ARTICULO PRIMERO.- Conformar, el Comité de Dirección de...
"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”
El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, investiga una enorme red de blanqueo de capital procedente de la petrolera estatal venezolana PDVSA. La investigación, que tiene ramificaciones en distintos países europeos, mantiene imputadas a seis personas, entre ellas a Alejandro Betancourt, un magnate venezolano que es dueño de la rentable marca de gafas de sol española Hawkers, entre otros muchos negocios. El juez Pedraz, tras emitir una orden de detención a Londres, logró tomarle declaración allí el pasado octubre y acaba de levantar el secreto de sumario de la causa. España ha solicitado a Reino Unido su extradición, según confirman distintas fuentes jurídicas.
Faltan seis horas para que empiece el ritual en Colombia. Seis horas para que las calles, balcones, andenes y parques se llenen de luz. En España, a unos 8.000 kilómetros de distancia, la noche ya ha caído y la diferencia horaria adelanta la celebración: ha llegado el Día de las Velitas o La Noche de Velitas, una tradición colombiana que se celebra cada 7 de diciembre, víspera de la Inmaculada Concepción, pero que más allá de lo religioso se ha convertido en una celebración cultural que anuncia el inicio oficial de la Navidad.
Vivimos tiempos de paradojas. También climáticas. Una dana agravada por el cambio climático acaba dando pábulo a los negacionistas y haciendo que un partido sistémico asuma su discurso. Acaba de pasar en Valencia, en el discurso de investidura del candidato a la presidencia de la Generalitat, el señor Pérez Llorca.
La operación rusa para desintegrar la Unión Europea ha entrado en una nueva fase. La estrategia es la habitual: una campaña centralizada y vertical diseñada para desgastar a las instituciones, manipular la percepción de la realidad, influir en procesos políticos y sociales y polarizar a la población. Hay una línea narrativa clara: la UE es una reliquia débil, lacerada por divisiones internas —este-oeste, norte-sur, soberanía estatal vs Bruselas. Al borde del colapso por las crisis económicas, energéticas y migratorias.
Hay un momento en el que las palabras comienzan a significar lo contrario de aquello que un día nombraron. Es una paradoja semántica y casi una evidencia de la frágil relación que tienen las palabras con el mundo. En contra de lo que dijera Steiner, no hay ningún lazo invisible que anude por un extremo el lenguaje y por otro la realidad. Por eso estamos perdidos. Nadie puede saber qué significado de todos los que tiene un vocablo a lo largo de la historia es el más legítimo, ni hasta qué punto traicionar la etimología de un término supone una verdadera deslealtad. Una de esas palabras que dejaron de ser lo que fueron y que incluso invirtieron el sentido de su antigua raíz es la palabra “digital”.
Quizá sea oportuno que celebremos el Día de la Constitución con un deseo tan humilde como difícil de reivindicar la política. Las conversaciones sobre política son necesarias. No es un buen síntoma de convivencia familiar prohibir que se hable de política en las mesas navideñas, como si opinar sobre la sociedad nos convirtiese en enemigos. Aceptar que las conversaciones van a desembocar en gritos y ultrajes no es sólo una invitación al silencio, sino un modo de aceptar que es falso cualquier deseo de convivencia. Pero la cuestión se agrava cuando pasamos de lo privado a lo público. El silencio no quiere evitar los gritos, sino que utiliza el griterío para que no se hable de política. Más que una familia precavida, se trata de una sociedad manipulada a través de declaraciones escandalosas y argumentos desquiciados.
Los guiones de Los Simpson funcionan porque hilvanan un microcosmos que da verosimilitud a las caricaturas. El propio Matt Groening, creador de la serie, reconoció que la búsqueda de bromas absurdas acabó por desembocar de alguna manera en la realidad, puesto que lo que resulta cada vez más absurdo es el mundo. Pete Hegseth, secretario de Defensa de Estados Unidos, es una de esas figuras que no desentonaría como invitado especial en el Springfield de los dibujos amarillos. La colección de estereotipos, sin embargo, solo habla del lado cómico de este antiguo presentador de la Fox que en enero asumió las riendas del ejército más poderoso del tablero global.
En la calle, en casa, en las redes, parece que el sentimiento de ira y crispación se expande. Será por las prisas, porque la cola en el supermercado va lenta, porque el pelo nos ha quedado mal, por la cruel precariedad laboral, por el problema de la vivienda, por los extremismos políticos, por la crisis climática. Y por la siniestra caja de resonancia digital, que se hace eco de todo incansablemente.
