
Desde que Carlos Mazón avisó en privado a Alberto Núñez Feijóo, tras el funeral de la dana, de que pretendía dimitir, toda la estrategia de Génova estuvo dirigida a evitar unas nuevas elecciones en la Comunidad Valenciana. La dirección nacional del PP veía demasiados riesgos en una convocatoria electoral arrastrando la mancha de la fallida gestión de la dana de Carlos Mazón, así que cortó en seco la intención del expresident de pulsar el botón electoral a la vez que presentaba su dimisión. Mazón aceptó tras un tira y afloja ―tampoco tenía fuerza para otra cosa― y los populares abrieron entonces una negociación con Vox para investir a un presidente transitorio y desconocido ―Juanfran Pérez Llorca, mano derecha de Mazón― sabiendo que estaban en manos del partido de Santiago Abascal. Génova autorizó a Pérez Llorca a capitular ante los de Abascal con un discurso indistinguible del suyo en políticas climáticas y de inmigración y logró la investidura de su candidato, con la que cierra de momento la crisis valenciana, aunque a costa de exhibir su debilidad ante Vox y diluir su perfil ideológico.
Lo que eran 10 generosas hectáreas de hielo han quedado reducidas a apenas unas “manchas” gélidas en la montaña leonesa. El glaciar leonés Trasllambrión encara su decadencia tras al menos 700 años seguidos, y milenios en otras épocas, cubierto de hielo los 12 meses. El aumento de las temperaturas de los últimos años “acentuado por la acción del ser humano” ha acarreado que este helero de los Picos de Europa haya mermado tanto que se puede considerar desaparecido. El científico Javier Santos, especialista en glaciares y geógrafo en la Universidad de León, lamenta la decadencia estudiada tras muchos análisis, en épocas diversas, sobre esta menguante masa congelada: “Es un golpe a un elemento singular del patrimonio natural, los heleros de los Picos de Europa son elementos muy valiosos”.
Con la humanidad atemorizada por la mortífera segunda ola del coronavirus, en otoño de 2020, una revista científica publicó un estudio con la solución: los amuletos de jade de la medicina tradicional china podrían prevenir la covid. La propuesta era delirante, pero el editor jefe del semanario, el químico español Damià Barceló, defendió sus filtros de calidad. Aquella revista, Science of the Total Environment —una de las 15 que más estudios publican en el mundo—, acaba de ser expulsada del grupo de cabeceras respetables por una de las principales empresas evaluadoras, tras descubrirse decenas de artículos irregulares. El escándalo expone el pelotazo de las editoriales científicas, que en los últimos años acumulan miles de millones de euros en beneficios procedentes de dinero público destinado a la ciencia.
Dmitri Muratov (Samara, 64 años) habla como recién llegado de un viaje a un futuro indeseable que hoy ensombrece países que se creían inmunes. “Tengo que avisarle de que ahora mismo está entrevistando a un enemigo del Estado”, informa el periodista ruso.
Giro ideológico en la fundación que gestiona la veintena de escuelas parroquiales pertenecientes al Arzobispado de Barcelona. El patronato de la entidad se renovó en julio y pasó de siete miembros de perfil progresista a 13, la mayoría de los cuales pertenecen a movimientos ultracatólicos como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo y la Asociación Católica de Propagandistas, según ha podido comprobar en una investigación conjunta EL PAÍS y SER Catalunya. Sectores progresistas de la diócesis expresan su preocupación por este cambio y temen que ello se traduzca en un viraje conservador en sus escuelas. “Los sectores ultras se han hecho suyo el patronato”, expresa una fuente cercana a la fundación.