Cuentan en Sargadelos que Segismundo García, amo de la marca cerámica con el 93% de las acciones, se pasea “en zapatillas” por la fábrica de Cervo (Lugo). Una costumbre con la que deja claro, entiende el personal, que aquella es su casa, el lugar donde se siente cómodo, en el que lo decide todo y —como dice aquel anuncio de una mueblería sueca— ha fundado una “república independiente” donde no acepta intromisiones. Nada parece molestar más a este empresario nacido en A Pontenova (Lugo) hace 73 años que las leyes laborales “abundantísimas” y “contradictorias”, critica, y las injerencias en su forma de gobernar aquello de lo que se sabe dueño, ya sean protagonizadas por inspectores de trabajo, por políticos o por sindicalistas. Él, como recuerda siempre, asumió una empresa en concurso de acreedores, la reflotó, la diversificó, la relanzó hasta volver a obtener beneficios, la posicionó en mercados internacionales. Pero en ese viaje que lo apasionó desde que tomó las riendas en 2014 se ha convertido en “un señor feudal total”, describe Xorxe Caldeiro, secretario de la CIG (Confederación Intersindical Galega) en la comarca de A Mariña.
El entorno de Isabel Díaz Ayuso cree que el país se encuentra al borde de una ruptura en la que hay que tomar partido de forma inequívoca. “Es momento de enfrentarse sin ambages a un autócrata marrullero que usa las instituciones y los reglamentos para mantenerse en el poder”, insiste una fuente del entorno de la presidenta de Madrid cuando habla de Pedro Sánchez y la difícil situación que vive el Gobierno por los casos de corrupción, a lo que se suma la falta de dilación del PSOE a la hora de investigar denuncias internas de militantes que han denunciado situaciones de acoso.
La estación de esquí de Baqueira Beret, en la Val d’Aran (Lleida), la más grande de España con sus 173 kilómetros esquiables, afronta la temporada con 800 empleados y un plan de alojamiento para garantizar la calidad del servicio y esquivar el problema estructural de falta de vivienda. El Grupo Baqueira-Beret ha ideado soluciones para alojar a sus temporeros en condiciones adecuadas con total compromiso en la gestión. Así, ha alquilado hoteles, apartamentos de Airbnb y otros alojamientos por todo el valle, pero sobre todo en el conocido como el bajo Aran, en localidades como Les y Bòssost. A los establecimientos con baja ocupación durante la temporada de invierno les favorece, pero mengua notablemente la oferta de plazas y encarece precios. También luchan contra la falta de vivienda el consistorio de Naut Aran —al que pertenece Baqueira— con el compromiso de construir 60 pisos, y el Conselh Generau d’Aran —órgano de autogobierno del valle—, que, entre otras cosas, negocia la adquisición o cesión del antiguo cuartel de la Guardia Civil.
Edin Terzic (Menden, Alemania; 43 años) llevó al Borussia Dortmund a la final de la Champions de 2024 contra el Madrid. Perdió y dejó el banquillo del club en el que ayudó a formar a Haaland y a Bellingham. Desde entonces se ha dedicado a viajar con la familia y a prepararse para su siguiente empleo. Hace dos semanas apareció en Londres en un evento de Hudl y habló de cómo esta usando los datos para, con ayuda de la inteligencia artificial, construir su propio sistema de evaluación ajustado a su modelo de juego. Unos días más tarde charló del proceso con EL PAÍS por videoconferencia.
El estadio de San Siro, con sus torres colosales de hormigón, es un monumento al brutalismo industrial y a una época que concluye. El Ayuntamiento de Milán ha puesto fecha a su demolición pero la multitud de peregrinos lo llenan como si no hubiera un mañana para ver al Milan y entre todos los jugadores capta la atención uno al que los tifosi consideran casi por unanimidad el más especial. No es difícil distinguirlo sobre la hierba. Es el más pequeño, mide 1,70. Es el que ocupa el centro geográfico de la cancha, igual que el cubo de una rueda. Es el que menos se desplaza, el que más veces toca la pelota y el más viejo de todos.
Bassala Bagayoko tiene 19 años y ha vivido ya las dos caras del deporte de élite. El joven pívot de Malí que hoy juega en el Bilbao Basket echa la vista atrás y contempla una corta carrera que une los dos extremos. De la explosión de la fama al túnel más oscuro. De convertirse en el jugador más joven en debutar en la historia de la ACB por delante de Ricky Rubio, registro que todavía mantiene, a pasar más de dos años sin jugar por culpa de una lesión. Hoy Bagayoko vuelve a empezar. Como si todo aquello, lo bueno y lo malo, no hubiera sucedido y él simplemente fuera un adolescente que intenta abrirse camino en la Liga española de baloncesto. Aunque ahí siguen las vivencias en el alma y las cicatrices en el cuerpo para recordarle de dónde viene. “Todo lo que he pasado me ha hecho ser quien soy”, comenta el muchacho.
Friedrich Merz respiró aliviado, después de semanas de peleas en su partido, el democristiano, y en su coalición con los socialdemócratas. Se le veía relajado el mediodía del viernes, en su escaño en el Bundestag, minutos antes de una votación clave de la que, a esas horas, ya tenía la certeza de que iba a ganar.
Un reducido grupo de mujeres maduras está leyendo en un taller literario la novela El acontecimiento, de la escritora francesa Annie Ernaux (Lillebonne, 85 años). Conocen la crudeza de un texto que narra de manera fría, sin adjetivos, el aborto clandestino de la propia autora, Premio Nobel en 2022, cuando tenía 23 años. Lo han trabajado. No les pilla por sorpresa. Sin embargo, cuando termina el ensayo de la primera adaptación teatral en España del libro no pueden contener la emoción.
En 2026, el rock hecho en la República Argentina podría celebrar sus 70 años de vida. Debería ser así si se acepta como piedra fundacional Rock con leche, de Eddie Pequenino, pieza editada en febrero de 1956. No es mucho más estúpido que similares discos pioneros en otros países, generalmente facturados por músicos de jazz y swing, tipos encerrados en el circuito de locales nocturnos y prestos a cabalgar cualquier moda que asomara. El modelo parecía ser el de Bill Haley & His Comets; artistas como Chuck Berry, Little Richard o Fats Domino grababan para compañías modestas y resultaban demasiado “raciales” para ser exportados.
La noticia ha sido la bomba catódica del año: Netflix ha comprado Warner por 83.000 millones de euros. Otras crónicas darán cuenta del movimiento empresarial y de los escoyos antimonopolio a los que tendrá que enfrentarse. Otros analizarán el seísmo que este movimiento supone a nivel audiovisual en el terreno de la creación de series y películas. Pero aquí vamos a hablar del ocio interactivo, porque, aunque se haya destacado menos, este puede ser un punto y aparte para el mundo de los videojuegos.
En Adolescentes, programa recién estrenado en La 2 y disponible en RTVE Play, el youtuber de investigación Carles Tamayo arranca hablando de la miniserie Adolescencia ―“en la que un chaval se convierte en un monstruo sin que sus padres lo sepan”― y se propone preguntar sobre problemas adolescentes “a quienes más saben”, ellos mismos.
Nadar es un deporte maravilloso. Un entrenamiento cardiovascular que, al practicarse en la densidad del agua, evita el desgaste que sí se produce en tierra; ayuda a mejorar la flexibilidad y la fuerza; incrementa el rendimiento de los pulmones; pone en funcionamiento prácticamente todos los músculos del cuerpo. Hay, incluso, estudios que aseguran que, si bien no rejuvenece —porque no es posible—, los nadadores profesionales son casi un par de décadas más jóvenes físicamente de lo que les correspondería. Pero nadar, como todos los deportes, tiene un obstáculo principal que, en su caso, se puede llegar a triplicar. Porque para ponerse a hacer ejercicio hay que vencer la pereza. Y a veces se está muy a gusto en la cama o en el sofá y el mero pensamiento de meterse al agua invita a la modorra. Una vez frente al agua, aparece ese instante en el que hay que decidirse. En realidad, ya no hay vuelta atrás, pero la duda —más que razonable— sigue ahí, agazapada. Y, por si todo eso fuera poco. Una vez el cuerpo se ha aclimatado —activándose ante la diferencia de temperatura— queda la parte más dura. Física y psicológicamente: zambullir la cabeza. Si usted ha estado pensando durante todas las líneas anteriores en una piscina, ya podría concentrarse plenamente en la natación. Si, por el contrario, practica dicho deporte en espacios naturales, sabrá entonces que le queda aún otro paso, el que lo acerca a la aventura: adentrarse en un espacio del que se desconoce prácticamente todo. Y en el que apenas se puede controlar nada.