A Los Sírex no les llevó ni tres minutos explicar qué harían si tuvieran una escoba, pero el pasado año la película Wicked –es decir, el cuento El maravilloso mago de Oz (1900), de L. Frank Baum, desde la perspectiva de su villana– dedicó cerca de tres horas solo a narrar cómo la Bruja Mala del Oeste encontró el utensilio con el que vuela. No fue óbice para que el título protagonizado por Cynthia Erivo y Ariana Grande se convirtiese en la adaptación de Broadway más taquillera, sin necesitar más que la mitad de su libreto. Por el módico precio de otra entrada, acaba de llegar al cine la segunda mitad, Wicked: Parte 2, que en su primer fin de semana ha recaudado mundialmente cerca de 200 millones de euros (226 millones de dólares). El presupuesto conjunto orbita entre los 260 y 280 millones de euros, y esa cifra ya la cubrió con creces la entrega inicial con una taquilla de 690 millones, de modo que todo lo que esta segunda parte genere serán beneficios.
Reencontrarse con una expareja no siempre es fácil. Hacerlo ante la atenta mirada de los espectadores en prime time lo ha de ser menos. Aunque Isabel Díaz Ayuso dijo que en Madrid es imposible encontrarse con un ex, David Broncano y Paula Badosa lo hicieron en La Revuelta. “¿No me vas a saludar?”, dijo el presentador después de que la tenista, con quien rompió en 2020, estuviera varios minutos sobre el escenario hablando con Candela Peña sin presentarle atención. “Como si no estuviese aquí… Has tardado cinco minutos en saludarme”, dijo entre risas, quedando patente que tienen una amistosa relación. En tiempos de “perlas” y “shakirazos”, no es habitual ver a dos celebridades que han sido pareja mantener la cordialidad, algo que aplaude la periodista Laura Fa. “Que exista amistad entre los ex es anecdótico en la vida de las celebrities. Juegan muchas veces con el concepto ‘hemos acabado, pero tenemos buena relación’ pero la mayoría de las veces, no es cierto. He visto cómo en algunas fiestas, acaban esquivándose para no saludarse. Cuando las parejas acaban bien se nota, como pasó en la entrevista de Broncano con Paula Badosa”, asegura a S Moda. “En la prensa del corazón hubo un cambio hace unos años, donde vendía mucho más la negatividad. La gente no quería ver que todo era fantástico; desapareció el modelo aspiracional. Que en máxima audiencia nos ofrezcan esta posibilidad y funcione puede volver a marcar un cambio de rumbo. Ojalá sea así, porque nada nos gusta más a algunos periodistas que mostrar comportamientos que sean un ejemplo positivo. Algo tan costumbrista como la prensa del corazón también puede servir para formarnos”, asegura.
La explosión de las redes sociales ha traído consigo nuevas formas de comunicación, especialmente entre los más jóvenes. Con ellas, llegaron también los riesgos. En cuestión de minutos en TikTok, un adolescente puede sumergirse en una dieta que promete perder 10 kilos en dos semanas y que bebe del mismo imaginario que los antiguos foros pro Ana y pro Mía, términos usados en comunidades en línea que hacen apología de la anorexia y la bulimia nerviosas. Sin embargo, ahora aparecen con un envoltorio de falsa ternura y aparentemente más inocente. Los trastornos alimenticios de siempre, pero ahora con castillos, princesas, príncipes y Disney de por medio. Es lo que se conoce como el nuevo reto viral de la dieta de las princesas Disney.
Si hiciéramos una lista de las aportaciones del arquitecto y urbanista Oriol Bohigas (1925-2021) a la ciudad de Barcelona, en primer lugar deberíamos citar su empeño en reconstruir el pabellón que el arquitecto Mies Van der Rohe proyectó para representar a Alemania en la Exposición Universal de 1929 y que, seis meses después de su inauguración, se desmontó y desapareció. Resulta paradójico que, siendo uno de los edificios más influyentes de la arquitectura del siglo XX, fuera invisible, y así estuvo (rodeado de mitos, olvidado en libros, idolatrado por expertos, con sus planos originales perdidos en cajones de Alemania mientras su creador vivía en Estados Unidos) hasta que un joven estudiante llamado Oriol Bohigas envió una carta al genio alemán en su exilio para preguntarle qué le parecería que un grupo de jóvenes catalanes emprendiera la aventura de la reconstrucción. Mies respondió, no sin extrañeza y con la alegría razonable que le caracterizaba, aceptando pese a las dudas que le generaba el hecho de que en el tiempo que había pasado la evolución de las técnicas y los materiales entorpeciera el proceso.
Juan Francisco Pérez Llorca, de 49 años, se convirtió este jueves en el nuevo presidente de la Generalitat valenciana gracias a la mayoría absoluta que su partido, el PP, y Vox suman en las Cortes autonómicas. Tras la dimisión de Carlos Mazón, forzado por el repudio social a su negligencia durante la trágica dana del año pasado, los populares han conseguido sortear la convocatoria de elecciones anticipadas en una autonomía crucial en el mapa político español, pero lo han hecho a costa de asumir como propios los postulados de Vox. Están en su derecho y el relevo es perfectamente legítimo. Pero Alberto Núñez Feijóo no puede obviar que ha vuelto a bendecir a una formación que cuestiona muchos de los fundamentos de la democracia liberal.
En los viernes de un estudiante universitario siempre hay un diálogo interior entre la responsabilidad y el deseo. No salir y estudiar hasta tarde, o salir con amigos a escuchar un concierto de música entre el Marais y Oberkampf. Esa era la cuestión aquel día. Se acercaba peligrosamente la mitad de noviembre y, esta vez, ganó la responsabilidad. Una decisión aparentemente sin importancia fue decisiva. No podía ni imaginar de qué manera quedaría grabada en mi memoria. Era 13 de noviembre de 2015. Pocas horas después, París se llenó de ruido y de miedo. Hubo estallidos, sirenas constantes, gente corriendo desorientada… El caos y el terror se apoderaron de la noche.
El frágil alto el fuego en Gaza ha ofrecido a la comunidad internacional un respiro tras años desgarradores de sufrimiento humano. Pero también ha obligado a Europa a enfrentarse a una verdad incómoda: la inestabilidad en Oriente Próximo no se detiene en sus fronteras, sino que afecta directamente a su seguridad, su economía y sus políticas.
Pierre Adrian es un escritor francés, tiene 34 años, en su primer libro siguió los pasos de Pasolini de Friuli hasta Roma, y el último se tradujo hace unos meses en España, se titula Hotel Roma (Tusquets), trata de Cesare Pavese, sobre todo de la última época del autor de El bello verano. Alquiló una habitación en el Hotel Roma de Turín, muy cerca de la estación, y el sábado 27 de agosto de 1950 se quitó ahí la vida. Un joven escritor siguiendo las huellas de un hombre roto, y haciendo un libro en una época en que, en España, según los últimos datos se suicidaron 4.116 personas en 2023.
De la conciencia, del orgullo, pasé al rencor. Rencor de clase. En el inicio de su monumental ensayo El hambre —y pocas son 700 páginas de tocho para un mal que, según la ONU, sigue afectando a más de 800 millones de personas en el mundo— Martín Caparrós narra una anécdota muy reveladora. Tierra seca, un tapiz de mimbre, sol de mediodía en algún lugar de Níger y una mujer de unos 30 años a la que el periodista le pregunta: “Si pudiera pedir lo que quisiera, cualquier cosa, a un mago capaz de cumplir su deseo, ¿qué le pediría?”. Ella, Aisha, se llama, responde que una vaca que dé mucha leche. Y cuando Caparrós insiste en la omnipotencia del genio la chica, vacilando, con el recelo de quien no sabe si se está extralimitando, pregunta: ¿dos vacas? Así podría comer y, con el excedente, vender buñuelos.
Los propagandistas de Silicon Valley, imbuidos por fáusticos delirios, inspirados muchos de ellos en la ciencia ficción tal y como nos lo cuenta Michel Nieva en su libro Ciencia ficción capitalista, nos hablan de posthumanismo y transhumanismo, del fin del envejecimiento y la muerte misma, de la conquista de otros planetas. Para ellos será esa vida eterna de viajes interestelares, ellos que no pagan impuestos y no creen en la solidaridad ni en los vínculos afectivos ni en cuidar a los demás. Será que vienen de la nada, que los parió un algoritmo y no una madre que antepuso las necesidades del hijo a las suyas propias. La fe ciega en su propia omnipotencia, en la ganancia sin fin y el cálculo como valor absoluto los convierte en una amenaza para los débiles, los frágiles, los simples y mortales seres humanos, tan defectuosos nosotros a ojos de estos nuevos superhombres que se creen hechos a sí mismos cuando su mayor talento es el de saber extraer de la mayoría su riqueza.
El 25 de junio de 1981, mientras las pancartas fabricadas con sábanas avanzaban por la Rúa do Príncipe en Vigo, el abogado laboralista Javier Mañón subió a su despacho, junto a esa Porta do Sol donde ahora, cada año por estas fechas, pega un nuevo estirón un cono de luz que se anuncia como “el árbol de Navidad más alto de Europa”. Desde allí, en plena Transición democrática de una ciudad todavía sin leds virales, Mañón pudo inmortalizar con su cámara un acontecimiento mucho más luminoso: la cantidad de gente que secundaba la que fue primera manifestación del Orgullo Gay de Galicia y también a los muchos curiosos que se agolpaban en los márgenes. Todo transcurría pacíficamente, como si la ciudad asimilara con naturalidad la expresión pública de algo tanto tiempo a la sombra, perseguido y castigado como escándalo público, un delito que no se derogó hasta el 88.
David Herranz (Madrid, 1974) presume orgulloso de sus orígenes: “Soy de Leganés, un barrio obrero al que bajo muy a menudo”. Ha evolucionado, dice, y eso le ha permitido salir del sur madrileño y vivir en seis países. De joven dejó los estudios y hasta los 25 años trabajó en hostelería. “Me di cuenta, tarde, de que era necesario sacar una carrera adelante. Hice Dirección y Administración de Empresas Turísticas y acabé casi a los 30 años”, recuerda. A partir de ahí dio un giro radical y se formó y especializó en recursos humanos (IE, IESE, IMD, Insead…), y hoy es el presidente de la compañía norteamericana ManpowerGroup para el sur de Europa, con 25 países a su cargo de lo más dispares: desde España o Italia hasta Turquía, Túnez, Sudáfrica o Israel, lo que le aporta una amplia visión del mercado laboral internacional. Además, forma parte del equipo global que se encarga de la transformación digital del grupo desde su sede de Milwaukee.
En el mundo existen solo dos poblaciones de Geranium dolomiticum y crecen en El Bierzo (León), en una zona a la que llegaron los grandes incendios de este verano. Las llamas quemaron el 56% de los rodales ocupados por la subespecie en Peñas Ferradillo. A pesar de ello “hubo suerte, solo afectó a una de ellas, el fuego no arrasó y la extinción fue poco invasiva, así que creemos que de esta no va a desaparecer”, explica Estrella Alfaro, profesora de Biodiversidad de la Universidad de León y coordinadora del informe que ha evaluado la afección de las llamas al hábitat de varias especies emblemáticas y en peligro en la cordillera Cantábrica.
El frío se cuela por los pasillos de uno de los edificios del bloque 13-15, en la calle Real de Collado Villalba ―okupado desde hace cinco años―, pero Blanca no quiere arriesgarse a comprar un calentador. Junto a los bidones con los que diariamente recoge agua de las fuentes públicas hay un par de maletas. La colombiana de 57 años está llevando sus cosas a la casa de un conocido, pues teme que en cualquier momento se ejecute un desalojo masivo. Heidy, su nuera, vive en el mismo edificio junto a su pareja y su hija. La advertencia que hacen es clara: “Quieren dejarnos en la calle”. La Asamblea de Vivienda de Villalba denuncia que el Ayuntamiento “intentará inminentemente el desalojo cautelar de un bloque donde viven más de 100 personas vulnerables”. Sin embargo, el Consistorio y la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ―dueña de la propiedad y que entrará en disolución en 2027― niegan que en este momento exista la intención de desalojar el edificio.